Piden respuestas a Colacce por roturas en el caño colector

Ministro. Trabajó como director de la obra

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ANDRÉS LÓPEZ REILLY

El Partido Nacional señala que el ministro de Medio Ambiente, Carlos Colacce, tiene responsabilidad por las roturas del colector subacuático, por haber sido el director de la obra. Si no concurre a la Junta Departamental, lo convocarán al Parlamento.

"El responsable directo de los controles que debería haber realizado la Intendencia, y que no los hizo, fue Colacce. Tras cartón, sale el director de Desarrollo Ambiental, Néstor Campal, a decir públicamente que la Intendencia hará un juicio y que en algunos casos se llegó a cambiar el cronograma de trabajo y la obra que se pensaba realizar originalmente", dijo a El País el edil Daniel Graffigna.

El Partido Nacional pretende convocar a la Junta Departamental tanto al director de Desarrollo Ambiental, como al ministro. No obstante, en su calidad de secretario de Estado, Colacce no está obligado a concurrir al legislativo comunal.

"Es una obligación moral. Y si no concurre, haremos lo necesario para convocarlo al Parlamento", añadió Graffigna.

"Lo que queremos saber es quién autorizó a cambiar el proyecto original, porque la tubería iba a ir enterrada en el lecho marino y eso después no se hizo", añadió el edil.

También la edila colorada Cristina Ferro había anticipado a El País su intención de llamar a Sala a Campal, para que explique la magnitud del problema.

"No se pude ser tan insensible y decir ante tamaño desastre ambiental que es necesario pero no urgente reparar el colector", se quejó Ferro.

Consultado por El País, Colacce se limitó a decir que "se hizo lo que dijo el proyectista". Y que "obviamente el proyectista puede adaptar su proyecto", en referencia al tramo del colector que se dejó al descubierto sobre el lecho marino.

"Es un tema puramente municipal y no estoy actualizado en los estudios que se han hecho, porque no estoy en la Intendencia desde principios de 2005", agregó el ministro. Colacce indicó que no puede debatir sobre el tema con Campal porque no tiene los informes técnicos que maneja el director municipal.

CONTAMINACIÓN. El colector pierde al menos en tres puntos, según la información oficial. Sin embargo, un informe realizado en 2006 por la misma empresa que construyó la megaestructura, señala que hay 12 juntas con "defectos" y que las restantes 20 estarían "en condiciones similares".

Según la Intendencia, pese a las pérdidas, las aguas se mantienen dentro de una calidad aceptable, lo cual parecería tener una explicación por dos condiciones naturales: el asoleamiento de los efluentes y la salinidad del mar.

No obstante, la oposición política no se conforma con estas explicaciones y tiene dudas sobre el impacto de las fugas en las playas montevideanas.

Dudas

En julio del año pasado el fiscal Enrique Viana hizo un pedido de información a la Intendencia y a la Dinama sobre el impacto de las fugas del colector. Lo que llamó la atención del fiscal fue que, pese a las roturas, el emisor mejoró la calidad de las aguas capitalinas. Por lo tanto, o bien no se explica la necesidad de arreglarlo o bien los muestreos no están reflejando la realidad. "La fisura que tiene el emisario no nos ha dado en playas un impacto a nivel de coliformes", afirmó Luis Reolón, director de la División de Evaluación de Calidad Ambiental de la Dinama.

Trabajar a ciegas en el lecho del río

Además de sumamente costosas, las obras de reparación del colector subacuático serán muy dificultosas, se hagan de la forma que se hagan, por las características del Río de la Plata. La visibilidad es prácticamente nula y no hay luces, ni cálidas ni frías, que puedan disipar la turbiedad del agua.

El 11 de noviembre de 2003, el actual ministro Carlos Colacce concurrió a la Comisión de Medio Ambiente y Salud de la Junta Departamental de Montevideo, en su calidad de director de la Unidad Ejecutora de Saneamiento de la Intendencia. Lo hizo acompañado por el director de la División Saneamiento, Américo Rocco, a raíz de las pérdidas que comenzaban a constatarse en el colector subacuático y que eran visibles al sobrevolar el área.

Entonces, Colacce mencionó que las últimas tareas que tuvieron que realizar los buzos, como ajustar las juntas, se hicieron totalmente a ciegas, con controles indirectos desde la superficie. "Cuando querían ver algo, tenían que bajar con una bolsa de polietileno de agua limpia. La apoyaban sobre el objeto que querían ver, apoyaban sobre ella la escafandra y con una linterna lograban un pequeño radio de visión. Todos los procedimientos constructivos se adaptaron a esa situación", explicó.

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