ANDRÉS LÓPEZ REILLY
El 8 de diciembre se pondrá en funcionamiento el Corredor Garzón, una obra que tomó notoriedad en las últimas semanas por los cuestionamientos del presidente de Cutcsa, Juan Salgado. El mismo día, quedará inaugurada la Terminal Colón.
Si bien las autoridades fueron convocadas para la inauguración "oficial" que se hará el miércoles 5 de diciembre, el Corredor Garzón quedará operativo el sábado 8.
El director de Movilidad Urbana de la Intendencia, Gerardo Urse, explicó que se escogió esa fecha desfasada a pedido de las empresas de transporte, porque los fines de semana hay un menor tráfico en la zona. A su vez, esto permitiría hacer "ajustes" técnicos o tecnológicos el día siguiente (domingo 9), observó el jerarca.
Urse anticipó que, el mismo día, será inaugurada la nueva terminal de Colón.
Ésta se encuentra al final del corredor Agraciada-Garzón, en un predio de siete hectáreas delimitado por la avenida Eugenio Garzón, camino Colman, la vía férrea y camino Durán (ver nota aparte).
La reforma de Garzón incorpora los primeros carriles exclusivos para ómnibus (con separadores), en el medio de la avenida. Por allí solo podrá circular el transporte público, en tanto el particular lo hará junto a las aceras, en dos carriles en cada sentido.
Una encuesta realizada por la Intendencia durante el período pasado arrojó que el 70% de los montevideanos utiliza el transporte colectivo.
Este dato fue tomado como insumo fundamental para priorizar el transporte público sobre el particular, por lo que se tomó la decisión de delimitar carriles preferenciales (con pintura) y exclusivos (con separadores) para los ómnibus.
SALGADO. Como diera cuenta El País, tanto el presidente de Cutcsa, Juan Salgado, como el candidato a intendente de Montevideo, Jorge Gandini, plantearon dudas sobre la seguridad del Corredor Garzón.
"Pedimos participar desde el principio (en el proyecto). Confiamos en los técnicos de la IMM, lo que estamos planteando es que sean convocados técnicos de las empresas. Si los conductores tiene una opinión y alertan sobre determinadas cuestiones, deberíamos escucharlos, porque son ellos quienes están todo el día trabajando en esa zona", indicó Salgado.
Las declaraciones del presidente de Cutcsa fueron respondidas por la Intendencia, que indicó a través de un comunicado que el empresario "podría generar alarma pública respecto a la seguridad del sistema a implementar y sus fundamentos técnicos".
"Hay gente que piensa que una vez que está en un cargo, la forma de hacer las cosas tiene que ser de esta manera, sin tener que andar consultando a otros. Es algo que nos sorprende", insistió el empresario.
En entrevista con radio Carve, Salgado apuntó particularmente al director de Movilidad Urbana de la Intendencia, Gerardo Urse, y al director de Tránsito y Transporte, Hugo Bosca.
"No me dan tranquilidad ninguna de las autoridades del transporte. Que deberían darla, porque tienen la experiencia del transporte", señaló.
Tanto Bosca como Urse, antes de ser jerarcas municipales, trabajaron en el transporte.
Urse lo hizo en Raincoop desde 1988 hasta 2005 y Bosca tiene un largo historial en el sector que se remonta a comienzos de la década de 1980.
Salgado también tuvo discrepancias con el anterior director de Tránsito y Transporte de la IMM, Gonzalo De Toro.
GANDINI. Por su parte, el diputado nacionalista Jorge Gandini (Alianza Nacional) solicitó a la Unasev que se pronuncie sobre el Corredor Garzón, que demandó una inversión que supera los US$ 20 millones.
"Una cosa muy notoria son las paradas chicas. Los refugios son a desnivel y las paradas son realmente angostas y cortas. El sistema es para subir de a un ómnibus a la vez, no hay posibilidad de subirse al ómnibus que está atrás. Hay que esperar que el ómnibus llegue exactamente al lugar, lo cual es bastante engorroso", precisó.
Gandini dijo a El País que "hay varias paradas que cargan y descargan mucha gente" y que "no hay manera de que bajen 20 personas y suban 15 en una parada, como pasa por ejemplo en la que está enfrente al Club Olimpia".
Una terminal "modelo" que costó más de lo previsto: US$ 5.700.000
El 26 de junio de 2010 la Intendencia de Montevideo adjudicó las obras de la terminal de Colón a la empresa Stiler S.A. por US$ 5.700.000.
En 2008, se había anunciado que esta licitación tendría un costo de US$ 2.700.000. Luego, una reformulación del proyecto y la caída del valor del dólar llevaron a que la terminal fuera avaluada en US$ 3.950.000, siendo finalmente adjudicada en junio de 2010 por US$ 5.700.000.
Stiler participó de un llamado a licitación junto a otros seis oferentes y presentó la oferta más baja y conveniente, a juicio de la Intendencia.
Según el informe elevado a la exintendente Hyara Rodríguez por la Comisión Asesora de Adjudicaciones de la comuna, para otorgar el negocio se tuvo en cuenta el precio ofertado, el historial de la empresa seleccionada y su situación financiera.
La Intendencia informó que esta terminal funcionará como "intercambio modal", dado que además de los posibles transbordos entre los diferentes tipos de servicios de ómnibus, tendrá una nueva parada ferroviaria de pasajeros proveniente del ramal ruta 5 (línea Rivera).