En una reunión familiar, le gritó, la agredió y le quiso pegar. Tanto, que parientes de él tuvieron que frenarlo. Eso fue el 30 de enero. Cuando la víctima se entrevistó con la Fiscalía por esta agresión, mostró audios en donde la amenazaba con mandarle sicarios para matarla. Decía que él no se iba a "ensuciar las manos" pero que iba a matarla por encargo y que ya había hecho algo así. El 31 de enero el hombre fue detenido por la Policía y se lo encarceló preventivamente, pero su defensa apeló la resolución, aunque sin suerte, según surge de la sentencia del Tribunal de Apelaciones de 4 Turno al que accedió El País.
La fiscal de San José Verónica Casaravilla contó en la audiencia que la pareja venía en una relación desde hace cerca de un año y que la mujer era agredida constantemente. Si bien el desencadenante fue esa reunión en donde, a la vista de todos sus parientes, le quiso pegar, los mensajes que le enviaba por redes sociales demostraban que su calvario había comenzado antes.
Allí el imputado le insistía en que volviera a Durazno, de donde es oriunda. En medio de los insultos, la amenazaba: "Tres días (tenés), si no te vas" a tu pueblo "te mandamos en una conservadora". "Si no te vas a Durazno sos boleta, ya por suerte te queda poco a vos", dijo en otro de los mensajes.
En un momento, ella le respondió que sabía que él ya había mandado matar a un hombre, que fue quemado y descartado. "Y vos serás la otra jaja, mandale saludos a Dios si lo ves", le contestó él. Fue luego, en otro audio, que el imputado afirmó que no se ensuciaría las manos y que mandaría a "unos colombianos" a hacerlo, porque ya lo habían hecho en otra oportunidad.
La jueza Erika Reyes lo imputó por un delito de violencia doméstica agravado y dispuso su encarcelamiento preventivo por 180 días. Sin embargo, el defensor público que patrocinó al imputado apeló la decisión respecto del arresto. Argumentó que Uruguay no es "un país donde sea fácil amenazar, matar, incinerar y recurrir al sicariato" y que lo que dijo su cliente no fue en serio sino que fue producto del "agobio" y del "malestar emocional" que sufre. "Reconoció su error, se arrepintió, reconoció la gravedad de sus manifestaciones", señaló su defensor.
También alegó que "claramente el perfil del imputado en cuanto a los vínculos familiares anteriores, laborales, sociales no condicen con ese tipo de actitud delictiva".
Los jueces Gabriela Merialdo, Adriana de los Santos y Luis Charles (del Tribunal de Apelaciones de 4 Turno) entendieron que la prisión preventiva debía mantenerse porque "el peligro para la seguridad de la víctima está presente en su triple aspecto, físico, psicológico y emocional". Pese a eso, redujeron el plazo a 120 días por entender que la investigación está lo suficientemente avanzada como para poder solucionar las cuestiones que quedan pendientes en ese lapso de tiempo.
La pena de la violencia doméstica
El Código Penal establece que quien ejerza "violencia física, psíquica, sexual, patrimonial o económica, sobre una persona con la cual tenga o haya tenido una relación afectiva, de parentesco o de convivencia" será castigado con una pena de seis meses a dos años de prisión.
Pero, la pena aumenta —adicionando un tercio o la mitad— cuando el delito se vea agravado. Esto ocurre cuando la víctima es una mujer, un menor de 18 años, mayor de 65 o discapacitado.
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