Alberto Núñez Feijóo: "Lacalle me comunicó que requería intervenir" Casa de Galicia; "fue una mala noticia"

“Las reformas de Lacalle son buenas para el país”, dijo el presidente del Partido Popular de España.

Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular de España
Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular de España.
Foto: Francisco Flores

Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular de España (PP), competirá en las próximas elecciones para ser quien gobierne el país. Si lo logra dice a El País que será “un fiel aliado a favor” de que la Unión Europea firme un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Mercosur. El expresidente de la Junta de Galicia cree que las reformas educativa y previsional, que impulsa Luis Lacalle Pou, son “valientes” y “buenas para el país y que se consolidarán”.

-¿A qué se debe su visita a Uruguay?

-Mi relación con Uruguay es muy antigua. Yo vine acá por el año 90 aproximadamente y después seguí viniendo en distintos roles. Ya cuando asumí la presidencia del Partido Popular de Galicia en la oposición, estuve tres años y medio, y vine aquí a hacer campaña. Es la segunda colectividad más grande, la uruguaya, y ya como presidente de Galicia durante las cuatro legislaturas venía aquí a comprometerme con la gente nuestra, con las instituciones, con la colectividad. Es un país lleno de afectos. Desde abril soy presidente del partido a nivel nacional y candidato al gobierno y entendía yo que el primer viaje, además de los internos en Europa, debía ser a Latinoamérica. Y me pareció que el Mercosur era donde debía empezarlo. Por eso hemos hecho Uruguay, Argentina y ya a partir del martes iré invitado a Chile e iré a visitar al presidente de Ecuador a Quito. Es el primer viaje como candidato a la presidencia del gobierno y quiero mandar un mensaje bien claro de compromiso con Latinoamérica y compromiso con el Mercosur. Entiendo que España debe tener siempre dentro de sus prioridades en políticas exteriores no solamente nuestro compromiso con la Unión Europea sino trasladarlo con América Latina.

-Dio una conferencia aquí que tituló “La buena política: moderación frente a los populismos”. ¿A qué se refiere?

-Las crisis, las redes sociales, la covid han provocando una enorme tensión en la sociedad. Cuando estamos saliendo aparecen las tensiones en Europa por la guerra y la invasión ilegal de Rusia en Ucrania, el impacto y la crisis energética que estamos viviendo en Europa. Y siempre que hay crisis aparecen los predicadores de las soluciones fáciles, de los eslóganes vacíos. Eso es preocupante porque los problemas no se solucionan con grandes oratorias sino con experiencia de gestión, con realismo en las medidas y dentro de un régimen democrático. Y en épocas de crisis son más que nunca necesarias las democracias y están más amenazadas que nunca por estas políticas frívolas o líquidas de usar y tirar que son los populismos.

-¿Y en qué casos ve esos populismos en la región?

-Yo no vengo a hacer ningún tipo de manifestación política hacia países a los que respeto. Pero en mí país, vemos un partido populista de extrema izquierda que está en el gobierno, que es Podemos, que nace como un movimiento dei indignados allá en 2015 hablando de la política como la casta, yendo contra el orden constitucional diciendo que es una prolongación del franquismo. Ahora está en el gobierno, tienen más asesores y más cargos que nunca y tienen más apego a los privilegios del poder que nunca. Después está el populismo que tiene que ver con el independentismo cuyo objetivo es la fractura de la unidad territorial, en definitiva de la nación, y que siempre busca un culpable para todos los problemas que puedan ocurrir en alguna crisis en alguna parte de España, y ahí tenemos Cataluña y el País Vasco. Donde ese tipo de populismo lo estamos sufriendo porque están gobernando. Porque Podemos está en el gobierno y porque el Partido Socialista aún con Podemos tiene una debilidad parlamentaria importante y necesita al independentismo vasco y al catalán para sacar las leyes. Y después hay un movimiento ya más de una derecha más extrema que es Vox que también tiene tics populistas como declararse un partido contra la Unión Europea, negar la violencia de género y basarse en el proteccionismo económico.

-Si llega a ser electo para gobernar España seguramente tenga que hacerlo con alguno de estos populismos de socio.

-Nosotros se lo estamos diciendo a los españoles, si no quieren cuatro años más de (Pedro) Sánchez, con el independentismo y el populismo de Podemos, somos la única alternativa. Y si se concentra el voto vamos a ganar las elecciones. Y si se concentra de forma clara podemos tener la mayoría suficiente para gobernar. Este planteamiento lo he hecho en Galicia durante toda mi vida política y hemos conseguido que así fuera. Yo sigo trabajando en ese proyecto político, en el de las mayorías y la alternancia a este gobierno que no es capaz de que España funcione.

-¿Se vio perjudicado el sistema democrático en España con la aparición de estos partidos, porque durante años la disputa era entre PP y PSOE únicamente?

-No, no atenta contra el régimen democrático porque hay libertad de creación de partidos políticos y libertad de voto. Lo que atenta, en mi opinión, es contra la modernización de nuestro país. El bipartidismo no es un problema para un país, en mi opinión es una garantía de estabilidad. Lo bueno de la democracia no es que puedas elegir el gobierno sino que puedas cambiarlo. Ahora bien, cuando la izquierda está sometida al independentismo, cuando está sometida al populismo de los antiguos partidos comunistas, automáticamente se rompe la estabilidad y nos adentramos en una habitación oscura que desconocemos a dónde nos lleva. El hecho de que no pueda haber un Presupuesto en España sin que los independentistas catalanes digan sí o si no se les acerca a los presos de ETA a las cárceles vascas eso es entrar a una habitación oscura. Es muy peligroso. Yo le pido el voto a los españoles para revertir esto y que el gobierno no sea chantajeado.

-Usted dijo que Uruguay, en caso de llegar al gobierno de España, será un socio importante. ¿En qué sentido?

-Uruguay es un país muy estable. Eso es un gran activo político. Es un país muy institucional, eso es bueno. Es un país que no crea rechazo. Es un país abierto, educado, cosmopolita y eso es muy importante. Es una pieza en el Mercosur que da estabilidad y previsibilidad. Es verdad que es un país pequeño desde el punto de vista poblacional pero estratégicamente es un país importante por esa estabilidad institucional, por esa previsibilidad política, por no generar rechazo y porque es uno de los cuatro actores del Mercosur. Y hay una línea de continuidad en sus políticas exteriores. Yo he tenido relación con tres presidentes; con el presidente Tabaré Vázquez, a quien llegué a apreciarlo personalmente y creo que fue mutuo, conviví con el presidente (José) Mujica con quien he tenido una relación cordial, y por supuesto con el presidente Lacalle con quien me une una amistad de época ya de su padre y ahora ya por una cuestión generacional con él.

-¿Ve alguna política que pueda replicar de Uruguay en su país?

-Uruguay ha hecho un muy buen trabajo durante la pandemia. Muy bien y bajo el concepto de libertad responsable mantuvo la economía y la preservación de la salud en un equilibrio notable. Si usted se fija cómo se deterioró la economía española o la argentina puede comprobar que aquí se gestionó de una forma mucho mejor que otros países. Dos, Uruguay está creciendo en su economía y van a recuperar el PIB prepandemia en este año 2022; España no lo hará hasta 2024. Tres, han incrementado su renta per cápita y tienen una tasa de desempleo muy razonable, la mitad que en España. Han sido ustedes muy valientes con el referéndum que acaban de hacer y con esas leyes de reformas educativas y del sistema de pensiones. Me parece que las reformas del presidente Lacalle son buenas para el país y se van a consolidar. Y el gobierno que entre a partir de 2025 las consolidará. Han abierto su política económica y no pueden esperar estos 19 años de negociación del Mercosur con Europa. Lo han hecho bien y se han abierto a países, con proporcionalidad y con prudencia, como China, Turquía y por supuesto Estados Unidos. Han hecho una generación de modernización del país muy importante. Lamentablemente en mi país no se han hecho esas reformas.

-Hubo un conflicto grande en el país por el cierre de Casa de Galicia. ¿Cuál es su opinión?

-Obviamente desde el punto de vista emocional lógicamente ha sido una mala noticia. Llevaba nuestra marca, es una institución de muchas generaciones que se ha hecho con mucho esfuerzo. Gestionar un hospital en un momento como el actual es muy difícil. Hay una frase que dicen los economistas de la salud que es: “Cuanto mejor lo haces, antes te arruinas”. Cuanto más medicamentos, más intervenciones, más pruebas diagnósticas, cuanto más consultas, incrementas tus servicios pero aumentas los costes. A mí, el presidente Lacalle me refirió en su momento que la situación económica y financiera requería la intervención por parte del Estado. Si no podríamos perder ese recurso sanitario para la nación uruguaya. Yo le he pedido dos cosas: que preserve el legado patrimonial y que preserve el personal sanitario. Y que con esos parámetros hiciese lo que considerase oportuno porque al final estamos hablando de cuestiones de afectos, pero este es un hospital uruguayo. No es un hospital gallego, no es un hospital español. Y a mí el presidente me ha dicho que lo hacía por responsabilidad, por mantener la viabilidad sanitaria y económica del centro y por mantener a los usuarios.

-¿Lacalle Pou lo llamó antes de que iniciara este proceso?

-Sí, a mí me lo comunicó. Y debo reconocer que el presidente Lacalle me dijo que entendía debía tomar esa decisión porque el centro requería una intervención y que la prioridad sería el personal médico y los usuarios.

-¿Y usted estuvo de acuerdo?

-Primero, no tenía por qué darme explicaciones porque estamos hablando de una institución uruguaya. Tuvo la delicadeza de llamarme y explicármelo. Y yo no puedo más que aceptar esa decisión y entender que el presidente tiene que ejercer sus responsabilidades. A veces las noticias son buenas y otras no tan buenas.

-¿Cree que se hizo el debido control del dinero que se enviaba desde Galicia?

-Nosotros mandábamos dinero, en una cantidad modesta, generalmente destinado a fines concretos. Era para aparatos, no mandábamos de forma concreta. Y eso sí controla.

-Desde Uruguay uno lee la prensa española y ve que hay varios escándalos de presunta corrupción. ¿Qué lectura hace?

-Es verdad que hay casos en este momento referidos a esos. Hubo casos hace años pero la técnica judicial supone que un caso que ocurre en los 90 se mire a principios del 2000. Y un caso que ocurre a principios del 2000 se lleve a la Justicia o se dictamine en 2013. En este momento eso está erradicado del partido. ¿Qué ha pasado? Que ha habido personas que han utilizado al partido para lucrar. Han usado la plataforma política del Partido Popular para hacer negocios. Esas personas no están en el partido porque lo que ha pasado es que hay un compromiso, desde hace años y yo lo he continuado, con la transparencia. Pero si usted mira, por ejemplo, en la política nacional el caso más grave de corrupción que tenemos en este momento es la sentencia de unas ayudas por unos 700 millones de euros de dinero público. El caso de los ERES en Andalucía donde hubo sentencia de cárcel para el presidente del Partido Socialista Obrero Español y presidente de la Junta de Andalucía; y otra sentencia de inhabilitación para otro presidente del Partido Socialista Obrero Español y para otros cinco o seis consejeros de ese gobierno. Digamos que ese es el caso de mayor corrupción en el ámbito de la utilización del dinero público de los útimos 20 años en España y eso no afecta al Partido Popular. Esta es la situación real. No hay en este momento ningun caso pendiente del Partido Popular de los últimos años. Puede haber alguna cola o efecto de algún caso de los años 2000 pero en los últimos seis, siete, ocho años el partido no tiene ninguna condena.

-Los casos de corrupción llevan a un descreimiento en la política. Incluso permite que aparezcan nuevos partidos. ¿Cuál es la situación en España? ¿Se está volviendo al bipartidismo?

-Yo creo que sí. Creo que la centroderecha española, que es el partido, está volviendo a conseguir los votos que un partido que se denominaba liberal, que es Ciudadanos, está ya en un porcentaje del 1% o 2%. El Partido Popular está captando votos de Vox, que es el partido de derecha, y está captando votos del Partido Socialista. En tanto, creo que se está rearmando la centroderecha en torno, otra vez, al Partido Popular. No lo creo yo sino que es lo que dicen las encuestas. El PP tuvo un punto de inflexión en abril cuando en febrero tuvimos un conflicto interno. En abril hay un cambio de cúpula del partido y si usted toma la tendencia de las encuestas ve que hay un cambio clarísimo de concentración de voto de la centro derecha en el partido popular. Hay una concentración muy intensa y el desgaste de Podemos lo está aprovechando el Partido Socialista Obrero Español.

TLC

“Este sería un buen momento”

-El Mercosur ha intentado avanzar, sin éxito, en un TLC con la Unión Europea. ¿Podrá destrabarse?
-Es verdad que no es fácil por los mecanismos de gobernanza internos de la unión que requieren unanimidad de los 27 países. La construcción europea es un milagro político sociológico. Ahora, la gobernanza es compleja y hay intereses contrarios a los del Mercosur, sobre todo en el ámbito ganadero y de la agricultura. Esta iniciativa es de 1999 y no se ha podido cerrar. Yo creo que este sería un buen momento para hacerlo. En lo que yo pueda seré un fiel aliado en favor de este tratado.

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