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"Horror" y "vergüenza" tras tortura y secuestro de preso en ex Comcar

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Luis Alberto Heber en conferencia de prensa. Foto: Marcelo Bonjour
Conferencia de prensa de Luis Alberto Heber, Ministro del Interior, en su sede, Montevideo ND 20210920 foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

INFIERNO TRAS LAS REJAS

El ministro del Interior decidió relevar al director encargado de los módulos 10 y 11 del ex Comcar, que son “lo peor” que él ha visto “en materia carcelaria”.

El horror en el ex Comcar se empezó a gestar el 23 de julio. Fue cuando un recluso de 28 años, que pisaba por primera vez una cárcel, pidió que lo cambiaran del módulo 3 al 11 del centro penitenciario más poblado del país. Decía que tenía miedo y que su vida en el sitio donde estaba podía correr peligro. El cambio le fue concedido, pero esto no pudo evitar que viviera un calvario. “Le hicieron todo lo que nos imaginamos y también lo que no”, dijo ayer el ministerio del Interior, Luis Alberto Heber, durante una conferencia de prensa.

No se sabe el tiempo que al recluso lo hicieron vivir en un infierno. Estiman que fue entre 40 y 60 días. Pero lo que sí se sabe es que todo comenzó con una extorsión. Tres compañeros de celda, que en total había seis incluyendo a la víctima, le pidieron plata. El hombre pudo conseguir por algún familiar unos $ 2.000, pero eso no alcanzó para evitar que los otros delincuentes lo sometieran a torturas y lo tuvieran retenido en la celda durante todo ese tiempo.

El pasado jueves 16 de septiembre se descubrió por parte de funcionarios policiales, de acuerdo a información que surgió dentro del módulo, la situación que padecía este joven dentro de la cárcel.

Horror, vergüenza y dolor. Esas fueron algunos de los conceptos que utilizó Heber para definir el sentimiento de las autoridades sobre lo que sucedió en ese módulo 11, uno de los que está en peores condiciones dentro de ese gigante carcelario que tiene más de 4.000 personas recluidas.

El estado salud de esta personas cuando fue, si se quiere, rescatada, era similar al de un “náufrago”. Así lo definió el comisionado parlamentario Juan Miguel Petit que, junto a autoridades del ex Comcar, denunciaron los abusos y tortura ante la Fiscalía.

Será el fiscal Sergio Palomeque el que, ahora, deberá interrogar a los tres presos que se presume habrían causado el martirio. Además, está en curso una investigación por parte del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

Si bien en la celda del módulo 11 donde estaba la víctima había seis presos, incluyendo a la víctima, dos no habrían participado del secuestro. Uno de ellos recuperó su libertad días atrás tras haber cumplido su condena. El otro que no estuvo implicado y sigue en la misma celda. En tanto, los tres que sí participaron de la extorsión y secuestro están alojados ahora en el Centro de Ingresos, de la cárcel de Punta de Rieles a la espera de la investigación fiscal.

El titular de la cartera de seguridad indicó ayer que se decidió relevar al director encargado de los módulos 10 y 11 del ex Comcar. Se trata de módulos a los que el propio ministro definió como “lo peor” que él ha visto “en materia carcelaria”.

Carencias

“Venimos a hacernos cargo”, expresó ayer Heber durante la conferencia y se refirió a las debilidades que hay dentro del sistema penitenciario. En ese sentido, dio cuenta de la falta de personal que existe en el ex Comcar y explicó por qué no fue detectada antes la situación del preso que estaba en un estado de desnutrición dentro de su celda, cuando fue encontrado el pasado jueves por personal policial de la cárcel.

El secretario de Estado se refirió, también, a “la revisión de rejas”, el mecanismo por el cual un guardia penitenciario controla el estado de las celdas y también realiza el conteo de la cantidad de reclusos que hay dentro de ellas. Aquí estuvo, reconocieron, al menos una de las fallas que no permitió detectar que el recluso era torturado. “Hay responsabilidad del Ministerio del Interior y del INR”, dijo Heber.

El ministro, entonces, apuntó a “cambiar el sistema de vigilancia” y explicó que este hoy se realiza dos veces por semana y no se controla el estado de salud de los presos. “Hemos tomado una medida conjuntamente con el INR y el director del Comcar (Jorge Camargo): la revisión se va a hacer una vez por semana, pero a cada uno de las reclusos, los que además serán vistos por un médico de ASSE”. Esto, dijo, es para que “no vuelva a pasar el horror y espanto que el personal policial pudo descubrir y denunciar a la Fiscalía”.

En esa misma línea manifestó que los “policías no está preparados para determinar si el preso está en buen estado de salud”.

Por otra parte explicó que el director Camargo cuenta con cuatro policías diurnos y uno nocturno para hacer las vigilancias dentro el centro penitenciario. “Pretendemos dotar de 56 policías más, de modo tal de que pueda tener (el director del ex Comcar) ocho policías diurnos y cuatro de noche”, anunció el ministro y agregó: “es lo que hace años no ha tenido ninguno de los módulos del Comcar”.

El jerarca lamentó que “tengan que pasar estas cosas” para “darse cuenta” que hay que cambiar.

El secretario de Estado señaló también que ha habido momentos en el módulo 11 en los que reclusos “estuvieron seis meses sin poder salir al patio”, en una situación “de reclusión total”, y que si bien se hicieron cambios para revertir eso, estos fueron “insuficientes”.

Sobre el estado de salud del recluso de 28 años que sufrió la tortura durante casi dos meses, Heber indicó que actualmente se encuentra internado en el Hospital Maciel y que está “siendo asistido con la responsabilidad que el Estado tiene”.

Heber y el concepto de los "dos Comcares"

El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, asumió ayer la responsabilidad por lo que ocurrió dentro del módulo 11 del ex Comcar durante casi 60 días, donde fue torturado un preso. También habló sobre la existencia de “dos Comcares”. Así definió la situación que se vive en ese centro penitenciario donde habitan más de 4.000 reclusos. “Hay dos; uno que rehabilita y otro que, ya lo he dicho, nos da vergüenza”, dijo Heber en cuanto a “la situación humana en la que están” varios de los reclusos.

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