El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, defiende como realistas los lineamientos para los Consejos de Salarios y advierte que se debe entender que cambió el escenario macroeconómico, pero reitera el compromiso del gobierno con el derecho de huelga y con la recuperación del salario real.
De todas formas, dice que las mejoras salariales deberán estar atadas a cláusulas de paz y compromisos de gestión. “No puede ser que la gente se lleve la plata al bolsillo y a cambio me haga paro por cualquier cosa. Los acuerdos son para cumplirse”, sostiene el ministro en entrevista con El País. Ve carencias de formación en los representantes sociales en los organismos públicos.
—¿Qué evaluación hace del conflicto de la educación?
—Yo creo que estamos en medio del proceso. Esto va a continuar algunas semanas más. El gobierno ha dado señales claras de hacia dónde queremos ir. Creo que esto ha tenido impactos en la sociedad uruguaya a nivel político y a nivel sindical. Nuestro objetivo es que gane el Uruguay. Y en eso estamos.
—¿Usted estaba de acuerdo con que se declarara la esencialidad?
—Yo soy parte del gobierno. Acá se había producido una serie de hechos que nos han sorprendido por la cantidad de paros en la educación y en otros sectores de actividad que estaban distorsionando fuertemente el desarrollo educativo de los niños y los jóvenes. Y ante eso en el gobierno definimos una estrategia que es tratar de asegurar el mejor presupuesto educativo de la historia del Uruguay. Seguir mejorando los salarios como se mejoraron en los últimos diez años, seguirlos mejorando en los próximos dos años y comprometernos a mejorarlos en los últimos tres años del gobierno. Tender al 6% en el presupuesto de la educación pero, por sobre todo, garantizar que la educación en Uruguay tenga una actividad normal. Por lo tanto, había que tomar determinadas medidas y nosotros acompañamos la estrategia del gobierno.
—Transcurrió más de una semana desde la declaratoria de esencialidad hasta la normalización de los servicios.
—Creo que eso es relativo. La resolución de esencialidad es parte de la estrategia del gobierno por la educación del país. Creo que no se la puede evaluar matemáticamente. No se pueden evaluar matemáticamente los paros. Creo que hay que ver cómo esto nos conduce a un buen resultado. ¿Cuál es un buen resultado? En primer lugar que haya el mejor desarrollo del proceso educativo en Uruguay. En ningún momento este gobierno y este ministerio quieren afectar la libertad sindical, el derecho a la huelga. Yo dije en el congreso del Pit-Cnt, y lo reafirmo, que nosotros queremos movilizaciones para criticarnos y para apoyarnos. El objetivo de la educación no puede ser solamente el salario de los docentes. Ese puede ser uno de los objetivos. Lo fundamental es seguir mejorando cómo se educa a la gente en Uruguay.
—A usted lo expulsaron de su sindicato.
—Esas cosas duelen. Quienes resolvieron eso saben lo que hacen. Yo, al otro día, me volví a reunir con ellos para dialogar y seguir buscando soluciones. El gobierno hizo cuatro propuestas en diez días, la mayoría de ellas en acuerdo con los dirigentes del Pit-Cnt y los principales dirigentes de los sindicatos de la enseñanza. Luego algunas de esas propuestas fueron rechazadas por algunas asambleas. Acá el tema no es esencialidad sí o esencialidad no. El tema es qué educación queremos.
—¿Esperaban que los sindicatos de la enseñanza siguieran la línea del Pit-Cnt que les sugirió levantar el paro y no le hicieron caso?
—Tenemos una especial preocupación por tener gremios fuertes, participativos, profesionales tanto de trabajadores como de empresarios. A diferencia de otros gobiernos de este país que quisieron eliminar o reducir la actividad gremial. Cuando hay situaciones conflictivas, más diálogo. A mí lo que me preocupa es que tengo la sensación de que se está generando una brecha que se amplía entre el aumento de los ámbitos de participación social en la gestión de las políticas públicas y la preparación de los representantes sociales. Soy fanático de la participación social en las instituciones públicas. Por eso creamos una escuela de formación gremial. El Pit-Cnt felizmente ha cuadruplicado su afiliación. Eso es una muy buena noticia. Esto es muy raro en el mundo. Sí nos ha sorprendido la cantidad de movilizaciones y la rapidez de las movilizaciones. No llevamos todavía siete meses de gobierno y ya hemos tenido una cantidad de movilizaciones importantes. A veces, por ejemplo, parecería que hay un poco más de impaciencia. Por ejemplo, se ha dicho que se ha demorado la negociación pública. Ahora ya tenemos una primera propuesta para la enseñanza pública a consideración de los gremios.
—Pareció sorprendido y molesto por el rechazo a las pautas salariales del sector privado.
—Y me criticaron por eso. Capaz que estuvo bien que me criticaran. Yo pensé sanamente que las pautas para el sector privado no se habían comprendido bien o que no las habíamos explicado bien. Yo creo que los lineamientos de la negociación colectiva para el sector privado no son tan malos como se dice. Con los lineamientos para el sector público nos pasó lo contrario. En general, fueron bien recibidos. Y, sin embargo, hemos tenido altísimos niveles de conflictividad en el sector público.
—Se contrajo el producto en el segundo trimestre. La inflación está en 9,48% en los últimos doce meses. ¿Habrá que revisar los lineamientos salariales?
—Creo que son razonables para esta época y que abren una serie de posibilidades de negociación que todavía no han sido suficientemente estudiadas. El escenario tiene varios aspectos. Esos que mencionó son algunos. La producción industrial en julio respecto a julio del año pasado subió un 7% y no ha tenido el mismo destaque que la aceleración de la inflación, que es un problema, que nos preocupa. Es cierto que ha habido un leve descenso de la producción. Pero también hay otros indicadores. Pese a lo que se ha señalado, está el crecimiento del turismo. En este caso se anuncia en estas horas la instalación de nuevos hoteles de cadenas internacionales. Nosotros estamos trabajando para bajar la inflación. Yo acompañé al ministro de Economía en las reuniones con los supermercados y los importadores para el acuerdo de mantenimiento de precios. Planteamos con firmeza que la sociedad no sea la que pague los aumentos salariales. Se está buscando garantizar el salario real de los trabajadores, mejorarlo en la medida que sea posible, pero eso tiene que implicar que en el sector público haya mejoras de gestión que beneficien a la gente y en el sector privado, que si hay industrias subsidiadas por el Estado, no me firmen un acuerdo con cualquier cosa que tenga que pagar la sociedad.
—¿El gobierno va a hacer un esfuerzo para que los sindicatos entiendan que cambió la situación macroeconómica?
—Uruguay históricamente creció en los 100 años previos al gobierno del Frente Amplio, un punto o un punto y medio promedio. En los diez años de gobierno del Frente Amplio, el Uruguay creció 5,5% promedio anual. Ahora vamos a crecer en los próximos cinco años 2,5% o 3%. Es menos que 5,5% pero es más que 1%. Todos tenemos que darnos cuenta de esto. Hay un compromiso muy firme del gobierno de mantener lo conquistado en los últimos diez años. Para eso hay que buscar caminos. Cuando planteamos mejoras en la educación, eso es en beneficio de la gente. Cuando planteamos que las mejoras salariales por encima de la inflación sean si hay un acuerdo con cláusulas de paz, o como se quiera llamar, lo hacemos en beneficio de la población.
El gobierno apuesta por aerolínea de bandera.
Murro defiende las extensiones del seguro de paro a los extrabajadores de Pluna que forman parte del proyecto de Alas Uruguay. "Creo que es muy importante que en Uruguay vuelva a funcionar una línea aérea de bandera uruguaya. Y desde el gobierno vamos a hacer todo el esfuerzo para eso. Si en algún momento eso deja de ser posible, ahí tendremos otra realidad. Pero habría que fundamentar que eso no va a ser posible", explicó. Cuando se le señala que han pasado tres años desde que comenzó el proyecto de Alas Uruguay y la empresa no vuela, Murro argumenta que "han transcurrido tiempos similares en otras empresas y por ejemplo legisladores del Partido Nacional que cuestionan la extensión de Alas Uruguay nos piden que extendamos el seguro para otra empresa, no tan famosa". "Estas cosas no corresponden", dijo. "Acá lo que está en análisis es si va a haber o no una línea aérea de bandera uruguaya. Para nosotros es importante que la haya. Si el país definiera que no la va a haber, se cortará el seguro de paro", explica. "Estamos tratando de dar el mejor seguro de paro posible a todos los trabajadores de Ecolat de Nueva Helvecia, a los que aceptaron el despido y a los que no aceptaron el despido. Porque el impacto del cierre de Ecolat en Nueva Helvecia es más grande que el cierre de Pluna, cualitativamente". En Nueva Helvecia en dos meses hubo una pérdida de 500 puestos de trabajo, "es como que se perdieran 50.000 en Montevideo", ejemplificó.
Ernesto MurroJUAN PABLO CORREA