Después del encierro
El odontólogo Ricardo Barreda mató, hace 18 años, a su mujer, su suegra y sus dos hijas. El cuádruple crimen conmovió a Argentina. La Justicia le dio prisión perpetua, pero ahora, tras un nuevo cómputo de su pena, puede otorgarle la libertad condicional. ¿Cómo se reinserta en la sociedad un hombre que mató a toda su familia, que se convirtió en una figura pública y que pasó casi veinte años de su vida encerrado? Psiquiatras analizan la capacidad de readaptación de un convicto de estas características.
Buenos Aires | La Nación/GDA
Los cuerpos yacían en la casa, cubiertos en sangre. Era un 15 de noviembre de 1992. El hombre juntó los cartuchos, guardó su escopeta y salió de la casa. Más tarde llamó a la policía para denunciar un falso robo como causa de la muerte de su mujer, su suegra y sus dos hijas.
Pasaron ya 18 años de aquel crimen. El autor, el odontólogo Ricardo Barreda, fue condenado a reclusión perpetua.
Los dos últimos años vivió en un departamento en el Barrio de Belgrano junto a su novia, beneficiado con prisión domiciliaria. Ahora, espera recibir la libertad condicional, tras un nuevo cómputo de su pena.
¿Cómo se reinserta a la sociedad un hombre que asesinó a toda su familia? "Cuando la emotividad es muy alta, la criminalidad es baja y la reinserción es probable", dijo el perito psiquiatra Martín Abarrategui. Para graficar la cuestión, mencionó tres categorías de personas: los neuróticos, los psicóticos y los psicópatas.
"El 90% de las personas son neuróticas, en diferentes grados. La neurosis se caracteriza por una dificultad de adaptación al medio. El 8% son psicóticos, es decir, padecen de un trastorno químico que provoca alucinación y delirio, y el 2% son psicópatas, es decir, carecen de culpa y sólo se preocupan por su propio bienestar, sea como fuere que lo entiendan", explicó.
Para el especialista, Barreda podría ser considerado como un "neurótico profundo". Es decir una persona que en una oportunidad, bajo determinado contexto y en una situación de alta emotividad, se "sale de sí mismo y deviene fronterizo; alucina y no comprende lo que hace". "Un hombre así, luego de cometer el crimen, vuelve en sí, siente culpa y arrepentimiento".
Una opinión similar tiene el médico psiquiatra Hugo Marietan. "Cuando el crimen se comete como una reacción emocional, o un delirio muy centrado en un hecho o persona, es muy difícil que se repita porque deberían darse exactamente las mismas condiciones", dijo. Y agregó: "Si la reacción fue emocional, no puede considerarse un peligro para la sociedad, porque la causa de la acción violenta está centrada en un objeto y un hecho específico".
El crimen. "Andá a limpiar la entrada que eso es trabajo de cagón", le dijo su mujer. El odontólogo, cansado del trato que recibía de las cuatro mujeres con las que vivía, contestó: "No limpio nada la entrada, me voy a podar la parra". Pero en lugar de eso, tomó su escopeta Víctor Sarrasqueta, calibre 16,5 y recorrió la casa asesinando a su paso a su esposa Gladys, de 57 años; a su suegra, Elena Arreche, de 86; y a sus hijas Cecilia y Adriana, de 26 y 24 años.
Luego se recostó unas horas, fue a visitar a sus padres al cementerio y se reunió con la parapsicóloga Mercedes Gustavino a tomar unos mates.
Finalmente llamó a la policía a denunciar que habían asaltado su casa y matado a su familia. No tardaría mucho en desdecirse y confesar: "Sí, está bien, yo las maté".
Tres años después, los jueces Eduardo Hortel y María Rosentock lo condenaron a reclusión perpetua por los delitos de triple homicidio calificado y homicidio simple.
Gracias a la novia. Berta André es nada menos que la novia de Barreda y su carta de salida de prisión. Fue gracias a esta mujer que al odontólogo se le concedió el arresto domiciliario. "Pochi", como le dicen, le envió una carta a la prisión.
Desde hace dos años, Barreda vive junto a ella en un departamento de Belgrano. La mayoría de los vecinos hablan de una "conducta impecable" por parte del odontólogo y aseguran que nunca tuvieron inconvenientes con la pareja.
Su abogado, Eduardo Gutiérrez, solicitó su liberación definitiva, aunque aparentemente le concederían sólo la libertad condicional, una vez que se entreguen los informes psiquiátricos del Servicio Penitenciario.