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Despenalizar la eutanasia: quieren instalar la discusión

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La eutanasia o suicidio asistido está permitido en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y algunos estados en Estados Unidos. Holanda, que aprobó en 2002 su "ley de comprobación de la terminación de la vida a petición propia y del auxilio al suicidio", debatió el asunto durante 30 años y estableció un modelo para los países que siguieron sus pasos.

Colombia es un precursor del tema en América Latina —en 1997 la Corte Constitucional despenalizó el homicidio "por piedad"—, pero fue recién en abril de este año que se concretó el primer caso. Fue José Ovidio González, un enfermo terminal de 79 años que pidió, en pleno uso de sus facultades mentales, que se le realizara una eutanasia.

En Uruguay, la ley de voluntad anticipada permite que el paciente se oponga a la aplicación de ciertos tratamientos médicos, y habilita que un representante familiar decida si la persona no es consciente, pero solo rige para el "paciente en estado terminal de una patología incurable e irreversible", y eso debe ser certificado por dos médicos, algo que ha sido criticado como "excesiva burocracia".

Algunos médicos uruguayos consideran que esa ley "se quedó corta" y señalan, por ejemplo, que un paciente en estado vegetativo no necesariamente "entra" en la ley, porque allí se limita a los pacientes "terminales". Y si se los mantiene alimentados e hidratados, los vegetativos pueden permanecer respirando durante muchos años (el ejemplo más claro es el de Marcelo Diez).

En concreto, el neurólogo Federico Preve, docente en el Hospital de Clínicas, opina que "si bien con la ley de voluntad anticipada se avanzó parcialmente en condiciones que favorecen el buen morir, se hace necesaria la discusión política, académica y social sobre la despenalización de la eutanasia, entre otros puntos, para seguir avanzando en la agenda de derechos". Preve integra el grupo Casa Grande, que lidera la senadora Constanza Moreira, y aseguró que esa posición es compartida por varios de los integrantes del movimiento. Moreira no respondió las consultas de El País.

El internista Álvaro Díaz Berenguer considera que el asunto de las decisiones al final de la vida representa "un continuo gris al que todo el mundo le saca el cuerpo y nadie se anima a hincarle el diente". Pero si se le pregunta específicamente si entiende que es necesario avanzar en la despenalización, resopla y responde: "Yo pienso que los códigos aquí no pueden hacer nada porque estos son fenómenos que se van madurando culturalmente y después precipitan en leyes".

El médico legista Hugo Rodríguez Almada dice que, a su entender, el tema está "correctamente equilibrado" en el Código de Ética Médica. "No siempre los tratamientos son curativos, a veces son paliativos. Y a veces en los paliativos se asume que se puede abreviar la vida. Pero es una evaluación costo-beneficio", plantea.

Un estudio cuantitativo realizado por la organización Asuntos del Sur y presentado en junio, reveló que Uruguay es, junto a México, el país de América Latina donde hay más aceptación a la eutanasia, incluso más que en Colombia. En una escala donde 1 es la menor aprobación y 10 es la mayor, los uruguayos, en promedio, le dieron un 6,32 a la eutanasia.

La medicina frente a la muerte inminente

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