Le cortan las alas a cartel local

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S. KANOVICH Y R. ROSSELLO

La operación "punta del este" de la policía antidrogas desarticuló un incipiente cartel uruguayo-boliviano de tráfico de cocaína. Era la primera red que pretendía emular a colombianos y mexicanos suministrando drogas con destino a Europa.

Un súbito cambio de planes de los narcotraficantes estuvo a punto de hacer naufragar la Operación "Punta del Este", que se venía preparando desde hacía seis meses. La elección de una pista clandestina ubicada a escasa distancia de una escuela rural obligó al equipo de la Brigada Nacional Antidrogas a replantear sobre la marcha de todo el procedimiento.

El director de la Policía Antidrogas, Julio Guarteche, informó ayer que, de todos modos, los 15 alumnos que se encontraban en la escuela "nunca estuvieron en riesgo". "No hacemos las operaciones a cualquier costo, ni para nuestros policías, ni para otras personas", aclaró Guarteche.

En los planes originales la pista clandestina que se estimaba iban a utilizar estaba ubicada a más de 700 metros de la que finalmente eligieron los narcotraficantes. Cuando los policías advierten que la Cessna 210 se dirigía a la otra pista abandonaron precipitadamente su puesto de observación. "En ese momento tres efectivos corren a la escuela para pedirle a la directora que mantuviera a los niños adentro", relató ayer el inspector Guarteche.

El hecho de que los pilotos bolivianos desoyeran la voz de alto de los policías y enfilara directamente hacia ellos obligó a estos a abrir fuego contra la cabina del Cessna.

En tanto, en la escuela reinó el pánico por instantes cuando se oyeron los disparos en el campo lindero. "Mi hijo me contó que tuvieron miedo y que los mantuvieron adentro", relató ayer a El País Delia, la madre de uno de los chicos. "Nosotros fuimos como siempre a buscarlos a los tres, no sabíamos nada", agregó.

La Escuela Rural N° 9 ayer no tuvo clases. La razón no fue el paro del Pit-Cnt, sino que los padres se negaron a enviar a los niños hasta que la Fuerza Aérea se llevara la aeronave capturada en el campo lindero.

El inspector departamental de Primaria, Arturo Cabral, confirmó a El País estos extremos que ayer a primera hora habían sido desmentidos por la ministra del Interior. "No tuvimos aviso previo de ningún tipo de operativo y hasta ahora tampoco hemos recibido información alguna a nivel de la escuela o la inspección", señaló Cabral. De todas formas el jerarca de Primaria aseguró que durante el operativo "los niños permanecieron guarecidos y no corrieron riesgos de ningún tipo".

cartel "binacional". La organización liderada por Luis Ángel Romero González, alias "El Picante", reveló datos inéditos del narcotráfico local.

El de mayor relevancia tiene que ver con el vínculo entre una aceitada organización criminal que se inició con el liso y llano contrabando. "Esto vuelve a comprobar que las viejas estructuras del contrabando se están montando con las del narcotráfico", explicó ayer el inspector Julio Guarteche.

Además de los 80 kilos de clorhidrato de cocaína, la Policía incautó unos 500 litros de tolueno, uno de los precursores químicos utilizados en la transformación de la hoja de coca en el polvillo blanco de cocaína.

A juicio de los investigadores policiales la existencia de esta sustancia evidencia que el laboratorio, o "cocina" como se le conoce en la jerga, se encuentra en Bolivia.

La investigación que se inició el 26 de noviembre del año pasado permitió demostrar que el objetivo de esta organización era el suministro de cocaína a países europeos. Un mercado en el que, hasta ahora, han tenido primacía los carteles colombianos y mexicanos, principalmente. De todas formas, los investigadores de la Dgrtid no descartan que los delincuentes también buscaran el mercado local con el tráfico de pasta base a escala "doméstica".

"punta del este". El nombre de la operación antidrogas surgió de las primeras observaciones de campo que hicieron los investigadores de Narcóticos. "Se observó a algunos integrantes de esta organización que se movían en esta zona", explicó Guarteche.

Sin embargo, el campo de operaciones de los traficantes era Montevideo y Paysandú. Un contacto clave en la capital sanducera era un conocido contrabandista local apodado "Pichulo". Este hombre, dueño de una pizzería en el centro de la ciudad, fue quien preparó el terreno para recibir la droga. La Policía local lo tenía presente: su hermano fue muerto en un confuso incidente en la zona de San Félix.

De hecho, las camionetas que cargaron los 80 kilos de cocaína fueron detenidas en los accesos a la ciudad de Paysandú. No se ha informado si el embarque iba a ser almacenado, al menos transitoriamente, en la casa del "Pichulo", que fue allanada poco después de la captura del Cessna.

Las investigaciones permitieron, también, la detención de otras dos personas de nacionalidad uruguaya a las que se presume vinculadas a la red. Con ello la cantidad de detenidos en la Operación "Punta del Este" asciende a 13.

Ayer todos los indagados prestaron declaración por primera vez ante el juez penal de 4° Turno, Jorge Díaz, que conduce la indagatoria desde el inicio de la operación.

Más allá de los elementos reunidos hasta ahora en la investigación, se abre un nuevo capítulo en relación con los contactos que los delincuentes uruguayos mantenían con organizaciones bolivianas.

Luis Ángel Romero, conocido

por el apodo de "El Picante", era el "segundo hombre al mando" de la organización criminal liderada por "Lilo" Martínez. El capo del narcotráfico en Carmelo, también conocido en las islas del Delta como "Don Carmelo" por los traficantes argentinos, fue asesinado en abril de 1999. Otro conocido delincuente fue el ejecutor material del homicidio, Alejandro Píriz Brum, en lo que se cree fue un asesinato "por encargo" de las mafias que operan en la localidad argentina de San Fernando.

Lilio Maurilio Martínez, "Lilo", llegó a liderar una poderosa organización delictiva. Su fuerte primero fue el contrabando que cruzaban a través de lanchas hasta Carmelo. Pero en poco tiempo "Lilo" Martínez comenzó a ganar terreno en el tráfico de drogas.

"El Picante", a su vez, había conquistado espacios en la organización delictiva. Si bien, según informaron ayer las autoridades, el líder de la organización atrapada en Paysandú contaba con antecedentes, hasta ahora la Policía no había podido probar el verdadero tenor de sus actividades ilegales.

Su captura le quitó el dudoso honor de haber liderado el primer cartel uruguayo.

JAVIER LYONNET | Punto de vista

Enojada y en su soberbio tono aleccionador, la ministra del Interior Daisy Tourné embistió ayer contra "los medios". En dos diarios salió algo que a ella no le gustó: que en la escuela vecina al lugar del operativo contra los narcos había niños. Quince niños. Como ella no sabía eso, entonces era "fantasía popular", era fruto de periodistas o medios (El País, en particular, porque nos sentimos aludidos) "irresponsables, con una noticia que es falsa y que no la testeamos".

En sus declaraciones de ayer de mañana aprovechó a dar una clase de periodismo, algo a lo que le han agarrado el gustito varios miembros del gobierno: "son temas muy delicados que deben ser tratados por lo menos con responsabilidad". Y de paso la emprendió contra la fuente: "un señor que no sé si sabía o no cómo se había desarrollado el operativo". Si no sabía, si sabía, hubiera "testeado" si sabía o no. Resulta que el señor sí sabía. Y que los 15 escolares estaban allí. No habían sido inventados por periodistas.

Si los niños corrieron "riesgo" o no, va por cuenta de Tourné. Al menos la crónica de El País de ayer no mencionaba "riesgo". Irresponsable, entonces, es acusarnos, difamarnos y ensuciarnos como hizo la ministra. Y el que salió a dar la cara -pidió hacerlo- fue el caballero Guarteche y no la responsable de la irresponsabilidad.