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Mutio condenado a 15 años de cárcel, exhortos de varios países fueron claves para el caso

La incautación llamó la atención en el país y no pasó desapercibida en el exterior: aduana alemana la calificó de “histórica”. Su defensa alegó que la prueba de la Fiscalía “era de mala calidad”.

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Martín Mutio

Redacción El País
El 14 de julio de 2019 se incautaron 4,5 toneladas de cocaína en el puerto de Hamburgo que se hallaban en el interior de un contenedor despachado en el puerto de Montevideo con soja a granel por “el imputado Martín Mutio”. Así lo asegura el fallo del Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 2° Turno fechado ayer.

La incautación llamó la atención en el país y no pasó desapercibida en el exterior. La aduana de Hamburgo la calificó de “histórica”.

Según el tribunal, al momento de la apertura por parte de las autoridades alemanas, los precintos de seguridad que poseía el contenedor eran los originales y la droga decomisada se encontraba acondicionada en 211 bolsos deportivos.

La empresa exportadora, propiedad de Mutio, llenó tres contenedores con soja a granel en dos departamentos. “Los dos primeros fueron cargados en una planta ubicada en la localidad de los Cerrillos (Canelones) y el último, que contenía la cocaína incautada, en un silo ubicado en la Ruta 1 (San José)”, expresa la sentencia.

Y agrega que, sin embargo, en el Documento Único Aduanero (DUA) figura que los tres contenedores salieron de los Cerrillos.

El fallo, redactado por el ministro Ricardo Míguez Isbarbo, sostiene que las autoridades alemanas, a través de un exhorto, informaron a la Fiscalía de Estupefacientes que las paredes, techo y piso del contenedor no presentaban ninguna alteración estructural u otro tipo de particularidad y que los precintos no revelaban ninguna señal de falsificación o modificación “siendo los mismos” que los declarados al cargarse el contenedor en el buque que partió hacia Europa.

Con respecto a los tres contenedores, el fallo expresa que “la operativa llevada a cabo para la carga de los contenedores presentó opacidades que no se explican si no es en el marco del desarrollo de una maniobra ilícita que se presenta como operación comercial acorde a derecho”.

Y advierte que el tribunal “discrepa, radicalmente, con la valoración de la prueba realizada por la señora jueza de primer grado. (...) A punto de partida no puede menos que señalarse que sus conclusiones resultan francamente alejadas del sentido común (incluso de lo que ordinariamente ocurre con los hechos en la vida cotidiana). Se apoyó en consideraciones de un claro exceso de ritualismo formal procesal, desatendiendo todo el contexto general de los sucesos y los medios probatorios que acompañaron en este juicio”.

Con esos y otros conceptos, el Tribunal de Apelaciones rebatió el fallo de la jueza de Crimen Organizado de 1er Turno, Adriana Chamsarian que, el 18 de agosto de 2022, absolvió a Mutio de los delitos de tráfico de drogas y de lavado de activos.

La fiscal especializada en Estupefacientes, Mónica Ferrero, apeló la sentencia de Chamsarian y ayer el tribunal le dio la razón. Condenó a Mutio a cumplir una pena de 15 años de penitenciaria por los delitos de tráfico de drogas y lavado de activos. El abogado de Mutio, Florencio Macedo, informó que llevará el caso ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ).

además

La versión alemana sobre la cocaína

El fallo del Tribunal de Apelaciones refiere a que Alemania aportó mucha información crucial a la Fiscalía de Estupefacientes.

“Las autoridades de Alemania, en sus reportes, que fueron ingresados al proceso, incluso se recibió la declaración del fiscal alemán Ellerbrock, dejaron constancia que camuflados dentro del contenedor de soja se incautaron 211 bolsos que contenían 4.205 ladrillos con una sustancia que, en todos los casos, luego de las pruebas de campo rápidas dieron cocaína”.

El tribunal agrega que “ni la propia defensa (del empresario Martín Mutio) puso en tela de juicio que en el contenedor que exportó había cocaína”.

Claves de la investigación

La fiscal Ferrero se enteró un mes después que hubo una incautación récord en el puerto de Hamburgo. Ferrero, quien fue jueza penal y posee una amplia experiencia en investigación criminal, reunió un equipo inédito hasta el momento: logró juntar a funcionarios aduaneros y a policías.

En plena pandemia, Ferrero envió exhortos a España y a Alemania solicitando información sobre las exportaciones de soja realizadas por la empresa de Mutio.

Sin embargo, la fiscal y su equipo enfrentaron un escollo: una sentencia de la entonces jueza especializada en crimen organizado, Beatriz Larrieu, que dispuso que la investigación sobre los 4.500 kilos de cocaína debía durar 13 meses. Es decir, Larrieu le puso fecha de finalización de la investigación el 23 de diciembre de 2020, según dijo una fuente del caso a El País. Al otro día comenzaba la feria judicial y ello obstaculizaba una eventual apelación.

El Código de Proceso Penal (CPP) establece que las investigaciones pueden durar un año y ser renovadas por un año más. No obstante, Larrieu -hoy en un tribunal de apelaciones- exige que las fiscalías cierren sus investigaciones lo más pronto posible y por eso rara vez otorga un plazo de más de un año a una indagatoria.

No obstante, los exhortos provenientes de Alemania demoraron más de un año en llegar a Uruguay. Eran de vital importancia para la investigación fiscal. Contenían fotos de la droga incautada y resultados de pericias que establecían que los bolsos deportivos contenían cocaína. Esos exhortos contradecían la opinión de la jueza Chamsarian sobre que la ausencia de un análisis científico de la sustancia decomisada en Hamburgo impedía una condena a Mutio por narcotráfico.

Para poder enfrentar una investigación compleja en escaso tiempo, Ferrero se rodeó de las fiscales Gabriela Fernández y Cecilia Ronco (Estupefacientes), Gabriela Aguirre (Cooperación Internacional) y Valeria Bovio (Litigación). Gracias al aporte de esas fiscales, Ferrero obtuvo información de la Guardia Civil Española sobre el trayecto del buque con el contenedor, el cual estaba debajo de otros recipientes de acero y era imposible su apertura en alta mar. También supo que, en España, de los tres contenedores cargados con soja uruguaya fue retirado uno, justo el más pesado. Los otros fueron reembarcados rumbo a Grecia.

La Fiscalía de Estupefacientes consiguió información mediante exhortos de policías del país origen de la cocaína, por donde esta transitó hasta llegar al puerto de Montevideo y de ahí a la terminal de Hamburgo.

Según supo El País, en un principio la Fiscalía de Alemania estaba reticente en responder exhortos enviados por la Fiscalía uruguaya. Es que, hasta el momento, ningún fiscal había iniciado un juicio en el país de donde salió la droga. Este fue el primer caso.

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