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"Los blancos ganamos un municipio que es parte del Montevideo olvidado", dijo alcalde electo

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Alcalde municipio F. Foto: Francisco Flores
alcalde electo en el "f" 20200928, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

MUNICIPIO F

El alcalde electo Juan Pedro López Román (lista 71) hace tan solo 4 años que ingresó a la política.

La obtención del Municipio F por parte del Partido Nacional fue la gran sorpresa de la elección en Montevideo. Esta demarcación territorial abarca barrios como Flor de Maroñas, Jardines del Hipódromo, Bella Italia, Ituzaingó, Punta de Rieles y Villa García.

Se trata del municipio más pobre de la capital del país (con un 34% de pobreza) y tiene 106 asentamientos. El alcalde electo Juan Pedro López Román (lista 71) hace tan solo 4 años que ingresó a la política. Tiene 49 años, un hijo y es divorciado. Posee un salón de fiestas en Camino Maldonado (“Los Portones”) y es primo de la conductora televisiva Claudia Fernández.

-¿Su triunfo significa el desembarco del Partido Nacional en el “Montevideo olvidado” del que tantas veces habló Laura Raffo?

-Sí, totalmente. Es una parte del Montevideo olvidado. Hace cuatro o cinco años fui concejal vecinal y luego presidente de Concejo Vecinal, y creo que realmente existe ese Montevideo olvidado.

-Si bien en la coalición había expectativas de ganar un tercer municipio, por el trabajo territorial que se hizo sobre todo con los candidatos a alcaldes y concejales, ¿lo sorprendió que ese municipio fuera el suyo?

-Sí te dijera que sí, te estaría mintiendo. Porque realmente hicimos un trabajo en equipo de 4 años y sabíamos que íbamos a ganar, aunque queda feo que lo diga. Nunca tuvimos dudas, recibimos un apoyo brutal de la gente. Mi líder, Gustavo Penadés, me llamó hace tres días para decirme que podía tener un bajón muy grande, como para prepararme para algo que yo sabía que no iba a pasar. No me gusta mentir. Y bueno, se dio.

-También estaba en el octavo lugar en la lista Nº 1 a la Junta Departamental. Y resultó electo edil...

-Sí, se puede decir que soy edil y alcalde en este momento (risas). Hay mucha militancia y trabajo detrás de esto, mucho mano a mano con la gente. Acá no hay banderas políticas, hay que estar con la gente un poco más. Y creo que acá se demostró.

-¿Cuáles van a ser las prioridades de su gestión?

-En este momento tenemos que ver la realidad del municipio, cómo lo estamos recibiendo, porque la verdad es que no lo sabemos. Yo fui concejal vecinal y en 7 años me reuní una vez sola con el alcalde; nunca nos atendió. No tenemos información actualizada, primero queremos ver cómo está un poco la situación.

-¿Siendo presidente del Concejo Vecinal se reunió una sola vez con el alcalde Francisco Fleitas?

-Solo una vez. Y le tuve que pedir por favor. El día que nos reunimos, nos dijo: “No se preocupen que ya está todo hecho, no van a poder hacer nada ustedes”. Ese día de 2016, fue que tomé la decisión de ser alcalde. El concejal vecinal es la persona que está con el vecino, con el verdulero, el carnicero. Por eso, el alcalde lo primero que tiene que hacer es reunirse con esa persona.

-¿Y cuáles son sus prioridades con respecto a las demandas y necesidades de los vecinos?

-Tenemos un problema de basura muy grande, hay basurales que cortan las calles. También tenemos problemas de luminarias (y por tanto de seguridad), de pozos en las calles, problemas de transporte. Hay gente que tiene que caminar un kilómetro y medio para tomar un ómnibus. Hay ómnibus que no llegan hasta el kilómetro 21, llegan hasta el 16, cuando Zona Franca incluso les propuso hacerles las paradas. El transporte es un debe muy grande en este municipio. También somos conscientes que estamos limitados con lo que es la alcaldía, la intendencia y el gobierno. Lo bueno de todo esto es que somos gobierno y podemos golpear puertas, recurrir al Mides por ejemplo por los problemas que tenemos de drogas. O ir a golpear la puerta al Ministerio Vivienda. Tenemos el municipio más pobre, con un 34% de pobreza, cuando en todo Montevideo hay un promedio de 18%.

-¿Cómo imagina que será su relacionamiento con una intendencia del Frente Amplio?

-Sin problemas. En el primer Presupuesto Participativo me presenté y gané. En el segundo ganamos con un proyecto que presentamos con un compañero del Frente Amplio, del MPP. Éramos dos concejales vecinales. Ganamos un gimnasio para una escuela y mejorar el teatro de Punta de Rieles. Realmente se puede trabajar, yo no tengo problemas de sentarme a hablar con cualquiera y dialogar. Mientras laburemos, todo bien. Respecto a dialogar con la nueva intendenta, de mi parte no va a haber problema. Y estoy seguro que de parte de ella tampoco, porque acá se trata de trabajar en conjunto. Lamentablemente en estos momentos con ella no tengo un referente; sí tenemos referentes de Martínez y de Villar, pero de ella personalmente no. Pero bueno, ya van a aparecer.

-El Partido Nacional duplicó su bancada en la Junta Departamental de Montevideo. ¿Cree que esto ayudará a agilizar las inquietudes que surjan desde el Municipio F?

-Si, obvio. Y los ediles son los que más tienen que estar en el territorio. Falta presencia de ellos en los barrios, pero bueno, apostamos al cambio. Dentro de mi campaña política algo que yo hice fue no quedarme con los límites, lo que hice fue golpear puertas, molestar, porque más allá de una bandera política hay gente que está viviendo en condiciones que no están buenas. Y acá todos tenemos que laburar. Yo no digo regalar, no estoy de acuerdo con eso. Sí estoy de acuerdo con ayudar. Hay un asentamiento que se llama Don Márquez, con 220 familias (kilómetro 21.800), que se hizo mediante ocupaciones, con personas que no tenían casa. Lo primero que tuvieron fue una denuncia del propio alcalde; los trataron de correr y se quedaron. Yo los fui a apoyar y les dije que lo haría siempre y cuando se comprometieran a pagar por el terreno que ocupaban. Eso fue hace 4 años y hoy los vecinos llevan pagados 2 millones de pesos. Aquí trabajamos con la edila Gimena Urta, en una acción que demuestra que podemos trabajar con el Frente Amplio. Ella me ayudó de un modo espectacular, al igual que (Graciela) Villar, que era la presidenta de la Comisión de Asentamientos. Hoy hay gente con casas de chapa, pero con su propio terreno. Y hay gente que hoy también tiene casa de ladrillo. Las pagaron ellos, nadie les regaló nada.

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