SABOR EXPRESS

eduardo lanza

El mundo del vino no se compone sólo de añadas, cepajes y los clásicos colores —blancos, rosados y tintos— también se integra con los instrumentos necesarios para realizar su servicio. Sacacorchos, corta gotas, decanter y fundas para enfriar botellas, son algunos de los adminículos que componen ese mundo tan sofisticado de la bebida del dios Baco.

Desde que hace un par de siglos, el tapón de corcho se instaló como el mejor cierre para sus botellas y el descorchador se hizo indispensable. Esto marca para el vino una diferencia con el resto de las bebidas, cuyas botellas pueden abrirse fácilmente. Pero no es el único adminículo que sirve en el ritual de la apertura de una botella. La lista se agranda y su extensión depende de la vinculación o el apego, que una familia tenga con la bebida del dios de las bacanales.

Un par de accesorios pueden catalogarse como de uso corriente y otros dos sirven para cortar: el que limpiamente corta las cápsulas sin necesidad de recurrir al cuchillo de mesa y el que corta las gotas, evitando que caigan sobre la mesa y manchen el mantel. Ambos son pequeños, no ocupan lugar y su utilidad es evidente.

Otros accesorios pasan a la categoría de ocasionales, como las bolsas plásticas acolchadas para viaje, que recubren y protegen las botellas. Y algunos sólo son utilizados por coleccionistas como el decanter, que sirve para airear los vinos que han estado mucho tiempo guardados.

Alguno, como la bomba de vacío, tuvo su auge hace un par de décadas, pero ha caído en desuso. Los más refinados suelen tener a mano un termómetro de abrazadera, que se adhiere a la botella y, sin abrirla, pasados 5 minutos, marca su temperatura interior.

Los Sacacorchos
Sí, son fundamentales y el verdadero amante del vino debe tener los suyos. Es verdad que hay vinos con tapa rosca, pero la gran mayoría llegan al mercado con tapón de corcho. A la hora de elegir uno, los hay de palanca, de alas, incluso eléctricos. El más recomendable es el de dos tiempos, por su tamaño, sencillez de manejo y su efectividad.

Los cortagotas
Es habitual que algunas gotas resbalen por el pico de la botella al momento de servirlo, manchando la etiqueta o el mantel. Para evitar esto, se emplean cortagotas, una especie de anillo que se coloca en el cuello de la botella para que absorba esas molestas gotas. Otro tipo de cortagotas es aquel que se introduce en la «boca» de la botella, formando un canal por el que pasa el vino, evitando que gotee.

El decanter
Como ya es muy sabido, los vinos de cosechas antiguas que se guardaron durante un buen tiempo, necesitan “respirar” unos momentos antes de ser servidos. El decanter permite que la bebida se exprese mejor, tanto en aromas como en cuerpo. Solo debe verterse el vino dentro de él, moverlo un poco y esperar unos minutos. No olvidar que importa mantenerlo limpio y sin olores.

El corta cápsulas
Sirve para desprender rápidamente la cápsula de la botella, esto puede hacerse con un sacacorchos, pero siempre es más exclusivo tener un utensilio para ello.

Las copas
Las copas son fundamentales para apreciar todas las cualidades del vino. Las buenas permitirán que el vino se oxigene bien y además, quien la usa podrá observarlo y olerlo mejor. Es importante cuidar que al lavarlas no queden residuos de jabón ya que esto podría arruinar el próximo vino.

Los otros tapones
Si al abrir una botella no se bebe todo su contenido y es necesario guardarlo, es importante dejar bien sellado el envase para que el vino mantenga su calidad. Hay tapones especiales para espumosos que cierran herméticamente la botella y conservan sin problemas sus burbujas.

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Eduardo Lanza

Es Ingeniero químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas.

Es fundador de la Sociedad de Catadores. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino desde hace más de 20 años.