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El de anoche fue un final agridulce para Daniel Martínez

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Daniel Martínez y Graciela Villar, este domingo en el acto en 18 de julio. Foto: Marcelo Bonjour
MARCELO BONJOUR

ELECCIONES 2019

Ni el candidato ni la dirigencia frenteamplista hablaron de derrota y la jornada electoral fue pasando de menos a más.

Daniel Martínez llamó al “maracanazo” en el balotaje y casi nadie le creyó. “No fue una pelota al ángulo, pero por ahí anduvo. La goleada se transformó por lo menos en un empate, hay que ver qué pasa en el alargue”, dijo el jefe de campaña del Frente Amplio, Yamandú Orsi.

Ni el candidato ni la dirigencia hablaron de derrota y la jornada electoral fue pasando de menos a más. Una hora antes de que se cerrara la votación las caras eran largas. Luego cuando dos encuestadoras (Cifra y Opción) dieron ganador al nacionalista Luis Lacalle Pou el ánimo de los frenteamplistas se cayó al piso y cuando otras consultoras (Equipos y Factum) hablaron de “empate técnico”, revivieron.

Las horas se hacían interminables y crecía la ansiedad entre los dirigentes de la coalición de izquierda que esperaban en el hotel Crystal Tower en el primer piso.

Mientras Martínez estaba con su familia y su compañera de fórmula en el octavo piso. Los grandes ausentes fueron José Mujica y su esposa, Lucía Topolansky, que optaron por permanecer en su chacra de Rincón del Cerro.

El panorama no era el que se esperaban en el Frente Amplio, ni el que se había analizado en el Secretariado más temprano. La izquierda ya tenía preparada una respuesta para un escenario ganador, otra para un escenario de perdedor (con amplia diferencia) y otro con escaso margen. Lo que no estaba en los planes fue lo que sucedió ayer, que casi se vivió como un triunfo para la coalición.

En su discurso, Martínez estaba radiante con una sonrisa dibujada en el rostro. Su esposa, Laura Motta, se dejó ver sensiblemente emocionada al igual que otros dirigentes que se subieron al escenario. Nunca el candidato del Frente reconoció la derrota. “Hay que esperar todavía para saber el resultado final”, dijo Martínez.

El discurso

El candidato recorrió a paso ligero, casi trotando, los cincuenta metros que separan la fachada del Hotel Crystal Tower de la esquina de 18 de Julio y Aquiles Lanza, donde el Frente colocó el escenario.

El exintendente fue recibido con una ovación, levantó los brazos y se golpeó varias veces el pecho. Pasados un par de minutos tomó el micrófono y empezó a hablar.

Lo hizo flanqueado por la que fue su candidata a la vicepresidencia, Graciela Villar, y varios dirigentes, como sus exrivales en la interna, Carolina Cosse y Mario Bergara.

Daniel Martínez y Graciela Villar. Foto: M Bonjour
Daniel Martínez y Graciela Villar. Foto: M Bonjour

El público de militantes frenteamplistas, que eran muchos, lo interrumpió al grito de “el pueblo unido jamás será vencido”. El hasta ayer candidato continuó advirtiendo que “quedó demostrado que no alcanzan los acuerdos entre cuatro paredes” y que “el pueblo es inteligente, decide con su corazón y su cabeza”.

El auditorio volvió a interrumpirlo: “ohh, milicos nunca más”. Constantemente interrumpido por las ovaciones, Martínez advirtió que “hay frases que valen más de mil discursos”.

Y así dijo: “intentaron enterrarnos, lo que no sabían es que somos semillas”. Una militante de al menos sesenta años cómodos, pelo rubio y enorme bandera del Frente abierta sobre la valla que la separaba del escenario, empezó a repetir entre llantos: “somos semillas, somos semillas, somos semillas”.

Martínez le dedicó parte del discurso a la militancia, a los “miles de hombres y mujeres”, que permitieron que el Frente votara mucho más de lo que vaticinaban las encuestas. “El Frente no tiene nada que hacer si no tiene gente siendo protagonista”, añadió.

Para cerrar el discurso decidió gritar un “arriba los corazones”, para escasos instantes después empezara a sonar a todo volumen “Salir al Sol”, una canción de Fito Páez, del año 2003, que el músico argentino escribió para referirse a la brutal crisis económica que terminó con la salida en helicóptero del presidente Fernando de la Rúa. “Hay que salir a pelear, hay que salir a luchar”, comienza el tema.

Para Orsi, “no es fácil” revertir el resultado que da a Luis Lacalle Pou como ganador por 28.666 votos, con 35.229 observados. “Veremos, pero se nos daba por muertos o por enterrados y somos el partido político más fuerte”, resaltó.

Fuentes del comando de Martínez dijeron a El País que si bien “es probable que gane Lacalle Pou, no se descarta que gane Daniel”. Todo dependerá de los votos observados y de la revisión de anulados.

La “remontada final” se le atribuyó a la militancia que se movilizó en las últimas semanas en todo el país.

El diputado Alejandro “Pacha” Sánchez, del MPP, no dio la elección por perdida. “Hay que esperar”, dijo. Y advirtió que recién cuando la Corte Electoral confirme los resultados “se reconocerá, porque esa es la voluntad del pueblo”.

En cuanto a la renovación en el Frente Amplio y si tras la inesperada votación de ayer Martínez es reconocido por él como el líder del partido, señaló que la coalición va hacia una época de “liderazgos colectivos”.

Sobre si existió un error en la elección de Villar como candidata a vice, Sánchez declaró: “Con el diario del lunes uno encuentra un montón de errores y defectos”.

Martínez recibió anoche la llamada del presidente Tabaré Vázquez, quien lo saludó por la votación alcanzada. Lo que no hubo fue una llamada del candidato oficialista a Lacalle Pou, según confirmaron a El País fuentes de la coalición. Hasta que finalice el conteo de observados no tendrán contacto.

Mensaje de aliento y a “esperar el maracanazo”

La orden fue subir al primer piso del hotel Crystal Tower para ir al encuentro de la fórmula presidencial del Frente Amplio, que momentos antes analizaba los resultados de los primeros sondeos de las encuestadoras en el octavo piso del céntrico hotel.

Allí Martínez reunió a todo su comando y a dirigentes de confianza antes de juntar fuerzas y salir con su compañera de fórmula, Graciela Villar, y su equipo rumbo al estrado que había sido montado en 18 de Julio y Yaguarón en el que esperaban miles de militantes frenteamplistas.

Según confirmaron a El País dirigentes del oficialismo que estuvieron en la reunión, el exintendente alentó a su equipo a “mirar hacia adelante” y “esperar el maracanazo” esta semana cuando se confirme finalmente el escrutinio final de votos por parte de la Corte Electoral.

Durante el encuentro Martínez en ningún momento admitió una eventual derrota frente a su rival, -el blanco Luis Lacalle Pou- y tampoco hubo lugar para ningún tipo de autocrítica. La senadora electa y excandidata en las internas del Frente Amplio, Carolina Cosse, dijo a El País que “hubo un ejemplo maravilloso de la juventud del Frente Amplio que se puso la campaña al hombro”.

Apuntó que “el Frente es mucho más que una coalición, mucho más que líderes y que partidos”. En definitiva para Cosse fue un “proceso lleno de mensajes para reflexionar y eso tiene que ser en tono frenteamplista”, contó.

En su misma línea fue el senador Juan Castillo, que considera que lo logrado fue un “triunfo de los militantes” del partido de gobierno. Si bien no hubo espacio para ningún tipo de autocrítica -al menos a nivel dirigencial- El País constató la molestia en algunos integrantes del equipo de Martínez por la intención de algunos dirigentes “veteranos” de subir al escenario junto a la fórmula.

Ola de emociones: llanto, alegría e incertidumbre

Militantes del Frente Amplio, este domingo. Foto: Francisco Flores
Militantes del Frente Amplio, este domingo. Foto: Francisco Flores

Las banderas de tres colores flameaban en el corazón de la avenida 18 de Julio. Los ánimos estaban bastante altos en las primeras horas de la tarde. Una multitud de militantes freanteamplistas se acomodó frente al escenario donde, más tarde, iba a dar su discurso el candidato oficialista Daniel Martínez.

Pero la emoción pasó de la alegría a las lágrimas en cuestión de minutos. “¿Ganó Lacalle?, ¿cómo son los resultados?”, le preguntaba una mujer a su esposo mientras se llevaba las manos hacia la cara incrédula. “Acá dice que ganó Lacalle, no puedo creer”, repetía con la voz entrecortada y le mostraba el celular a su esposo. Estaba mirando los primeros resultados.

Como en el escenario levantado en 18 de Julio y Aquiles Lanza no había pantallas, la gente se enteraba de las proyecciones de las encuestadoras a través de los celulares.

Luego corría el “boca a boca” y la alegría se transformaba en desazón. La felicidad del principio, entonces, se desmoronó sobre las 20:00 y generó la primera caída en ese subibaja de emociones por el que pasaron los militantes durante la tarde y noche.

“El pueblo unido jamás será vencido” empezaron a cantar en masa ante las proyecciones adversas.

Algunos, rasparon su garganta y corearon más alto para poder opacar el jingle del Frente Amplio que sonaba fuerte en los parlantes al costado del escenario. Otros, en cambio, lloraban con la mirada puesta en un punto fijo.

Pero más tarde “el boca a boca” volvió a agitar las emociones. “Empate técnico” gritaba un hombre y abrazaba a todas las personas que tenía cerca. Y del “pueblo unido jamás será vencido” la gente pasó a corear “se siente, se siente Martínez presidente”.

Los ojos vidriosos por la tristeza se empezaron a convertir en aplausos y alegría a medida que pasaban las horas. Pero sobre las 22:00 el tobogán de emociones se quedó en el medio; ya no había certezas, solo dudas de quién sería el próximo presidente. “¿Por qué no sale Martínez?, ¿quién ganó?”. Todos preguntaban lo mismo. “Tengo 90 años y estoy desde las 6 de la tarde acá, quiero saber quién ganó”, dijo una señora sobre las 11 de la noche.

Los militantes pasaron de la alegría al llanto y del llanto a la alegría durante toda la noche. Tuvieron puntos altos y bajos y se fueron a sus casas acompañados por la incertidumbre.

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