IDEAS PARA EL ÍCONO FERROVIARIO
Junto a los ferrocarriles se diseñó un centro turístico, deportivo y empresarial.
Una torre de 45 pisos, una terminal de ómnibus subterránea, museos, teatros y una rambla elevada son algunas de las soluciones que plantean Augusto Alcalde y Federico Arrosa para la Estación del Ferrocarril Central General Artigas, de Paraguay y La Paz, abandonada hace 14 años.
La idea será presentada al intendente de Montevideo, Daniel Martínez, con el objetivo de encontrar una solución a un terreno patrimonial deteriorado que tuvo la última salida de un tren el 28 de febrero de 2003.
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El trabajo con el cual los estudiantes se recibieron como arquitectos en las últimas semanas demandó tres años, un análisis con drones y un relevamiento padrón por padrón de todos los barrios aledaños, con el objetivo de escoger las mejores soluciones para esta zona.
El proyecto.
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Los espacios del gigantesco predio y la obra inaugurada en junio de 1897 estarían divididos en seis "vacíos". El primero es el ingreso a la nave principal de AFE que integraría museos, teatros, locales gastronómicos y locales comerciales.
El segundo "vacío" abarcaría el sector de los andenes, también llamado Paseo de las Esculturas. La parte exterior suma todo el sistema eléctrico para conectar a la nave principal del predio y la interior, la de los antiguos galpones de la estación, donde se prevé que haya talleres de arte y de cerámica. "Queremos que sean lugares a donde se pueda ir a aprender algún oficio".
Con el objetivo de separar las dos partes del proyecto, el tercer "vacío" funciona como "pulmón" y se transformaría en un espacio verde: habría arbustos, árboles. Desde ese lugar parten una rampa, escaleras y ascensores, a conectar con la "rambla elevada". Esta solución, aseguraron los arquitectos, busca que se pueda obtener una vista hacia el puerto y de esta forma vulnerar la obstaculización visual que generan los contenedores arrinconados sobre la calle. Además de una ciclovía, tendría asientos para contemplar el atardecer.
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La práctica deportiva busca, por su parte, diversificar la propuesta. Por eso, se crearía en la parte exterior, del cuarto "vacío", un espacio de canchas de fútbol, básquetbol y tenis que serán públicas. En los antiguos galpones, se piensa generar un club deportivo privado, que contará con dos piscinas. "La idea es que alguien salga de trabajar y pueda ir al club", comentó Arrosa.
La parte cinco del proyecto es la más corporativa. Allí habría un espacio verde y la torre de 45 pisos. Los arquitectos la pensaron esbelta, y no apaisada, con el objetivo de no generar tanta sombra, como ocurre en la rambla de Pocitos. Creen que la cantidad de personas que trabajen en esta torre generará una masa de gente capaz de dinamizar el movimiento comercial y de esparcimiento en el lugar. "Lo haría viable", comentó Alcalde.
En la parte de los galpones habría un supermercado vinculado con la terminal de ómnibus subterránea. "Una persona que sale de trabajar podría comprar la cena ahí. Se trata de anexar los servicios y que sean compatibles", agregó Alcalde.
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Adiós a Río Branco.
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El proyecto busca que esta nueva solución urbanística se convierta en un nexo entre Ciudad Vieja, la Aguada, el Centro y Tres Cruces.
Por eso, la terminal de Río Branco, que genera un movimiento diario de entre 18.000 y 20.000 personas, se eliminaría de donde está.
Según el análisis, la creación del arquitecto Aldo Lamorte, inaugurada en 2002, requiere de una "revisión urgente" debido a la transformación vehicular que ha tenido Montevideo. El 65 % de los ómnibus que salen de este sitio toman las rutas 1 y 5, el 14% va por la ruta 8 y el 21% por Avenida Italia.
El nuevo espacio se realojaría de manera subterránea a la altura de la calle Nicaragua. Desde allí saldrían los ómnibus que van hacia el oeste de la ciudad y circulan por Ruta 1 y Ruta 5. Los coches ingresarían por Paraguay y saldrían de manera subterránea por la rambla.
Hacia el este deben suministrarlos a la terminal de Tres Cruces. En la calle La Paz piensan crear un sistema de tranvías que se conecte con ese sitio. A su vez, pretenden realizar un ensanche de esta calle para instalar mini buses para transportar más personas que trabajen en Ciudad Vieja. "Hay que cambiar la escala del sistema de transporte", comentó Alcalde. Claro, para muchos usuarios está mal visto tomarse más de un ómnibus. "Pero quizás pasa por una mala gestión. Hay que mejorarlo", comentó.
Los proyectistas explican que los pasos a seguir para restaurar la gigantesca estación requiere obras de ingeniería y arquitectura en la ciudad, reposición de mamposterías, métodos de limpieza de las fachadas y espacios interiores. Las obras demandarían unos 36 meses.
Estudian opciones.
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La Intendencia de Montevideo ha intentado tener el control del bien, sin afectar el proceso judicial que lo afecta (ver nota aparte). En este sentido, el director nacionalista de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE), Alfonso Lereté, le presentó una idea al intendente montevideano en julio pasado para crear una comisión compuesta por varios ministerios con el objetivo de estudiar qué hacer con este predio.
AFE pretende usufructuar el lugar en comodato para tener más frecuencias y trasladar en tren a más pasajeros. "Que sea una terminal para los ómnibus para tratar de descongestionar Tres Cruces. A su vez, darle una dinámica desde el punto de vista comercial", comentó Lereté.
Daniel Martínez también recibió algunas otras propuestas sobre qué hacer con el lugar. "Pero esto quedó en suspenso en virtud que irrumpió en la escena el tema de UPM", agregó Lereté . Otra de las sugerencias de este proyecto de AFE es desarrollar en un sector de la estación un Tren Histórico Turístico y conectar a los cruceristas que bajen del puerto con la Estación Central. "Es un tema clave para el Uruguay productivo en materia turística", señala el proyecto. En ese tren se accederá a sitios y eventos históricos del país como la Fiesta de la Patria Gaucha en Tacuarembó, al Festival de Folclore en Durazno, y la tradicional celebración de San Cono en Florida.
Un predio con servicio de vigilancia permanente.
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Hoy, el Banco Hipotecario, poseedor de la Estación Central, le realiza un mantenimiento mensual al predio, que cuenta con una valla metálica exterior; se busca que no ingresen intrusos o indigentes, como antes sucedía. También cuenta con un funcionario de seguridad permanente (que representa un costo de US$ 4.000), y una vez al mes acude una dotación del Ministerio de Transporte y Obras Públicas para cortar el pasto, reponer algunas de las chapas del cerramiento y lograr un mantenimiento "mínimo". Las tareas, según informaron a El País fuentes de AFE, no suponen grandes modificaciones ni inversiones. A estas alturas, para lograr un verdadero plan de emergencia y recuperar el histórico edificio abandonado hay quienes estiman que se debería invertir por lo menos unos 20 millones de dólares.
Pasajeros piden que vuelvan los trenes.
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El Grupo de Pasajeros en defensa de la Estación Central fue creado con el objetivo de que los trenes vuelvan a circular por ese lugar.
"Nosotros queremos que los trenes vuelvan a salir y llegar a la estación. No quiere decir que no tiene utilidad ferroviaria para que se puedan hacer otras cosas", comentó a El País Marcelo Benoit, uno de los integrantes de esta organización.
Benoit considera que la nueva terminal de AFE "no sirve para nada". "No permite conectarse con el sistema de transporte. Está en un lugar totalmente inconveniente para el acceso de pasajeros, y además tampoco tiene utilidad para el transporte de carga como sí lo tiene la playa de maniobras de la Estación Central".
Según estudios que han realizado, si se volviera a utilizar la colosal edificación y sus instalaciones patrimoniales como terminal de trenes todos los servicios ferroviarios pasarian a movilizar entre 750.000 y un millón de pasajeros por año, y se revitalizaria el barrio.
Un eterno litigio que causó el abandono.
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En 1998 AFE había enajenado la Estación Central al Banco Hipotecario (BHU). Este banco creó una sociedad anónima en 2001, llamada Saduf, encargada de llamar a licitación. Solo hubo un interesado: Glenby. En 2003, AFE todavía seguía usando la Estación y Glenby inició una demanda porque no se le habían entregado los inmuebles.
El empresario Fernando Barboni alegó que debido a que demoraron mucho tiempo en entregársela, ya no aceptaría el bien e iniciaría una demanda al Estado por US$ 1.000 millones, pero perdió y quedó obligado a más de una prestación.
Glenby debía asumir el contrato y recibir los bienes. Si no lo hacía, caería en incumplimiento. Y esto fue lo que sucedió.
Otra vez a los tribunales: el Estado intimando a que Borboni cumpla y el tiempo transcurriendo. En febrero habrá una audiencia más por el conflicto.El inmueble, propiedad otra vez del Banco Hipotecario, permanece anclado en Montevideo.