estafa

Se hicieron pasar por su hija y le pidieron US$ 15.000, pero desconfió y descubrió la estafa

Silvana atendió el teléfono una noche y una voz igual a la de su hija le dijo que la habían robado y que necesitaba dinero.

Mujer sostiene un teléfono. Foto: Archivo El País
Mujer sostiene un teléfono.
Foto: Ministerio del Interior

Eran las 12:30 de la noche y Silvana dormía. Cuando atendió el teléfono de línea, escuchó a su hija llorando.

La joven le dijo que la habían robado, golpeado, que estaba desesperada. “Me pedía que desconectara los celulares, que los apagara porque iban a venir a buscarnos”, contó a El País Silvana, que pidió usar un nombre ficticio y no especificar en qué barrio de Montevideo vive, por miedo a represalias.

“Me decía que estaba toda golpeada, que no podía hablar, que había sido horrible, me reiteraba que por favor no hablara con nadie”, señaló.

Entonces, la voz del teléfono, que sonaba “exactamente igual” a la de su hija y la trataba de "mamá", le pidió plata. “Me decía que necesitaba pesos y dólares, y que me iba a contar qué le había pasado, que yo lo iba a entender”, recordó la mujer.

Fue ahí cuando Silvana comenzó a desconfiar, porque ya había escuchado historias similares, del llamado "cuento del tío", que terminaban en estafa. Le preguntó al teléfono cómo estaba el resto de la familia, y la voz le comunicó que también habían golpeado a su pareja. “Frente a eso y que no salía del asombro de lo que estaba pasando, le pasé a mi esposo el teléfono para que viera si lo que yo estaba escuchando era cierto”, confió Silvana. “A él le hicieron la misma historia y le dijeron que necesitaban US$ 15.000 para poder salir de eso”, añadió.

“Eso” fue algo que su supuesta hija nunca terminó de explicarle a Silvana y a su esposo. “Nos dijo que estaba en ‘algo’, que era lo que después nos iba a contar, y que para poder salir de ese ‘algo’ necesitaba plata”, contó la mujer.

También puntualizó que la voz en el teléfono le decía que estaba “acá”, lo que le daba la pauta a Silvana de que su hija la llamaba desde la casa de ella. Si no hubiera sido por las historias que vio en los medios, la mujer dijo a El País que hubiera salido corriendo a encontrarla.

Silvana y su esposo cortaron el teléfono y, desobedeciendo las órdenes de su supuesta hija, llamaron al hermano de esta. Él fue hasta su casa y la encontró en el living mirando televisión junto a su pareja, ambos ajenos a todo el episodio. Para dejar tranquila a su madre, los jóvenes le hicieron una videollamada.

Al confirmar que todo se trató de una estafa, Silvana y su esposo llamaron al Servicio de Emergencias 9.1.1., radicaron una denuncia y cambiaron su número. El incidente pasó hace días pero, cada vez que suena el teléfono, a Silvana la inunda el recuerdo de la voz de su supuesta hija pidiéndole ayuda.

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