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UdelaR pedirá aumento del 49% y teme por un "recorte" del presupuesto

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Universidad de la República (Udelar). Foto: Gerardo Pérez.
Gerardo Perez

"PREOCUPACIÓN" POR SEÑALES DEL PODER EJECUTIVO

La Universidad de la República fijó una sesión extraordinaria para acordar el monto final de su propuesta presupuestal. Se aprobó la más austera de todas.

La Universidad de la República apuesta al incremento del 49% de su presupuesto actual, de aquí a cinco años. A esa cifra, la más austera de las que estaban a consideración, han llegado los consejeros universitarios tras una álgida sesión extraordinaria: el acuerdo terminó siendo unánime, salvo por la salida de la sala (virtual) de los representantes de los estudiantes.

Entre los mensajes de “austeridad” de la ministra de Economía, el decreto previo a COVID-19 de recorte de los gastos de funcionamiento e inversiones de los organismos públicos, el sacudón de la pandemia, las cifras de desempleo e inflación, algo tenían claro los consejeros de la UdelaR: se vienen años de vacas flacas.

El representante de los docentes, Gregory Randall, lo dejó en claro en su intervención: “las señales que nos llegan del Poder Ejecutivo son de recorte… un recorte del orden del 20% de las inversiones”. Por eso, dijo el catedrático de Ingeniería Eléctrica, “el quid de la cuestión es salir con un presupuesto que sea defendible dentro de la realidad actual”.

El incremento del 49%, “progresivo y escalonado en cinco años”, fue la cifra más baja de las que votaron los consejeros. Es un guarismo que les permitiría a los universitarios alcanzar en un lustro el famoso 6+1 del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a educación e investigación. Eso sí, aclaró el rector de la UdelaR, Rodrigo Arim, “no sería por el monto, sino por la caída del PIB”.

Los estudiantes querían ir a más. De hecho, pidieron que se contemplaran unas 8.000 becas para alumnos, de cinco BPC cada una (unos $ 22.500), por año. Eso, según los cálculos que hizo la directora de Planeamiento de la Universidad, Alba Porrini, aumentaría la propuesta presupuestal en $ 2.169 millones, a valores del año 2020 (un 12% del presupuesto universitario).

Tras discusiones, tanto el orden docente, de egresados, como los decanos de todas las facultades apoyaron el menor de los porcentajes. El cual, recordó Arim, “es la menor de las propuestas que la Universidad envió al Parlamento en los últimos quinquenios”.

El Frente Amplio había prometido, en su programa de gobierno, “tender” al 6% del PIB destinado a la educación. Eso llevó a una discusión semántica: ¿significa hacer lo posible por llegar o efectivamente llegar? Lo cierto es que, hoy, el 5,17% es lo que concentra la enseñanza. Y la UdelaR es el 17% de esa inversión.

Los universitarios han reclamado que “han sido de los más relegados” en los presupuestos anteriores. Y que, para el próximo, el escenario “no parece ser muy esperanzador”.

Según Arim, “tenemos un recorte asociado al decreto, días previos al inicio de la pandemia, y luego empezamos a recibir señales de que ese recorte podría traducirse en un recorte más permanente en el mensaje presupuestal que enviaría el Ejecutivo. Lo digo en condicional porque entiendo que debería llevar a una reflexión: un recorte de esa magnitud, en el rubro de gasto e inversiones que no tenía actualización por la inflación desde hace ocho años, está socavando las bases para la academia”.

El decreto en cuestión, ese mismo que llevó a poner el grito en el cielo a los científicos, es el 090/2020. El mismo, según lo discutido en el último Consejo Directivo Central de la UdelaR, ya estaría impactando: tanto el Hospital de Clínicas como la Facultad de Química han planteado estar en déficit porque no hubo, en casi una década, un ajuste por inflación al que “ahora se suma un recorte”. Y la Facultad de Odontología especificó que no tiene como financiar un equipamiento de seguridad para la atención clínica durante el COVID-19.

La pandemia, esa misma que trastocó la vida universitaria y acrecentó la crisis, ahora parece una aliada en la puja presupuestal. ¿Por qué? “Los kits diagnósticos, los tres laboratorios en el interior del país de los que tanto se ha hablado, los tests serológicos, la secuenciación de los genomas… todo eso es una inversión que tiene diez o más años acumulados”, enfatizó el rector.

Y agregó: “Hay que separar lo coyuntural de lo estructural. Un riesgo muy importante que no puede correr el país es que entremos en ciclos de políticas públicas de corto plazo. El problema es que, como país, tengamos dificultades a largo plazo por decisiones del muy corto plazo”.

Rodrigo Arim. Foto: Tomer Urwicz
Rodrigo Arim. Foto: Tomer Urwicz

Cuando el médico Mario Cassinoni era rector de la UdelaR, a fines de los 50, la universidad selló sus bases en una ley orgánica y, a la vez, instrumentó una de las políticas más comentadas de fomento a la investigación: el régimen de dedicación total.

Al menos 1.400 docentes universitarios están hoy bajo ese régimen que les permite dedicarse por completo a la enseñanza y la investigación. Pero, advierte el informe presupuestal preliminar de la UdelaR al que accedió El País, “hay 73 solicitudes pendientes de financiación”.

Según el mismo documento, este régimen “es el único instrumento que dispone el país en muchas áreas disciplinares para que investigadores jóvenes puedan acceder a condiciones decorosas que permitan el desarrollo de su capacidad y creatividad en Uruguay”.

En eso la academia se parece demasiado a las leyes que rigen la economía. La balanza comercial, esa relación entre exportación e importación de cerebros, hoy está “levemente inclinada” a favor de Uruguay. Así lo dejó en claro el rector Arim, quien aclaró: “No hay que reducir a cero la salida de científicos, eso le sirve a Uruguay. Pero tiene que haber un ida y vuelta”.

En Ciencias, una de las áreas en las que Uruguay más le costaba retener sus talentos o atraer nuevos del exterior, la cuarta parte de sus egresados se iban. Ese porcentaje, había dicho la decana Mónica Marín, “se ha venido reduciendo” por algunos llamados específicos que “mejoran las condiciones” de trabajo en el país. Y que hoy se traduce en nombres de científicos que han liderado el combate a COVID-19.

Arim concluyó: “El futuro del país se mide en su capacidad de retener a los jóvenes calificados, en que las personas desarrollen su creatividad y en la investigación”.

Las tres advertencias por posible “deterioro”
Laboratorio

Nuevas carreras. Dos de cada tres ocupaciones, tal cual se conocen hoy en Uruguay, tienen riesgo de automatizarse en el futuro. Así lo ha señalado la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en sus últimos estudios. Para quienes no completaron el primer ciclo de Secundaria el riesgo de automatización es del 74%, mientras que para los universitarios es inferior al 27%. Ese dato prospectivo, así como la necesidad de actualizar las carreras, le imponen un desafío a la Universidad de la República.

Pero, “por falta de financiamiento, “no se han podido abrir carreras básicas para el futuro y que ya están aprobadas académicamente”, dice el rector Rodrigo Arim. Refiere a Ingeniería Física Matemática, Administración de Sistemas de Información e Ingeniería de Medios. Y por fuera de eso, advierte el mensaje presupuestal que enviará la UdelaR al Parlamento, hay otras seis carreras que ya están activas, pero “con limitación de cupos, sin contar a todas las ofertas de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica”.

La proporción. Seis de cada diez estudiantes no acaban el bachillerato. Es uno de los datos más comentados cada vez que se discute el estado de la educación en el país. Pero acorde a ese guarismo mejor, la lógica y la inercia indican que también seguirá creciendo la matriculación universitaria. Hace apenas ocho años, en 2012, la UdelaR tenía una población estudiantil de poco más de 110.000 alumnos. Hoy supera los 139.000. Este crecimiento, sin embargo, no se dio de la mano de un incremento de los docentes. Tanto es así que la relación de horas docente por estudiante activo se redujo, en el mismo período, de 1,8 a menos de 1,7. “Por más que quisiéramos, no se puede revertir el deterioro inmediato, pero sí es necesario empezar a cambiar esa tendencia”, advierte Arim.

El espacio. Cuando Uruguay organizó el primer Mundial de fútbol, en 1930, por cada estudiante universitario había una superficie construida de 28 metros cuadrados. Cuando Uruguay ganó su segundo Mundial, en 1950, el metraje por alumno se había reducido a 16,5. Y ahora, en pleno siglo XXI, es de apenas 3,1 metros cuadrados por estudiante (sin contar el Hospital de Clínicas). La UdelaR planifica culminar y construir de cero obras que totalizan 92.450 metros cuadrados.

Cinco intervenciones en el último consejo directivo central

Gregory Randall (ADUR)
GREGORY RANDALL

"Un esfuerzo"

“A pesar de que acordamos un pedido incremental del 77%, pensamos que debemos hacer un gesto de posponer ciertas cosas y salir a pedir ahora un presupuesto un poco menor que dé claridad de que la Universidad está haciendo un esfuerzo por ponerse a tono”.

Carmen Midaglia (decana de cc.ss.)
CARMEN MIDAGLIA

"Línea social"

“En la búsqueda de generar opinión pública favorable a la Universidad, el Consejo de mi facultad apoyó un presupuesto más amplio que el 6+1 del PIB, aunque aceptó ir por el 6+1 atendiendo la coyuntura. Tal vez internamente habría que revisar la línea social”.

Ariel Castro (decano Agronomía)
ARIEL CASTRO

"Para vender"

“El primer objetivo es que no tengamos una reducción del presupuesto. Ya con todas las acotaciones que se le han hecho, el presupuesto universitario está difícil para vender a la sociedad. No es una cuestión de pueblo versus no sé qué. Es un país que está en crisis”.

Cristina Mangarelli (d. de derecho)
CRISTINA MANGARELLI

"Las urgentes"

“Todos coincidimos en la necesidad de atender las becas y en la necesidad de los estudiantes, agraviadas en este contexto. Pero no se trata de señalar todas las necesidades que se tienen, sino las urgentes y razonables”

Jorge Xavier (decano de Economía)
JORGE XAVIER

"Hipoteca"

“Un planteo como el que hizo la FEUU (de agregar 8.000 becas de 5 BPC cada una y que implica una incremento del 12%) hipoteca las posibilidades de generar las imprescindibles alianzas para dar cabida a la propuesta universitaria. Tenemos que reconocer el contexto”.

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