Por María Emilia Triay
Los números sobre brecha de género no mienten. Un informe del Banco Mundial del 2020 determina que sólo el 55,8% de las mujeres en edad laboral participaban activamente en el mercado de trabajo en 2018. Además, calcula que el valor estimado del trabajo no remunerado de las mujeres en Uruguay equivale a cerca del 16% del Producto Interno Bruto.
Por otra parte, el ingreso por hora promedio de una mujer en 2018 fue 6% menor al ingreso por hora de un varón de acuerdo a un informe de Cepal y Onu Mujeres de mayo de 2020.
Culturalmente se han normalizado como masculinos algunos roles en el mundo laboral; hoy buscamos derribar ese concepto y le preguntamos a seis mujeres que se desempeñan en este tipo de empleos sobre su día a día, desafíos y consejos para otras mujeres.
Patricia Pita, primera mujer piloto de rally uruguaya
"Al principio me costó. Fui la primera compitiendo en un deporte históricamente masculino, uno de los de pocos en el mundo en que la mujer y el hombre compiten a la par. Asumo la responsabilidad de abrir el camino. Además hay muchos prejuicios cuando la mujer está detrás de un volante. Me masculinicé para sentirme aceptada, sentía que mostrarme femenina me dejaba vulnerable. El principal desafío es seguir adelante a pesar de los tropezones, de las piedras en el camino. Quise dejar mi pasión en muchas oportunidades pero me sobrepuse, gracias al apoyo de mi mamá, una gran mujer que admiro muchísimo. Siempre me ayudó cuando no podía sola, me impulsó a transformar lo negativo en energía para seguir. La perseverancia tiene un premio: yo logré mi sueño más grande que fue correr el Dakar. Fue durísimo pero hacer las cosas con amor, dedicación y compromiso, mantener la cabeza siempre en positivo ayuda a que las cosas salgan adelante. Crean en ustedes mismas, nuestros límites están en la cabeza".
Karina Vera, chofer de camión en Cía. Julio H. Rivera
"Es la primera vez que trabajo como chófer de camión. Antes tenía una panadería, no me fue bien en el negocio y tuve que buscar otros rumbos que me sirvieran económicamente para ayudar a mis hijas que están estudiando. Hace cuatro meses me subí al camión y me enamoré de esto. Desde el primer momento me sentí muy cómoda y no he notado la diferencia en el trato de mis colegas. Me tocaron unos compañeros espectaculares que me ayudaron en todo momento porque no es solo manejar, hay un montón de cosas para aprender. No me sentí diferente ni despreciada, al contrario. Me siento incluida tanto dentro de la empresa como fuera de ella, en los lugares de carga o descarga. Todos los días hay un nuevo desafío y tratar de ser mejor que ayer ya es un reto. A otras mujeres las invito a que se animen a ir detrás de lo que sea que les guste o que quieran ser. No hay nada más lindo que hacer lo que nos gusta, aquello que nos llene de felicidad y en lo que nos sintamos realizadas. Todas podemos hacer lo que queramos".
Macarena Díaz, supervisora en Enjoy Punta del Este
"Comencé como croupier y hace más de 20 años que soy supervisora. El estereotipo masculino estaba más marcado antes de que abriera el casino de Enjoy Punta del Este, ya que en las salas del estado solo trabajaban hombres. Fue una revolución, afortunadamente ahora es más común vernos ligadas a este tipo de tareas. Creo que un desafío logrado es haberme superado laboralmente y tener la confianza de compañeros, superiores y clientes. Por otra parte, cada día enfrento un nuevo desafío: el de aprender cosas nuevas y que cada cliente se lleve una buena imagen de nuestro negocio. Aliento a que las mujeres se empoderen. Tenemos la capacidad de ocuparnos de muchas cosas a la vez. Somos madres, hijas, esposas, doctoras, cocineras, y muchas cosas más. Por eso nunca tendríamos que posponernos para llevar a cabo nuestros sueños. Me gusta la mujer que se siente orgullosa de su inteligencia y se impone desde allí, que pisa fuerte, resuelve y considera que si bien puede haber obstáculos, ser mujer no es uno de ellos".
Cecilia Silva, operaciones en Aeropuerto Internacional de Carrasco
"Trabajo hace 7 años en el rubro aeroportuario y uno y medio en mi puesto actual donde gestiono la seguridad operacional, estacionamiento de aviones y helicópteros, y la operación de pasarelas telescópicas. Desde el inicio fui muy bien recibida por mis compañeros. Se conoce muy poco sobre las funciones del trabajo en rampa pero es una tarea altamente dinámica, así como varían los días, lo hacen también los vuelos y eso hace que la gestión sea diferente constantemente. Trabajamos en equipos de tres y soy la primera mujer que realiza tareas en rampa en el Aeropuerto de Carrasco, una oportunidad muy positiva y meritoria, ya que dio inicio a un camino en este rubro para aquellas futuras que quieran transitarlo. Los desafíos son los de cualquier funcionario operativo que trabaja en plataforma y están ligados a la meteorología. A las mujeres les diría que no existen las barreras físicas ni intelectuales, que se propongan en grande y actúen en lo pequeño, con perseverancia y paciencia, es posible".
Lucía Santiago, líder de Mantenimiento de Coca-Cola FEMSA
"Siempre ocupé roles industriales en distintas posiciones y conozco a todos en la planta pero cuando tengo reuniones con personas ajenas a la compañía a veces se sorprenden de que este rol lo desempeñe una mujer. Ocasionalmente hay algunos cuestionamientos técnicos de profesionales fuera de la compañía y he tenido que brindar explicaciones sobre algún proyecto o la forma en la que afrontamos algún obstáculo pero estas situaciones no forman parte de la cotidianeidad. El principal desafío no viene dado por la posición en sí, sino por liderar un equipo, trabajar en conjunto y lograr las metas. A mis pares les digo que luchen por lo que les gusta y que encuentren su lugar, independientemente de si está identificado con un rol masculino o femenino. Cuando eso sucede, nos volvemos buenas y especialistas en el trabajo, con esfuerzo y dedicación nos abrimos puertas. Para algunas es más difícil que para otras, pero estoy convencida de que vale la pena trabajar a diario por alcanzar nuestro lugar en el mundo".
Edith Piriz, zapatera, titular de La Orensana
"Más allá de que el mío sea un trabajo masculino a los ojos de muchos, como mujer tengo la actitud necesaria para llevarlo a cabo con eficiencia y calidad. El primer desafío —para alguien que atiende al público— siempre es decodificar qué quiere el cliente, a su vez ,satisfacerlo, dar lo mejor en cada uno de los trabajos que me encargan. Una vez que tengo el producto en mis manos, el tiempo, la calidad de los materiales y mis más de 30 años de experiencia, me proponen otro gran desafío: que el proceso que hago en mi mente, mi plan de cómo llegar al resultado deseado, se concrete. Mi consejo a las mujeres es que luchen por lo que quieren. Que hagan oídos sordos a quienes no quieren verlas concretar lo que les hace bien. Prejuicios y críticas siempre habrán,no podemos evitarlos, pero lo importante es que —a pesar de todo— puedan ser felices. En ese proceso es fundamental que recuerden que nada es imposible: si uno trabaja día a día con el propósito de llegar a la meta, las oportunidades llegan y hay que saber aprovecharlas”.