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Toma de rehén en el Centro: tras horas de alta tensión, delincuente se entrega a la Policía

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Se entregó el delincuente que tomó de rehén a dueña de una joyería del Centro. Foto: Fernando Ponzetto.

MONTEVIDEO

El operativo terminó en forma exitosa. “Estamos bien, tranquila. Te queremos mucho", le dijo la hija a la dueña de la joyería, tras ser liberada. Larrañaga expresó su satisfacción con el resultado.

La tensión en el Centro de Montevideo se extendió durante largas horas de la noche, pero el calvario para una mujer que era rehén de un delincuente había comenzado a las 16:45 horas de ayer. En ese momento, un delincuente armado entró a su joyería a robar. Los vecinos alertaron de la situación a la Policía que, en pocos minutos, llegó hasta la puerta del local ubicado en Colonia y Barrios Amorín.

Cuando el delincuente vio a la Policía llegar al lugar, decidió tomar de rehén a la mujer de 74 años, propietaria del local. A partir de ese momento se desplegó un fuerte operativo con negociadores de la Guardia Republicana, investigadores de la Zona Operacional I de la Jefatura de Policía de Montevideo y un grupo del Grupo de Reserva Táctica. Con los efectivos desplegados estratégicamente en distintos puntos de la cuadra, el ambiente se convirtió en un subibaja de emociones.

Testigos indicaron a El País que vieron a la rehén siendo apuntada con un arma en la cabeza.

Finalmente, la situación terminó sin incidentes. Sobre las 2:00 de esta jornada, el hombre liberó a la mujer y se entregó a los funcionarios policiales.

La mujer fue acompañada por dos efectivos a una camioneta de Bomberos donde fue atendida por personal médico. Sin embargo, desde el momento de su liberación e incluso antes de ser asistida, preguntaba por sus hijos. Los dos, con lágrimas en los ojos, se acercaron hasta el vehículo y le dijeron: “Estamos bien, tranquila. Te queremos mucho. Fueron muchas horas”. Hasta la camioneta también se dirigió el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, que llegó al lugar sobre la madrugada. “Tranquila, tranquila”, le repitió el jerarca a la mujer mientras era atendida.

Copamiento con toma de rehén en joyería del centro de Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto
El secuestrador mira por la ventana con la rehén como escudo, mientras personal de la Policía vigila la puerta de la joyería. Foto: Fernando Ponzetto.

Larrañaga: "Estamos satisfechos".

"Yo seguí todas estas horas a través de diálogo con el director Nacional de la Policía, con el jefe de la Policía, con el director de la Republicana y realmente estamos satisfechos porque además también estábamos en contacto con el presidente de la República, con quien hablé hace diez minutos, ni bien terminó esto", expresó el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, en rueda de prensa.

"Se hizo un esfuerzo desde el tema vinculado a la publicación de una foto que se había logrado determinar para generar una presión en quien pudiera conocerlo y, en consecuencia quizás de ello, también se apersonó la presencia de su abogado para terminar esta situación de la mejor manera que podía terminar, que es con la preservación de la vida de todos los intervinientes", agregó.

Larrañaga habló con la prensa en la madrugada. Foto: Fernando Ponzetto
Larrañaga habló con la prensa en la madrugada. Foto: Fernando Ponzetto

El comienzo del operativo.

Una tanqueta del grupo GEO de la Policía se posicionó frente a la joyería y su escuadrón observaba de cerca lo que sucedía dentro del local. Mientras tanto, el equipo de negociadores hablaba por teléfono con el delincuente que les decía a los efectivos que había entrado a cometer una rapiña porque necesitaba la plata debido a que su hijo estaba enfermo. El hombre fue captado más temprano por las cámaras de videovigilancia del Ministerio del Interior tomándose un taxi en las calles San Martín y Millán. Luego se lo ve caminado por el Centro. Estaba vestido de camisa, pantalón, zapatos, y llevaba una mochila puesta. Por el momento no se conoce su identidad.

Anoche, mientras los efectivos intentaban dispersar a una cantidad importante de personas que se acercaba, en los intercomunicadores de la Policía se escuchaba una orden: “Apaguen las luces de los móviles y las señales”. De esa forma, pedían no interferir con los negociadores que se comunicaban por teléfono con el delincuente.

Asalto en joyería en el Centro de Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto.
Efectivos de la Guardia Republicana seguían de cerca lo que sucedía en la joyería. Foto: Fernando Ponzetto.

Al pasar las horas, por momentos la tensión decrecía y todo parecía indicar que el hombre había decidido entregarse. Pero en cuestión de segundos la tensión volvía. En un momento de la larga espera una camioneta de Bomberos llegó al lugar con una silla de ruedas para asistir a una mujer, vecina de la joyería, que se había descompensado por los nervios.

Mientras lo que pasaba dentro del local era incierto, los policías comenzaron a dispersar a la gente que se acercaba a mirar el despliegue. Varios vecinos de la cuadra explicaban a los efectivos que querían entrar a sus casas. “Estoy cansada, vengo cargada, quiero ir a mi casa”, le dijo una señora mayor a uno de los funcionarios. Los policías la subieron al patrullero, dieron la vuelta manzana y la acompañaron hasta su casa. No se podía hacer ningún movimiento que hiciera que el delincuente, que seguía con la mujer de rehén, se pusiera nervioso. Un efectivo de la Guardia Republicana pidió a los canales de televisión que no transmitieran en vivo porque dentro de la joyería el hombre podría estar viendo los canales y el despliegue policial.

Guardia Republicana. Foto: Fernando Ponzetto.
Guardia Republicana. Foto: Fernando Ponzetto.

Sobre las 21:00 horas los efectivos dejaron en la puerta del local una bolsa con medicamentos porque la dueña del local sufre de hipertensión, indicaron fuentes policiales a El País. La bolsa no fue recogida por el delincuente.

Sobre las 22:10 horas se escuchó en un intercomunicador de la Policía: “Dice que va a salir con el arma en mano”. Todo parecía que el hombre había decidido entregarse. Pero en ese instante, cuando varios efectivos rodearon la cuadra y formaron fila en las inmediaciones del local, la luz que había dentro se apagó. Luego el delincuente cerró las rejas del local y la situación volvió a ser igual, hasta que finalmente declinó de su actitud luego de hablar con los negociadores y su abogado que llegó hasta la joyería.

La mujer, tras ser atendida, se retiró del lugar junto a sus hijos.

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