Expertos en derecho consideran que normas que condenan la incitación al odio no se aplican lo suficiente

Ayer se realizó un evento sobre los 20 años de la aplicación de la ley 17.677 contra la discriminación de personas, en el Hotel Hyatt Centric Montevideo.

Jerarcas de la Fiscalía, Ministerio de Educación y de la Suprema Corte en evento que recordó al abogado y docente universitario, Nahum Bergstein
Jerarcas de la Fiscalía, Ministerio de Educación y de la Suprema Corte en evento que recordó al abogado y docente universitario, Nahum Bergstein.
Foto: Francisco Flores

Catedráticos uruguayos y argentinos departieron ayer sobre las legislaciones antidiscriminatorias en ambos países. Durante un evento que recordó la figura del abogado y docente universitario, Nahum Bergstein, desarrollado en una sala del Hotel Hyatt Centric Montevideo, figuras como el fiscal de Corte adjunto, Juan Gómez, relataron el bajo nivel de aplicación que presenta la norma.

Juristas recordaron que Bergstein fue el primero en trabajar los temas de la discriminación en el Uruguay, tanto en el ámbito académico como en el legislativo. Bergstein tuvo una dilatada trayectoria como docente de Derecho Penal en la Facultad de Derecho y fue senador y diputado colorado.

Precisamente, Bergstein y otros parlamentarios fueron los promotores hace 20 años de que se promulgara la Ley 17.677, una iniciativa que condena la incitación al odio.

En la apertura del seminario, Gómez advirtió que internet “es una vía de transmisión de problemas tan sensibles” para la sociedad como puede ser la incitación al odio, al racismo o la xenofobia. “Un conjunto de situaciones que no tienen otro significado que hacerle mal a la población”, reflexionó.

Y agregó: “Si bien la legislación es importante, como los convenios internacionales que nuestro país ha incorporado, ello no es suficiente si no existe una auténtica aplicación de esas normas para evitar los dramas que la discriminación puede crear en cada sociedad. En esto la función del Estado es fundamental”.

El escritor y ensayista argentino, Santiago Kovadloff, quien expuso sobre “la discriminación como problema social”, dijo que, desde el punto de vista filosófico, la raíz de ese flagelo “es la angustia que promueve la diferencia”.

“Presumir que vamos a derrotar de una vez por todas el desprecio por el prójimo es no entender esencialmente ni cabalmente nuestras carencias”, agregó.

Didier Opertti, abogado y catedrático que ocupó cargos ministeriales en los dos últimos gobiernos del Partido Colorado, recordó que el derecho internacional sufrió embates en las dos grandes guerras mundiales del siglo XX.

Opertti expuso sobre “la protección jurídica contra la discriminación: el Derecho Internacional”. Durante su ponencia recordó que otra vez un conflicto armado sacude Europa y el mundo por la posibilidad del uso de armas nucleares”. Y aseguró que “ha nacido” el momento de que el sistema internacional “enfoque que no puede estar sentado en la misma mesa -que resuelve si va a tener una acción más activa en el conflicto, como sería el caso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que puede recurrir al capítulo 7 de la carta, que autoriza el empleo de la fuerza bajo ciertas limitaciones- el agresor que tiene derecho de veto”. “Es una organización en que es juez y parte al mismo tiempo”, remarcó.

El ministro del Tribunal de Apelaciones, Luis Charles, disertó sobre “la Respuesta uruguaya” a la discriminación. El magistrado señaló que, a instancias de la senadora nacionalista Gloria Rodríguez, se trabaja en un proyecto para que cree otro delito contra la discriminación. Y pidió que se excluya las vías alternativas de solución de conflictos que tiene el ordenamiento legal uruguayo en lo relativo al odio.

El catedrático argentino de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho (UBA), Daniel Sabsay, en tanto, habló sobre “la protección jurídica contra la discriminación” en el derecho Internacional. Sabsay destacó que en Argentina es muy importante la existencia de fueros personales porque, según dijo, “el Congreso se transforma en una suerte de aguantadero”.

Por su parte, el docente universitario y abogado penalista, Gonzalo Fernández, realizó su presentación sobre “el negacionismo” en “los delitos de odio”.

Fernández destacó que hay posturas en países europeos donde el negacionismo -negar un hecho histórico como el holocausto judío, por ejemplo- es un delito. Pero enfatizó que este tipo de legislación no existe en el país. “No tenemos en Uruguay una norma antinegacionismo”, aseguró.

Con respecto a la aplicación de normas proteccionistas de los derechos de personas, Fernández advirtió que estas “se aplican escasamente”.

El cierre del evento estuvo a cargo de la subsecretaria de Educación y Cultura, la historiadora Ana Ribeiro, quien señaló que el uruguayo no cree que es racista.

La dirigente del Partido Nacional recordó una anécdota sobre el dueño de un taller mecánico que se quejaba permanentemente de que el reconocido artista Rubén Rada, como su empleado, se pasaba tecleando en los techos de los autos en lugar de trabajar.

El mecánico no vio el talento de Rada. Y ese día, según relató Ribeiro, la historiadora comprendió “cuánto se solapaba” entre los uruguayos el racismo que existe en la sociedad.

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