Por Alicia Fernández
Desde que comenzó el mes de enero, casi diariamente escuchamos o leemos de siniestros de tránsito con víctimas mortales, otro enero trágico que debe preocuparnos como país. Particularmente este año, de acuerdo con los datos que han sido aportados por las autoridades, la mayoría de los fallecidos son jóvenes.
No es la primera vez que nos referimos a siniestralidad vial pero los números son tan preocupantes, independientemente de que no involucren en todos los casos a niños, que creemos necesario abordarlo nuevamente.
Las motos y los autos son los vehículos que están mayormente involucrados en estos eventos.
Insistimos en la importancia que los niños no viajen en motos si no llegan con los pies al apoyo que tienen las mismas, no los protege ir entre sus padres como así tampoco un casco de adulto; en caso de un siniestro en el tránsito el riesgo de lesiones y muerte es demasiado alto para considerar trasladarlos de esa manera.
En el caso de los autos es fundamental recordar que desde recién nacido hasta que alcancen el 1.50 metros de altura lo que sucede alrededor de los 12 años , deben viajar en el asiento trasero del vehículo, utilizando el Sistema de Retención Infantil ( SRI) adecuado para su edad, peso y altura.
Pero además para lograr esa seguridad que buscamos, la silla debe ser correctamente elegida e instalada y el niño correctamente ubicado en ella, cumpliendo con las normas técnicas internacionales reconocidas y estar homologadas por los organismos acreditados en nuestro país; las únicas fijaciones o anclajes a utilizar son los que disponen la sillita o el vehículo en el que será colocada.
Los niños no pueden ir sueltos en los vehículos, es importante que los padres o cuidadores responsables del traslado lo tengan en cuenta, debiendo ser adecuadamente colocados en los SRI supervisando que queden correctamente fijados antes de iniciar la marcha, aun en distancias cortas.
La responsabilidad sobre la seguridad de los niños, en todos los ámbitos (playas, jardines, parques, plazas y en las propias viviendas) es de los adultos que los acompañamos.
Desde pequeños debemos enseñarles a respetar las señales en el tránsito (cebras, semáforos, señales de pare, ceda el paso), que deben cruzar en las esquinas o en las cebras y siempre mirar antes de hacerlo, que cuando son pequeños deben estar bajo la vigilancia estricta de un adulto responsable.
Los hábitos que adquieren en la infancia se mantendrán durante toda la vida. Por cada fallecido en un siniestro de tránsito se estima que hay 4 lesionados.
Siniestro y accidente no son exactamente lo mismo. Al hablar de accidente hacemos referencia a un evento fortuito, inesperado o casual. Sin embargo cuando nos referimos a siniestro, hablamos de un hecho que pudo haberse evitado, tomando diferentes medidas de prevención, algunas de las que citamos en esta columna y otras que no deben ser omitidas como la ingesta de alcohol u otras drogas por el conductor de un vehículo, el no respetar las reglamentaciones viales, no hacer una revisión periódica de los vehículos en que viajamos de acuerdo a las recomendaciones del fabricante o no disponer al día de la habilitaciones correspondientes.
Prevenir es la primera medida y la más efectiva para disminuir los elevados números de siniestralidad vial en esta temporada estival por la gran movilidad que estamos viendo de turismo interno y externo. Actuemos con responsabilidad.
Alicia Fernández
Médica pediatra. Especialista en cuidados intensivos de niños, jefe del servicio de pediatría y del CTI de la Asociación Española. Docente universitaria.
Podés seguir a nuestra pediatra de cabecera en Twitter como @AliFernandezUY