El juez Marcelo Souto condenó a 30 años de cárcel y 10 años más de medidas de seguridad eliminativas a un joven que, según comprobó él mismo, mató a cuatro hombres en el barrio La Chancha y sus inmediaciones. La Fiscalía de Homicidios de 1er Turno insistió en que los cuatro homicidios se cometieron frente a niños, pero según Souto eso se pudo probar durante el juicio en tres de los casos.
Había un "actuar delictivo en el barrio, del cual obviamente el imputado era parte" y fue en ese contexto que dio "muerte de la forma salvaje a esas cuatro personas e hirió a ese niño", dijo el juez Souto al explicar los fundamentos de su fallo en una sentencia judicial que presenció El País.
El primer episodio ocurrió el 3 de octubre de 2021, cuando un hombre salió de su casa con su hijo de tres años y fueron atacados a balazos. El adulto murió y el niño, aunque fue herido de gravedad, milagrosamente sobrevivió. Allí, fueron asistidos por un amigo de la familia, que fue asesinado un mes después cuando iba en un camión junto a su familia.
El tercer episodio ocurrió el 17 de abril de 2022, cuando unos jóvenes llamaron por el apodo a un hombre. Él salió de la casa y fue acribillado a balazos. Según la teoría fiscal, estaba con sus hijos, pero el juez afirmó que esto no se probó en el juicio. Por último, el 10 de junio, otro hombre fue llamado a la puerta de su casa y cuando salió fue asesinado. Sus hijos mellizos de entre 7 y 9 años miraban por la ventana.
El juez aceptó la pena pedida por la Fiscalía, que era la máxima. En los alegatos de cierre, el fiscal del caso Carlos Negro –que estuvo acompañado de las adscriptas Natalia Pereira y Victoria Ghiorsi– había dicho que con expectativas de vida de 80 años, "una pena de 30 años para este tipo de delitos que ahora se están dando con dramática frecuencia, resultan penas que son bajas".
Así, de esta forma, descartó lo que pedían las abogadas del acusado, las defensoras públicas Virginia de los Santos y Andrea Souto. Ellas habían llevado al juicio como testigo a un pariente cercano del acusado que afirmó que al momento del primer homicidio el imputado estaba en el baño. Sin embargo, el juez lo desestimó.
La sentencia puede ser apelada por la defensa.