Redacción El País
No es nada extraño que las mujeres tengamoslas uñas débiles y quebradizas. Si estás buscando una solución para este problema, es posible que te hayan recomendado el Kapping.
Camila González, de Camy Nails, explica que el kapping es una fina capa de acrílico o gel que crea una cubierta protectora que evita que la uña se quiebre fácilmente. Su única función es engrosarla para que esta crezca sana y protegida.
Se trata de una capa dura y resistente que acompaña el crecimiento de la uña natural (no las alarga) por lo que lo convierte en un excelente tratamiento para uñas escamadas o para aquellas personas que no pueden dejar su hábito compulsivo de comerselas. Son una excelente opción si no soportas las uñas largas que se pueden obtener con las esculpidas.
Generalmente el resultado de su aplicación es transparente aunque algunos productos tienen un ligero color rosáceo o blanco. Una vez aplicado, el kapping se puede esmaltar con esmalte común o semi permanente.
Camila aclara que está técnica lleva un mantenimiento cada 21 días para evitar el desprendimiento y las filtraciones que pueden causar hongos. “Esta técnica no es dañina para las uñas siempre y cuando la preparación y retiro se realicen de forma adecuada”, agrega.
Es importante tener claro que ningún kapping podrá modificar la composición de las uñas en sí ni modificar sus características de forma permanente.
Para mantener tus manos y uñas más sanas, además de ayudar a que el kapping no se dañe, lo ideal es usar guantes a la hora siempre que laves la loza o vayas a tener contacto con sustancias como el cloro, detergentes o tintas, entre otros.