Redacción El País.
La Brigada de Homicidios y la Fiscalía intentan reconstruir los pasos que dio el abogado y exjuez Luis Alberto Delfino previo a su muerte. Sus restos aparecieron en un auto calcinado próximo a la usina de Felipe Cardoso este lunes, pero no fue hasta el miércoles que el cotejo de ADN permitió conocer su identidad.
La investigación comenzó cuando una persona denunció haber encontrado huesos en el baúl de un auto abandonado en un descampado próximo a Pantaleón Pérez y Emilio Ravignani, cerca de una estación eléctrica de UTE y una pequeña cañada. El hombre había comenzado a revisarlo para ver si había algún objeto de valor y, al notar los restos óseos, dio cuenta a la Policía.
Al principio catalogaron el caso como muerte dudosa, informó Telemundo, y pensaron que podía tratarse, incluso, de material de estudio de algún alumno de Medicina. En ese momento, se dio cuenta a la Fiscalía de Flagrancia de 3er Turno a cargo de Silvia Pérez. Ella ordenó que los huesos pasen a un perito forense para determinar la causa de la muerte.
Entre los restos estudiados había al menos un fémur y un cráneo. Fue con este último que el martes se logró concluir que la persona había muerto a causa de un homicidio: sufrió un tiro en la cabeza.
En ese momento el caso se derivó a la Brigada departamental de Homicidios y a la Fiscalía de Homicidios de 4to Turno, compuesta por Andrea Naupp, Katia Nieves y Adriana Colman.
Mientras tanto, la Policía intentó dar con el dueño del auto Volkswagen Gol blanco donde se habían hallado los restos. A pocos metros del vehículo habían encontrado una chapa matrícula y por eso procuraron contactarse con el titular.
Allí surgió el nombre de Luis Delfino, un abogado y exjuez de 63 años de edad. Los oficiales no lograron contactarse con él y llamaron a sus parientes, quienes denunciaron que hacía alrededor de un día que no sabían nada de él. Hasta ese momento no estaba denunciado como desaparecido.
Según reportó Telemundo, sus hijos declararon que hablaron con él por última vez entre el sábado en la noche y el domingo. A su vez, manifestaron que su padre no tenía ningún conflicto ni se imaginaban porqué podría haber ocurrido un hecho de estas características.
La certeza de que se trataba de él llegó este miércoles, cuando se obtuvo el resultado del cotejo de la muestra de ADN por parte de la Dirección Nacional de Policía Científica.
Ahora, las autoridades buscan profundizar en la investigación para reconstruir los últimos pasos de Delfino previo a ser agredido y dónde fue el lugar donde lo mataron. A su vez, indagan sobre cuál pudo haber sido el motivo del homicidio, sobre el que aún no tienen pistas ciertas.
La víctima no tenía antecedentes penales. Era hijo de un connotado abogado y él se recibió de la misma profesión. Quedó habilitado para ejercer la abogacía en el año 1991. Antes de eso, trabajó como administrador y propietario en una sociedad ganadera.Según publicó él en su propio perfil de Linkedin, trabajó en el estudio de su padre hasta el año 1993, cuando ingresó en la judicatura.
Fue juez hasta el año 2000 y su último trabajo fue en Ciudad de la Costa. Allí se le inició una investigación administrativa que terminó en su salida del Poder Judicial, aunque surgen versiones encontradas sobre si fue destituido o renunció.
A partir de ese momento, ejerció liberalmente la profesión e intervino en algunos casos penales. Uno de ellos, en Ciudad de la Costa en el año 2009, donde patrocinó a un hombre acusado de rapiñar a mano armada a un chofer cobrador en un ómnibus.
Muerte de pareja de abogados de Maldonado y la hipótesis de que sea un homicidio
Al crimen de Delfino, se suma la investigación que se lleva adelante en Maldonado por la muerte de dos de sus colegas desde hace más de un año. Se trata de Mercedes Nieto y Mario Cabrera, una pareja de abogados de 49 años cuya casa en Laguna Garzón se incendió hace más de un año. Una pericia privada realizada a pedido de la familia de las víctimas concluyó que el fatal desenlace no fue un accidente.
En junio de 2025 se cumplió un año del hecho y en ese momento El País reportó que la Fiscalía de Maldonado había pedido nuevos informes a la Dirección Nacional de Bomberos (DNB), puesto que la primera pericia estatal indicaba que se había tratado de un accidente.
Juan Fagúndez, abogado de la familia de las víctimas, dijo semanas atrás que: “Ese día al mediodía no había ninguna razón climática para prender la estufa, porque no estaba frío, iban a abrir la casa un par de horas y se iban a volver, nadie prende la estufa en esas circunstancias. Y la intensidad del fuego sobre los cuerpos mostró que no era posible que fuera por la estufa, porque debían haber caído al fuego intenso directo durante muchas horas”, detalló el defensor al cumplirse el aniversario del episodio.
Durante dos meses, el expediente del caso estuvo catalogado como accidente. “Esos meses hubieran sido importantísimos para recabar pruebas y eso no se hizo porque alguien dijo que fue un accidente. La Policía empezó a trabajar muy tarde y estamos muy preocupados por eso. Se tienen que poner a trabajar, más”, sostuvo Fagúndez.