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Conflicto en la educación abrió otra grieta en el FA

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Promesa de 6% del PIB puso a Vázquez frente a un duro conflicto. Foto: M. Bonjour

El Frente Amplio está en una encrucijada. Los sindicatos, históricos aliados de la izquierda, se rebelaron contra el gobierno por la declaración de esencialidad en la educación pública.

La medida dividió, una vez más, a la interna de la coalición en el gobierno. El Partido Comunista (PCU), el Movimiento de Participación Popular (MPP), Casa Grande (sector de Constanza Moreira) y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) criticaron la medida ordenada por el presidente Tabaré Vázquez y pidieron levantar el decreto de esencialidad.

El Frente Líber Seregni (FLS) —sector que lidera el ministro de Economía, Danilo Astori— declaró “su total respaldo al gobierno del Frente Amplio y a nuestro presidente Tabaré Vázquez, como lo hicimos siempre - y por razones de principios de izquierda-, a los sucesivos gobiernos del FA. En particular, en momentos difíciles”, según un comunicado difundido a última hora de ayer jueves.

La Lista 711 del vicepresidente Raúl Sendic no se expidió pero sus líderes están alineados a Vázquez.

Ayer en un comunicado, el Comité Ejecutivo Nacional del MPP dejó en claro que no comparte el decreto de esencialidad. El sector del expresidente José Mujica propuso levantar la medida e instalar una mesa de diálogo tomando como base la propuesta realiza- da por el Ejecutivo (suspender el paro y la esencialidad en forma simultánea).

Además, el MPP se comprometió a que en el debate parlamentario del presupuesto quinquenal sus legisladores realicen "los mayores esfuerzos para asegurar una mejor educación pública"

Unas horas antes, el Frente Social del MPP había manifestado su posición contraria a la declaración de esencialidad en la educación. "No contribuye al diálogo con docentes constituyéndose en una nueva tensión con una parte de la sociedad. Deberá levantarse con urgencia este decreto, que no ayuda ni a la educación ni a resolver ningún conflicto sentando un grave antecedente para el conjunto de los trabajadores y su derecho constitucional y democrático de huelga", asegura la declaración.

El PCU —partido al que pertenece el director nacional de Trabajo, Juan Castillo— fue uno de los primeros en pronunciarse, lo hizo el martes 25, al otro día de que la ministra de Educación, María Julia Muñoz, anunciara en conferencia de prensa el decreto de esencialidad. "Reclamamos que se deje sin efecto el decreto de esencialidad y se contribuya de esa manera a encontrar un camino de diálogo y acuerdo con todos los actores de la educación pública", señalaron los comunistas.

En el mismo tono, Casa Grande entendió que "la medida del gobierno puede entorpecer innece-sariamente las legítimas negociaciones por el presupuesto de la educación y generar efectos contraproducentes en las partes involucradas".

A su vez, el PVP consideró que el decreto de Vázquez "implica un grave error político que contradice y lesiona los mecanismos de debate democrático que han caracterizado y caracterizan al Frente Amplio y al movimiento popular".

En el medio quedó el Partido Socialista, donde existen matices sobre el tema. Mientras algunos legisladores del ala garganista cuestionaron la esencialidad, el Ejecutivo socialista se limitó a aprobar una declaración donde pide "propiciar la búsqueda de entendimientos entre los diferentes actores en pugna". El secretario general del Partido Socialista, Yerú Pardiñas, dijo a El País que en esta etapa "lo que interesa es hablar sobre las puertas de salida y para hablar de eso no se puede estar enjuiciando las causas de por qué llegamos a esta situación de hoy".

Apoyo.

El operador político del FLS, Esteban Valenti, respaldó ayer la decisión del gobierno de declarar la esencialidad en la educación al recordar que era algo que había sido adelantado por Vázquez en la campaña.

"Si el gobierno demuestra una total incapacidad para manejar ese nivel de conflictividad, de utilizar a 250 mil alumnos y sus familias como elemento de presión, se declara totalmente derrotado para manejar la educación y la deja en manos de determinadas direcciones sindicales", opinó. A eso agregó que si lo que triunfa "es la política de imponer a toda costa y precio los proyectos sindicales", "el país se irá por el caño".

"El decreto es políticamente impresentable e inútil"

El diputado comunista Óscar Andrade señaló en una columna publicada en Montevideo Portal que la defensa del decreto de esencialidad "es muy flaca en términos jurídicos, impresentable en términos políticos y además, inútil en términos prácticos".

Andrade escribió que "sobran experiencias" de cómo la mala resolución de problemas entre una fuerza política y los sindicatos "ha hecho naufragar más de un proceso de cambio".

Juan Castillo con la renuncia sobre la mesa.

Sin dudas el director nacional de Trabajo, Juan Castillo, es uno de los que está en posición más incómoda dentro del gobierno. Su sector, el Partido Comunista, rechazó el decreto de esencialidad firmado por el Ministerio de Trabajo y él puso su cargo a disposición, lo que será analizado en las próximas horas por la dirección del PCU.

Castillo fue objeto de cuestionamientos de dirigentes de la educación que le dedicaron cánticos de protesta. Ayer, el diputado comunista Óscar Andrade salió a defender a Castillo.

En una columna publicada en Montevideo Portal aseguró que "no se defiende mejor la plataforma educativa justa insultando a compañeros militantes de toda la vida que han demostrado ser fieles a la causa popular. Y menos se defiende la plataforma educativa justa coreando consignas contra las herramientas de unidad social y política de nuestro pueblo".

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MPP y comunistas enfrentan a Vázquez por la esencialidadVALERIA GIL

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