Bergara promueve un acuerdo nacional por más seguridad, "pensando en la mañana siguiente"

Seregnistas presentó documento con 20 medidas, bajo la premisa de que el avance de la violencia y la criminalidad en Uruguay "no admite dilaciones ni miradas mezquinas de política menor".

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Mario Bergara
Mario Bergara, senador del Frente Amplio.
Foto: Estefanía Leal.

Seregnistas, el sector del Frente Amplio liderado por el senador Mario Bergara, planteó este martes un "acuerdo nacional por más seguridad". Se lo describe como un "pacto de convivencia" estructurado en ocho áreas y con 20 medidas, asentado sobre dos pilares fundamentales: el social y el democrático.

El documento fue presentado por Bergara, acompañado por especialistas de su sector, entre los que se destaca el exsecretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), Diego Olivera. Y su título hace referencia directa al legado seregnista que dicen representan: "Pensando en la mañana siguiente". Fuentes sectoriales indicaron que se trata de "bajar a tierra" las bases programáticas del FA, al tiempo que "se marcan énfasis particulares" y se "aportan soluciones, con un perfil propositivo".

Se indicó que se trata de una "estrategia nacional de prevención, reducción y represión de la violencia y el delito". En primer lugar, se propone superar el "enfoque dual" entre represión y prevención, incorporando el factor rehabilitación. Allí se plantea fortalecer la articulación entre las fiscalías, la Policía y la Justicia, para mejorar el nivel de esclarecimiento de los homicidios, considerado hoy "insuficiente". Se propone apostar a mayores capacidades tecnológicas e informáticas, y a la formación de una "mesa coordinadora" que reúna a todas los organismos que auxilian a la Justicia, para así fortalecer la persecución criminal.

Seregnistas propone una reforma del sistema penitenciario ante su "grave crisis estructural", con la salud mental y las adicciones como prioridad. Allí se incluye un nuevo modelo, con cárceles más chicas, que permita descomprimir el hacinamiento y abordar correctamente estas problemáticas. Las políticas penitenciarias y pospenitenciarias estarían a cargo de un nuevo Ministerio de Justicia. Junto a eso, se propone la aplicación de modelos de evaluación de riesgos de reincidencia, para clasificar a los privados de libertad de forma estandarizada basada en la evidencia.

Casas de Justicia

El documento incluye una propuesta de prevención basada en varios niveles: interinstitucional, local, municipal y primario. Allí se propone, en algunos municipios seleccionados, un "espacio de gobernanza", con integrantes de la sociedad civil organizada, con una política de capacitación de riesgos y gestión de conflictos en la comunidad. Se incluye un nivel preventivo específico para los grupos "de riesgo", a través de políticas socioeducativas y de empleo focalizadas.

Uno de los énfasis del documento está relacionado al combate al lavado de activos. Allí se propone bajar a US$ 20 mil el tope de uso de efectivo, previsto hoy en US$ 150 mil. Se advierte, por otra parte, del "alto peligro" de penetración financiera del narcotráfico en el sistema político y el ámbito público.

Junto a un anunciado "reordenamiento del mapa de penas", Seregnistas propone instaurar a nivel barrial "Casas de Justicia". Se observa allí un problema de desigualdad en el acceso al sistema judicial, sobre todo en lo que respecta a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Esas "casas" centralizarían los consultorios jurídicos barriales, las defensorías públicas y los centros de mediación judicial, entre otros. Serían complementadas con una "policía de cercanía", con capacidades en resolución de conflictos.

Seregnistas reivindica haber realizado la primera propuesta —en enero pasado— en cuanto a un diálogo nacional sobre seguridad. Allí se destaca la buena receptividad que tuvo la idea, al punto que el planteo "fue recogido por parte de casi todos los los partidos y muchas candidaturas en las elecciones internas". Así, se asegura, "salvo casos puntuales, la discusión sobre los problemas de seguridad se encauza con un mejor tono que en la campaña anterior".

Para el sector, el avance de la violencia y la criminalidad en Uruguay "no admite dilaciones ni miradas mezquinas de política menor". Se trata, se insiste, de un problema en el que "no es posible pensar ni prometer soluciones inmediatas ni fórmulas mágicas".

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