Evocan el domingo la matanza de Salsipuedes

Con una cabalgata desde Guichón y luego un encuentro

PAYSANDÚ | SANDRA KANOVICH

Por octavo año consecutivo el próximo domingo se realizará el Encuentro en Salsipuedes, precedido por sexta vez por la cabalgata, que partiendo desde Guichón arribará a las orillas del arroyo Salsipuedes, considerado históricamente el sitio del exterminio de los charrúas, el 11 de abril de 1831.

La convocatoria es en recuerdo a aquella matanza ordenada por la primera Presidencia del país y calificada por muchos como una traición a una colectividad aborigen ligada a las luchas independentistas artiguistas, en pos de los intereses que reinaban en la época.

El episodio que es anualmente evocado por descendientes de charrúas, historiadores y organizaciones tradicionalistas, cuenta desde hace ocho años con este evento que se desarrolla en el límite entre Paysandú y Tacuarembó y donde en 2005 fue erigido un memorial, que lo recuerda en forma permanente.

Con importante participación de organizaciones e instituciones de la zona, la recordación es organizada por la Agrupación Creativos y Sol y Palma de Guichón y cuenta con el apoyo de radio Paz de esa localidad, de su Junta Local y de la Intendencia.

La cabalgata partirá el sábado a la salida del sol desde Guichón, por la Ruta de los Charrúas. Mientras se le irán sumando las aparcerías, pasará por las escuelas 17, 18 y 60 de Piñera, Merinos y Morató.

La cabalgata reanudará su marcha el domingo en la mañana. A las 10 horas se realizará un acto en la Escuela 29, Vaimaca Perú y una hora después está previsto una concentración y el acto protocolar en el Memorial a los Charrúas. Ya de regreso, en pueblo Tiatucurá, los organizadores invitan a participar de una fiesta, con música, bailes típicos, recitados y folklore.

MEMORIAL. Creado por el artista plástico Juan Carlos Ualde y construido por la Agrupación Creativos, el memorial es una estructura de hierro reciclado que simboliza la unión de las culturas indígena y española. Son dos figuras entrelazadas, que forman un reloj de arena, representando la revalorización a través del tiempo, de aquello que fue injustamente desvalorizado. Las figuras elegidas son las de dos cartas de juego utilizadas por los charrúas, cuya confección es atribuida al indio Tacuabé. Se trata de las correspondientes a la sota y al caballero, que representan a la mujer y al hombre.

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