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Armin Kunstmann, el maestro cervecero que cruzó la cordillera

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Armin Kunstmann en el lanzamiento de la Cerveza Kunstmann en Uruguay.

Con motivo del lanzamiento oficial de las Cervezas Kunstmann en Uruguay, el fundador de la cervecería chilena estuvo presente en el país.

Armin Kunstmann nació en Valdivia, en la Patagonia chilena, una de las ciudades con mayor tradición cervecera de ese país. En la década de los 90, empezó a elaborar su propia cerveza en la cocina de su casa, con el anhelo de retomar la tradición cervecera Valdiviana perdida en el terremoto que sacudió a la región en 1960.

Lo que empezó como un hobby se convirtió en un negocio próspero. En 2002 Cerveza Kunstmann selló un acuerdo de distribución y ventas con Compañías Cervecerías Unidas, lo que le permitió pegar el salto y llegar a todo Chile. Hoy la cerveza se exporta a diez países, y tiene un volumen de ventas por encima de los 25 millones de dólares.

Hace dos años, de la mano de CCU, Cerveza Kunstmann llegó a Uruguay. Su arribo fue cauteloso, ofreciendo sólo tres variedades de cerveza artesanal en algunos locales especializados, pero de a poco el producto fue ganando espacios en el mercado. Hoy la cerveza ofrece seis variedades y está iniciando un nuevo proceso de expansión en el país.

Con este motivo, se realizó el lanzamiento oficial de la marca en el restaurant La Corte. Amir Kunstmann estuvo presente en el evento, y conversó sobre los orígenes de su cervecería, el crecimiento de la misma, y qué es lo que hace tan particular a su producto.

—¿Cómo empezó su interés por cocinar cerveza?
—Siempre digo que de alguna forma se alinearon los astros. Valdivia, la ciudad donde nací, es una ciudad con una tradición cervecera muy antigua, con la llegada de colonos alemanes por 1850. También ayudó mi formación de ingeniero civil químico, ya que trabajé muchos años en una fábrica de levaduras —que tiene un proceso similar a la cerveza—, y finalmente en el año 89 en Estados Unidos me encontré en con un libro “The Complete Joy of Home Brewing” que me abrió las puertas al mundo de la cerveza artesanal. Yo hasta ahí no sabía nada de cerveza.

—¿Cómo fueron sus inicios?
—Arranqué en la cocina con mi señora, cocinando en las ollas. Fue una etapa muy corta porque mi señora se aburrió de que le invadiera la cocina y me sacó al garaje, donde instalé una plantita de acero inoxidable, pero era todo muy artesanal y manual. En el año 91, hace exactamente 25 años, vendimos nuestro primer cajón de cerveza.

—¿Que tenían de particular esas primeras cervezas?
—Yo no sabía mucho de cervezas y al leer un poco —en esa época no había internet— vi que la cerveza más vendida del mundo era la lager. Así que decidí comenzar con una lager, sin darme cuenta de que es una de las cervezas más complicadas de elaborar. Es la cerveza dónde más cuesta esconder los errores. No así la cerveza negra que es más fuerte, ahumada, y los errores pasan un poco mas desapercibidos.

—¿Cuándo deciden asociarse a Compañía Cervecerías Unidas?
—En el año 2002 vimos que la marca tenía un potencial de crecimiento importante, pero no podíamos asumir la carga solos, sobre todo en lo que se refiere a distribución y ventas. Por eso buscamos un socio y nos dio la impresión de que CCU era una empresa con historia que podía tener una buena distribución. Elegimos un buen aliado.

—¿Hoy en día en cuántos países se vende la Cerveza Kunstmann?
—Hoy estamos en diez países. Nuestras prioridad es Latinoamérica, con una presencia importante en Argentina, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Colombia y Brasil y ahora también Uruguay. Estos son nuestros mercados principales. Después tenemos exportaciones a España, Nueva Zelanda y Taiwán, pero son en forma esporádica

—¿Cuál fue el volumen de ventas el año pasado?
—El año pasado facturamos 25 millones de dólares, y vendimos alrededor de 130 mil hectolitros, o sea 13 millones de litros. El otro día sacaba la cuenta de que si hubiésemos puesto todas las botellas en línea desde que empezamos a producir daríamos la vuelta al mundo.

—¿Cómo desembarca la cerveza en Uruguay?
—Siempre nos interesó mucho este mercado, dado la cercanía a Chile. Al igual que en muchos mercados sudamericanos, aquí recién está entrando la cultura cervecera. Es un mercado con una cultura más del vino, pero la cerveza artesanal, lo que llamamos cerveza craft —que es artesanal con alguna evolución— está creciendo, y eso nos da la posibilidad de llegar a Uruguay de la mano de CCU.

—¿A qué sector del mercado apuntan?
—Apuntamos a la gente que está entrando en esta cultura y busca algo distinto. Personas que son exploradores, y que quieren tomar algo distinto a lo que han estado casi que obligados históricamente. Las cervezas industriales, si bien son refrescantes, no tienen ese lúpulo, ese cuerpo que tienen las cervezas artesanales como la nuestra.

—Hay un mito que dice que cuando la cerveza se produce en serie no es artesanal, ¿qué opina de eso?
—Me lo han preguntado muchas veces, y siempre respondo que nuestra receta y nuestros ingredientes son los mismos que utilizaba cuando empecé a cocinar en una ollita de 20 litros. La diferencia es que ahora la elaboramos en cantidades más grandes, pero de forma muy controlada, lo que me permite tener siempre la misma calidad. Antes, cuando la elaboraba en forma artesanal la calidad era muy fluctuante, porque dependía demasiado de la manualidad, no había controles ni laboratorios. Esa es la diferencia entre lo que teníamos antes y lo que tenemos hoy en día.

—Qué es lo que caracteriza a la Cerveza Kunstmann?
—Yo creo que la característica principal es el agua que se utiliza. El agua de la zona de Valdivia, en la Patagonia chilena, es un agua muy blanda, muy apta para hacer cerveza. También nos define la influencia de la cultura alemana. Mi familia es descendiente de alemanes, quinta generación, y basamos nuestras recetas en el edicto de la pureza alemana, que exige hacer cerveza con cuatro ingredientes: agua, lúpulo, malta y levadura. Por otro lado también estamos muy orientados al tema de los lúpulos. Tenemos nuestra propia plantación de lúpulos experimental, con la cual elaboramos cervezas nuevas. Hoy en día tenemos 14 variedades de cerveza de cerveza Kunstmann.

—¿Y cuántas de estas variedades están disponibles en Uruguay?
—Tenemos seis variedades: Torobayo Ale, Gran Torobayo, Anwandter, Lager, Lager sin filtrar y Miel. Creo que esta cantidad de variedades nos va a permitir mostrarnos mejor. Apuntamos a tener cobertura en un mayor número de locales.

—¿Cuál es la intención de este lanzamiento oficial de Cerveza Kuntsmann en Uruguay?
—Es una presentación de nuestras variedades frente al consumidor, la prensa y la fuerza de ventas. Estamos en una etapa en la que estamos apoyando mucho más fuerte la expansión internacional de Kunstmann como marca artesanal craft de Latinoamérica, y por eso queremos contar de dónde venimos y qué es lo que hace tan particular a la marca.

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Armin Kunstmann en el lanzamiento de la Cerveza Kunstmann en Uruguay.

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