Fueron 13 los positivos detectados en Atenas

Madrid - Los trece positivos detectados Atenas; el escándalo del laboratorio BALCO, que puede acabar con la carrera de los estadounidenses Tim Montgomery y Marion Jones, y las revelaciones del ciclista Jesús Manzano son el legado del dopaje durante 2004, año que no ha resuelto el caso del futbolista Gurpegi.

Ciclismo, atletismo, halterofilia, lucha, remo y hasta hípica fueron los deportes golpeados por esta lacra, que pretenden combatir con presupuestos millonarios organismos como el Comité Olímpico Internacional (COI), la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), las federaciones internacionales y los gobiernos nacionales.

La herencia de BALCO, laboratorio estadounidense investigado por la Agencia Antidopaje de ese país (USADA) como suministrador y creador de THG (tetrahidrogestrinona) -esteroide sintético descubierto en junio de 2003 por la denuncia de un entrenador anónimo de atletismo- ha proseguido durante los últimos doce meses.

Antes de que el Tribunal de San Francisco empezase a examinar el caso, la USADA se empleó a fondo como escarmiento con la clientela habitual de BALCO. La suspensión a perpetuidad de Jerome Young, más los ocho años de sanción a Michelle Collins, cuatro a Alvin Harrison, dos a Kelli White y otros dos a Calvin Harrison son buena muestra de ello.

Aunque algunos nunca dieron positivo como Michelle Collins y Alvin Harrison, la USADA los incluyó en la lista de consumidores de sustancias de BALCO junto a Chryste Gaines y Tym Montgomery -plusmarquista mundial de 100 metros-, que han llevado su caso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) del COI al entender que la Agencia carece de competencias para sancionar si no hay positivo.

Las acusaciones hacia Marion Jones, compañera de Montgomery, hechas por el propietario de BALCO, Víctor Conte, llevaron a la quíntuple medallista de Sydney a presentar una demanda por difamación contra Conte, inculpado junto al vicepresidente del laboratorio y dos entrenadores.

Las sospechas, pese a las cuales Jones participó en Atenas, convirtieron los últimos Juegos en una auténtica cruzada contra el dopaje: 2.815 controles, entre ellos 382 por sorpresa, y 600 análisis en los Paralímpicos no impidieron un goteo diario de positivos y la retirada de siete medallas por parte del COI.

Entre ellas las de la campeona de peso en Olimpia, la rusa Irina Korzhanenko, positivo por estanozolol en un control posterior a la competición; el oro en disco, el húngaro Robert Fazekas, que no entregó una muestra completa de orina tras la competición, y el campeón de martillo, el húngaro Adrian Annus, que falseó un control.

Estozolol, testosterona, estimulantes y clembuterol, viejos conocidos de los laboratorios, fueron los preferidos por los tramposos , a pesar de que el COI se había preparado para buscar sustancias de nuevo diseño, que fueron sustituidas por otras baratas, eficaces y de fácil acceso en Internet y farmacias.

Rusos, húngaros, indios, turcos y deportistas de Uzbekistán, Myanmar, Ucrania y Bielorrusia protagonizaron los casos registrados por el COI, que asistió conmocionado, igual que toda Grecia, a la peripecia de los atletas locales Kostas Kenteris y Ekaterina Thanou, para eludir un control en la víspera de la inauguración, hasta simular un accidente de tráfico para justificar su actitud.

El peso de la sospecha obligó a ambos a renunciar a participar en los Juegos de su país y tras ser acusados por las Federación Internacional de Atletismo (IAAF) de violar las reglas antidopaje, tendrán que sentarse ante un tribunal, ya que el caso ha pasado a manos de la justicia griega.

El sainete del dopaje ha salpicado este año también a dos campeones olímpicos de hípica. El alemán Ludger Beerbaum y el irlandés Cian O Connor, a pesar de que parte de la muestra B del análisis hecho al caballo fue robada en octubre del Laboratorio Forense de Caballos de Carreras de Newmarket (Reino Unido).

España, donde el futbolista Carlos Gurpegi sigue sin cumplir su sanción dos años después de su positivo al trasladar el caso a la justicia ordinaria, regresó de Atenas sin un borrón en este apartado. El COE fue drástico y excluyó del equipo días antes de la inauguración a la ciclista Janet Puiggrós y al piragüista Jovino González, ambos positivos por EPO.

El impacto que tuvieron las declaraciones de Jesús Manzano, ex ciclista del KELME, que ofreció todo tipo de detalles sobre las prácticas dopantes a que se sometió, marcaron el inicio de la temporada ciclista, que se saldó con otro duro golpe para el pelotón español al conocer el positivo de Santi Pérez.

El corredor del Phonak, revelación y segundo en la Vuelta a España, es el último del pelotón, golpeado en 2004 en las figuras de su compañero Tyler Hamilton, campeón olímpico de contrarreloj y positivo por transfusión igual que Pérez, y los procesados por la presunta red de tráfico y consumo en el equipo COFIDIS investigada por la policía, Cedric Vasseur, Mederic Clain y Massimiliano Lelli.

Las acusaciones vertidas en un libro contra el estadounidense Lance Armstrong, quíntuple vencedor del Tour y la peculiar pena de trabajo de interés general reclamada por un Tribunal correccional de Termonde (Bélgica) para Frank Vandenbroucke por posesión y uso de productos dopantes , añaden una otra página al capítulo más negro del deporte mundial, aún inconcluso.

EFE

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