Publicidad

Los 40, un buen momento para ser mamá, desafiar los mandatos sociales y crecer como persona

Federica Cash de Mamás reales nos cuenta de su experiencia de ser madre a los 40 y cómo su último hijo llegó para deconstruirla por completo

Compartir esta noticia
Madre e hijo
Joan Garriga.
Foto: Cortesía Editorial Planeta

* Por Federica Cash (de Mamás Reales)
@mamásrealesblog
El otro día en un cumple escuché que una mamá le decía a otra: “¿Y? ¿Estás para otro?”, a lo que la mamá 2, respondía: “¿Qué? ¿Estás loca? ¡Tengo 40! Empecé tarde, así que me quedé con uno solo… cosas de la vida”. Esta frase en relación a los 40 la vengo escuchando seguido. Parecería ser que a esta edad se termina la etapa de tener bebés, según los mandatos sociales de por acá nomás.

Sin embargo, para mí, tener un bebé a los 40 significó un inmenso regalo. Una sorpresa. Una nueva forma de maternar. Una nueva manera de disfrutar.

Ser mamá a los 40 fue de las cosas más maravillosas que me pasó y me pasa. Porque una anda por la vida con otra seguridad, con otra consciencia. Con la profunda certeza de que la magia existe y está en todos lados, de no dar nada por sentado. Sabía lo que era la maternidad, pero esto de convertirme en madre con otra madurez me abrió una puerta que me dejó perpleja. Agradecida hasta la médula. Con la convicción de la trascendencia, de ser canal para que la vida de otros se exprese.

Me demostró que en realidad es muy poco lo que debemos hacer para criar. A veces pensamos que tenemos que hacer de todo para ser “buenas madres” pero la realidad siempre me demuestra que la vida en familia corre por otro carril. Uno que inspira más presencia, más consciencia, más silencios, atención, y menos trabajo. Uno que tiene que ver con el cultivo de una misma para ser inspiración para los que siguen. No hay más que estar atentas y adormecer nuestra necesidad de influir en todos y en todo. De involucrarnos, de controlar.

Concebir una vida a los 40 me enseñó que todo es perfecto. Que no necesito hacer nada para que mi bebé se desarrolle sano; que no necesito hacer nada para que nazca. Que todo se da en el momento que se tiene que dar. Y que la realidad se expresa mejor, sin intervención, salvo cuando la situación lo amerita.

Ser mamá a los 40 me enseñó que crecer y progresar no están únicamente ligados a los estudios y éxitos laborales. De hecho, no hay lugar donde haya crecido más que en la intimidad de mi hogar.

Son mis hijos los que más me enseñan, los que me guían, los que me desafían a replantear mis modelos mentales y falta de flexibilidad. Son ellos los que me invitan a deconstruirme por completa. Es en estas cuatro paredes donde libro las batallas más importantes. Donde enfrento las contradicciones emocionales más profundas, que por lo general tienen que ver con quien soy. Mis hijos son los espejos en los que me miro y a través de ellos me conozco mejor.

Necesité 40 años para comprenderlo. ¡Gracias a mi último maestro!

Mamás reales

Federica Cash y Carolina Anastasiadis, impulsoras de Mamás reales
Federica Cash y Carolina Anastasiadis, impulsoras de Mamás reales
Foto: Cortesía Mamás reales

Carolina Anastasiadis y Federica Cash comparten experiencias y conocimiento en “Mamás reales”, un blog que nació hace 10 años durante el embarazo de sus primeros hijos.

Seguilas en @mamasrealesblog o en la web mamasrealesblog.com

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

maternidad

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad