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Pasión, cercanía y placer: las ocho posturas más románticas del Kamasutra

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Sexo en público.Foto: EME

INTIMIDAD

La carga sentimental es, para muchas personas, un componente fundamental del acto sexual. Para liberar tu creatividad en la intimidad, sin dejar de lado la ternura en pareja, conocé estas posiciones.

Aunque existe debate sobre sus beneficios y posibles peligros, los estudios científicos han sido claros: el sexo es una necesidad humana. Alrededor de esa pulsión instintiva se suman otras cualidades propias de la naturaleza, complejas en su mayoría, como la tan importante carga sentimental.

Ese componente, que evoca la afectividad, ha sido durante años el centro de discusión de miles de mujeres y hombres que lo identifican como una condición fundamental del acto sexual.

Para liberar tu creatividad en la intimidad, sin dejar de lado la ternura del amor de pareja, hoy presentamos las ocho posiciones más románticas del Kamasutra

La flor de loto

Con base en la filosofía hinduista que inspira el Kamasutra, no quedaba otra que comenzar este ‘top’ con la metáfora sexual de la simbólica flor de loto. De acuerdo con expertos en la materia, esta postura, basada en la homónima del yoga, es ideal para hacer de los besos y las caricias el mejor complemento de la penetración.

Para lograrla, el hombre debe sentarse con las piernas cruzadas y los tobillos casi a la altura de las pantorrillas (una ubicación muy similar a la de una meditación básica). La idea es que la mujer pueda sentarse sobre él quedando de frente, envolviendo su cintura con las piernas y, de cierta forma, poniendo los glúteos encima de sus pies. A tanta cercanía, la sensación placentera de la pareja está prácticamente asegurada con cualquier movimiento. 

El arco del triunfo

La posición, que recuerda con su nombre a uno de los grandes monumentos históricos de Francia, pretende que quienes la ejecuten puedan sacar provecho de la elasticidad. La idea es que el hombre se siente con sus piernas completamente estiradas.

Con base en ello, la mujer debe acercarse al cuerpo de su pareja con la intención de sentarse encima. Acto seguido, ella debe arquear su espalda de tal forma que su cabeza quede ‘incrustada’ en los tobillos del hombre. Así, la sinergia entre los dos, permitirá que el hombre pueda liderar el ritmo con sus inclinaciones hacia delante o atrás.

El sexo tántrico propone expandir el placer
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Fuerza aérea

Si la postura anterior homenajeaba indirectamente a las luchas militares, la de la fuerza aérea es una oda a la resistencia física de los soldados. En esta posición, la idea es que el hombre se mantenga de pie, cargando a su pareja, mientras realiza la penetración.

Por su exigencia evidente, algunos expertos sugieren que la mujer se apoye ligeramente en una pared para que el acto sexual tenga mayor duración.

La milhoja

Todo indica que la dulzura del tradicional postre inspiró esta particular posición sexual. La milhoja consiste en que el hombre se tiende boca arriba y la mujer se ‘abalance’ sobre él de tal manera que sus rostros quedan a la misma altura.

Ella debe abrir sus piernas mientras se ubica encima para que la penetración sea más fluida. Según algunos sexólogos, esta postura puede ser muy placentera para las parejas en las que el hombre es bastante alto y la mujer muy pequeña.

Dulzura oriental

Retomando el aire oriental que conserva el Kamasutra, esta postura es un llamado a la armonía que rodea las meditaciones y filosofías de ese lado del mundo. El hombre debe estar sentado con sus piernas estiradas y la mujer debe ubicarse boca arriba. Mientras tanto, ha de rodear con las piernas su espalda.

La idea es que ella incline su pelvis para que sus extremidades queden caídas mientras el hombre la sostiene con sus manos. Se espera que la cercanía corporal y los grados de inclinación incidan positivamente en la satisfacción de quienes practican esta postura.

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El momento zen

En esa misma ola espiritual no podía dejarse de lado la posición que lleva en su nombre una referencia directa a la filosofía budista. El ‘momento Zen’ está diseñado para que la pareja pueda tener unos minutos de descanso tras posturas un poco más exigentes.

Su propósito es que la mujer comience estando encima del hombre y, de a poco, vaya girando hacia un lado a la para darle otra angulación al acto sexual. Así, durante esa rotación, ambos pueden experimentar una pausa excitante que hará las veces de un ‘respiro’ dependiendo de la velocidad de la penetración.

En caja

Como para muchas personas el ‘romanticismo’ implica cercanía, la postura ‘en caja’ es prácticamente infaltable para los más cariñosos. La idea es que la pareja se ubique en la popular posición de ‘cucharita’ para que la mujer pueda encajar su pelvis en la del hombre. Así la comodidad será placentera.

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Foto: iStock

La sumisión

Y aunque el título sea bastante explícito, la base de esta postura es que uno de los participantes del acto sexual ceda, de cierta forma, ‘todo el control’ al otro. Se espera que la mujer parta de una posición de ‘perrito’ y desplegue una de sus piernas para abrir un arco por el que el hombre pueda ubicar su cuerpo.

Apoyado en sus brazos, y gracias a la fricción natural, el hombre puede penetrar a la mujer con cierta inclinación hacia la dirección de la pierna que no está flexionada. Para algunos expertos en el tema, esta posición es ideal para que la mujer le ‘saque provecho’ a la autoestimulación de sus zonas erógenas.

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