El Cerro busca transformarse en un polo cultural y turístico de Montevideo, con epicentro en el teatro Florencio Sánchez. Una peatonal los sábados en calle Grecia y una exposición de fotografías antiguas del barrio que se inaugura mañana son dos de las actividades organizadas por ese centro, que se suman a la programación de la sala.
Estas iniciativas apuntan a desarrollar el atractivo de un barrio que, según la Corporación Turística de Montevideo, recibe a 400 mil visitanes al año.
MIRADAS. Imágenes de un Cerro que no es el mismo, pero mantiene sus rasgos característicos. Tiempos de la denominada "Villa Cosmópolis", cuando un barrio de no más de veinte mil habitantes (hoy hay más de 100.000) congregaba inmigrantes de veinte colectividades distintas incluyendo, entre otros, italianos, españoles, lituanos, rusos, griegos y croatas. Eso es lo que pretende retratar la exposición "Miradas recuperadas" que desde mañana estará instalada en el hall del Teatro Florencio Sánchez con entrada libre.
Diferentes momentos y actividades del barrio entre principios y mediados de siglo están atesoradas en sepia. Desde una corrida de toros en 1916, en la plaza cuya entrada estaba ubicada en la intersección de Filipinas y Estados Unidos, hasta la agreste orilla donde hoy está la rambla tomada a principios de siglo. Desde la Fortaleza emitiendo haces de luz en conmenmoración del centenario de la Jura de la Constitución (1930), hasta una foto aérea del Estadio Luis Tróccoli —cuando a su alrededor había campos y bañados— el día de su inauguración en 1964.
Hay imágenes emblemáticas de la vieja Villa. Como una gigantesca concentración de obreros de los frigoríficos, registrada en 1948, que da la magnitud de lo que era la zona en tiempos que la industria cárnica era su pulmón.
"Miradas recuperadas" consta de 40 fotografías, cuyo formato base es de 25 por 33 centímetors, proporcionadas por el Archivo Fotográfico de Montevideo y otras por vecinos de la zona. Todas ellas fueron digitalizadas y ploteadas.
"Estas fotos son el reflejo de un barrio próspero, que todo cerrense añora y le encanta ver", dijo a El País Elder Silva (48), quien desde hace siete años es el director del centro cultural Florencio Sánchez.
Nacido en la zona rural de Salto, hoy vive en el barrio Unión. Aún así, se confiesa "espiritualmente entregado" al Cerro. "A la gente de acá les gusta verse, identificarse, encontrarse con su pasado y con su vida. Tienen un sentido de pertenencia enorme. Incluso estando en el extranjero, nunca dicen ‘soy de Uruguay’ o ‘soy de Montevideo’, ellos dicen ‘soy del Cerro’".
Para Silva, esta muestra es una manera de recordar "los buenos viejos tiempos" pero sin dejarse llevar por la nostalgia. "Todos estos proyectos e iniciativas culturales tienen repercusiones en todos los ámbitos, como el turístico y el comercial".
PEATONAL. Silva tiene puestas muchas esperanzas en el paseo "Cerro Cultural", en el que tiene el rol organizativo y el auspicio de la Corporación Turística de Montevideo. Este consiste en la transformación de la calle Grecia, desde México hasta Argentina, en una peatonal donde 50 artesanos del barrio ofrecen su mercadería. La próxima edición de este evento se realizará durante el Día del Patrimonio, el 18 y 19 de setiembre desde las 10 a las 23 horas. Conjuntamente con los puestos de artesanos se realizará un tour por los lugares más representativos de la Villa. Esta experiencia se repetirá luego todos los sábados.
El jueves 8, conjuntamente con la inauguración de la muestra fotográfica, la Corporación Turística realizará en el propio centro cultural el lanzamiento de estos emprendimientos a las 20 horas.
El director del Florencio Sánchez indica que ya se han realizado varias "pruebas" de este evento en diciembre, marzo, abril y mayo con éxito. "Todos los participantes señalan que ese día trabajan más y mejor", asegura.
Las connotaciones del barrio como una zona peligrosa de Montevideo no le son ajenas. Pero asegura que la realidad es la misma en toda la ciudad. "Nosotros no queremos decir más a nadie ‘no, miren que el Cerro no es un lugar peligroso’.
Nosotros partimos de una premisa básica: ‘el Cerro encanta’. Y a partir de ahí impulsar todos nuestros proyectos culturales y turísticos".
Cuatrocientos mil visitantes anuales parecen darle la razón.
Un motor más que un teatro
El centro cultural Florencio Sánchez, cuyo presupuesto anual de funcionamiento ronda los veinte mil dólares, es definido por su director Elder Silva como "un punto de encuentro" y "un motor de varias cosas relacionadas con la cultura" antes que una sala teatral con capacidad para 300 espectadores.
Prueba de eso son sus puertas de acceso, donde no solo se anuncian los espectáculos teatrales o películas a exhibir (en las vacaciones de setiembre tienen un programa destinado especialmente al público juvenil), sino donde los vecinos piden desde colaboración para encontrar personas extraviadas hasta el ofrecimiento de clases particulares.
También es ahí donde 500 personas participan de diferentes talleres de expresión artística, que van desde el teatro a la percusión. De los que asisten, según Silva, el 20% no vive en el Cerro.