Una pareja de rusos, con contactos en el consulado de Uruguay en Moscú, llevaba a los cónsules “clientes” -generalmente grandes empresarios- interesados en obtener pasaportes uruguayos por un precio que oscilaba entre US$ 50.000 y US$ 100.000. Así lo declaró un imputado en la Fiscalía de Flagrancia de 12° Turno en una audiencia realizada el 4 de octubre de este año.
Pese a que no eran funcionarios diplomáticos, la pareja de rusos pasaba la mayor parte del día en oficinas del consulado uruguayo. Ello ocurrió a partir de 2014. La pareja tenía un buen relacionamiento con el cónsul uruguayo de la época.
Según dijeron fuentes del caso a El País, el imputado relató a Fossati que el primer cónsul en Moscú involucrado sacó “unos pocos pasaportes”, el segundo “miles” y el tercero “unos pocos”.
Los dos primeros funcionarios diplomáticos fueron nombrados por la administración del Frente Amplio y el último durante la gestión del Partido Nacional.
El imputado explicó a la fiscal que los grandes empresarios rusos deseaban los pasaportes uruguayos porque les permitían, con facilidad, salir y entrar de Estados Unidos y Europa para realizar sus negocios.
La fiscal Fossati preguntó al imputado sobre la entidad de la maniobra de entregar, en forma ilegal, pasaportes a rusos.
El hombre reiteró: “En la misma participaron tres cónsules que estuvieron destinados en Moscú. Habían otros dos embajadores implicados, según supe. También participaba en la maniobra la traductora (del consulado)”.
En la audiencia, un integrante del equipo de Fossati leyó los nombres de los tres diplomáticos destacados en la capital rusa. El imputado confirmó que se refería a ellos. Y recordó que la Fiscalía tenía en su poder pasaportes uruguayos otorgados a rusos firmados por los cónsules.
Además del testimonio del declarante, los nombres de los funcionarios diplomáticos hoy acusados se encuentran mencionados en una respuesta a un pedido de informes enviado por el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, a Fossati.
En la audiencia, la fiscal Fossati preguntó más detalles de la maniobra, según las fuentes.
El imputado respondió que todos los funcionarios del consulado de Moscú estaban involucrados y eran cómplices de la pareja de rusos que poseía en su tablet una lista de clientes interesados en obtener pasaportes uruguayos
Y agregó: “El segundo cónsul en Moscú tenía contactos muy importantes en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la época según decía en el consulado. Y, por eso argumentaba que los pasaportes que él expedía nunca iban a tener ningún problema”, expresó el declarante según las fuentes.
El reparto
En ese momento, Fossati pidió a un fiscal adjunto la lista de los tres cónsules que estuvieron destinados en Moscú desde 2014 a la fecha. Luego la fiscal volvió a dirigirse al imputado: “¿Cómo se repartían el dinero?”.
El hombre relató que “la parte importante” del dinero se la llevaban los cónsules y los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores que estaban “en nivel muy alto”.
También percibían “ganancias” la traductora e inclusive el chofer de la sede diplomática, expresó.
El declarante afirmó que los principales demandantes de pasaportes que concurrían al consulado de Uruguay en Rusia eran rusos, pero también habían ucranianos y kazajos.
Y agregó que esas personas querían abandonar Rusia por la extrema violencia que allí se vivía por el consumo de drogas, la influencia de mafias y el modo de vida en esa sociedad.
En muchas ocasiones, dijo, ciudadanos rusos se instalaron en Uruguay luego de obtener la ciudadanía otorgada en el consulado en la ciudad moscovita, pero luego se iban porque consideraban que el país tenía un costo de vida muy alto.
Astesiano
En otra parte de la audiencia, la fiscal Fossati preguntó qué vinculo había entre el excustodio presidencial Alejandro Astesiano, y los pasaportes emitidos en el consulado de Uruguay en Moscú.
El imputado respondió que no existía ninguno. Astesiano, agregó, tenía un rol vinculado al arribo de inversores rusos a Uruguay.
Y señaló que, por ejemplo, iba a llegar al país un vendedor de petróleo interesado en comerciar ese producto a un precio beneficioso para el gobierno de Luis Lacalle Pou.
“Íbamos a comisión. Nos transformaríamos en millonarios. Pero Astesiano decía que era amigo del uno del Ministerio del Interior y del uno de la Cancillería y nunca hizo nada. El negocio no salió”, concluyó el imputado.
“Los cónsules tenían muchos contactos”
Ante la fiscal Gabriela Fossati, el imputado relató que los cónsules destacados en Moscú tenían “contactos por todos lados”, inclusive en el pueblo de San Javier, una colonia rusa ubicada en el departamento de Río Negro.
Ello podría explicar que muchos ciudadanías uruguayas apócrifas otorgadas a rusos llevaran nombres de personas domiciliadas en San Javier. “Hay una relación entre los tres cónsules que estuvieron en Moscú”, insistió el imputado según afirmaron fuentes del caso. También señaló que los cónsules tenían “acceso fácilmente” al Registro Civil, lo que les permitía expedir las ciudadanías uruguayas a rusos.
Fuentes del caso explicaron a El País que es posible que la trama de las ciudadanías a rusos podría haber surgido de moradores de San Javier que viajaron a Rusia y allí trasmitieron que los hijos y nietos de rusos podía acceder a un pasaporte muy aceptado en la comunidad internacional.