Polo de negocios: empresarios uruguayos y extranjeros juegan al deporte que atrae inversores

Punta del Este es uno de los puntos de la costa más elegidos por los veraneantes, y allí, cerca del aire de mar y del campo, crecen las inversiones en torno a un deporte que atrae a muchos empresarios: el polo.

Inversores extranjeros se han instalado en Maldonado para hacer negocios vinculados a esta actividad, lo que es visto con buenos ojos desde la Asociación Uruguaya de Polo (AUP), que busca presentar a Punta del Este como sede mundial de la especialidad.

«Pensamos en sumar el polo de élite a Punta del Este y acompañar el empuje de inversiones que ha tenido, porque tiene condiciones para atraer a polistas y a los empresarios que los acompañan», aseguró a El Empresario, Alexis Guynot de Boismenu, presidente de la AUP.

Los argentinos Alfredo Goti y Hernán Agote son ejemplo de esa situación, hace cinco años abrieron Polo Champagne, una empresa que organiza torneos en el este. «Desembarcamos en Punta del Este viendo que podía ser un destino mundial de los jugadores de élite, y para atraer inversores y empresarios mundiales, por lo que es la ciudad», explicó Goti.

En la zona hay proyectos privados con cerca de 12 canchas de polo, y las inversiones han crecido. Empresarios de diversos rubros apuestan por el crecimiento de este deporte y lo que trae consigo, como el turismo o el desarrollo inmobiliario.

En Maldonado, el alemán Michael Klein creó Estancia Santa Cruz, donde hay canchas de polo, alojamiento y gastronomía. Los argentinos Verónica Lozano y su esposo Jorge «Corcho» Rodríguez invirtieron en Yellow Rose, una estancia con canchas. Y también se instaló en la zona, El Milagro Polo & Country Club, del empresario financiero argentino Federico Tomasevich.

En el resto del país también se destacan capitales extranjeros. En Carmelo hay un proyecto de polo de inversión argentina, y en Montevideo, inversores noruegos son accionistas de Jacksonville Polo Club.

«Empresarios de distintas partes del mundo juegan, y si hacemos un producto atractivo se van a interesar en venir a jugar, van a conocer y eso va a terminar redundando en inversión» comentó el presidente de la AUP, quien destacó que parte del crecimiento del sector tiene que ver con la residencia de extranjeros de alto poder adquisitivo.

«Atrás del polo vienen jugadores y empresarios que ven a Uruguay con otros ojos. También se da mucho trabajo, y eso es lo más importante» añadió Goti.

Uno de los sectores que ha tenido un gran impulso vinculado al polo, es el inmobiliario.

En Lavalleja, por ejemplo, se desarrolló un proyecto de chacras rurales llamado Chacras de las Sierras, complementado con un club de polo. Enrique Garbino, socio en Auren e inversor del proyecto, contó a El Empresario que en 1.000 hectáreas se fraccionaron 60 chacras cerca de la Sierra de las Ánimas, con canchas de polo, instalaciones para los caballos y personal de mantenimiento, así como diversos servicios.

En Canelones se están construyendo canchas de polo y un espacio para equitación en uno de los terrenos linderos a la urbanización Cavas de La Tahona. «El polo es un deporte que está creciendo y es muy lindo para la urbanización», indicó el director de Operaciones (COO) del proyecto, Nicolás Estrada.

Además de los jugadores profesionales, el polo atrae a empresarios que lo practican como hobby. Hoy, principalmente uruguayos, argentinos y brasileños.

Si bien el polo tiene vínculo con el campo, no son solo empresarios del agro los que juegan, también hay tecnológicos, del ámbito financiero, automovilístico e inmobiliario, entre otros. «El abanico de empresarios es infinito», expresó Goti.

José Manuel Lestido, representante de marcas como Audi, en Uruguay, es uno de los empresarios uruguayos vinculado al polo, y asegura que este deporte, además de inclusivo para hombres y mujeres, y familiar, genera a nivel empresarial «un buen vehículo para el posicionamiento de marcas de productos premium».

Hay quienes se acercan al deporte por amigos o por cultura familiar, pero también quienes lo descubren gracias a la cercanía con sus actividades laborales. El equipo de Jacksonville, por ejemplo, es conocido por muchos empresarios gracias a la cercanía física que tiene con Zonamerica.

Rodrigo Silveira

«En el polo prima cuidar al otro. Es un deporte muy completo en el que hay que ser constante y centrado», dijo el director de Silveira Negocios Rurales. Está vinculado al campo y anda a caballo desde niño y comenzó a jugar hace varios años en Jacksonville, club al que conoció al trabajar en Zonamerica. El del polo «es un muy lindo ambiente para vincularte y hacer negocios» comentó Silveira, pero además, agregó, es una actividad que da mucho trabajo, porque detrás de cada juego hay cría, doma y venta de caballos, herreros, fleteros, peticeros y veterinarios, entre otros.

Pereira, Analia

Valentín Martínez

«Hay valores compartidos entre el deporte y los negocios, como el trabajo en equipo, que son fundamentales para lograr resultados. Tenés que hacer un buen trabajo de equipo para ganar, y eso se aplica también en los negocios», comentó Valentín Martínez, director de Banca Empresas de Itaú. Conoció la pasión por los caballos por su padre, también aficionado al polo, y comenzó a jugar desde los 15 años. Empezó en Carrasco Polo Club y ahora, dependiendo de la época del año, juega también en Las Sierras Polo Club y en diferentes campeonatos en Punta del Este.

Pereira, Analia

Enrique Garbino

«Es importante el esforzarse por tus compañeros de equipo; la disciplina es muy importante ya que hay cierto peligro; el respeto hacia los que están en la cancha, jugadores, caballos y jueces; actitud positiva, para seguir jugando y mejorando a pesar de los golpes y los años; y mucha humildad ya que en un partido de polo, lo normal es que hayan jugadores de distintos niveles», resaltó Enrique Garbino, socio en la empresa de servicios profesionales Auren e inversor en Chacra Las Sierras. Garbino comenzó a jugar hace ocho años, entusiasmado por un amigo fanático de ese deporte.

Pereira, Analia

Bernardo de Lisa

«El trabajo en equipo sin dudas a nivel de empresas y en el deporte van alineados», indicó Bernardo de Lisa, socio en la empresa de frutas y hortalizas Proexur y en La Calandria Polo Club, un proyecto deportivo, inmobiliario y de eventos ubicado en Salto. A los 15 años tuvo su primer contacto con el taco y la bocha, y a los 20 comenzó a jugar al polo en Salto. En 2010 formó el equipo Dole, marca que representa Proexur en Uruguay, y con él participó en su primer torneo en Carrasco. Actualmente sigue jugando con ese equipo en diversas competencias.

Pereira, Analia

Los costos de jugar al polo dependen del club, los animales y los jugadores. Pero una inversión inicial es la de la compra de caballos. Este deporte se practica con equinos de las razas Polo Argentino, Sangre Pura de Carrera o Mestizos, que cuestan, en promedio, US$ 10.000 cada uno. El mantenimiento de un caballo, por temporada, puede costar unos US$ 2.500.

Dependiendo el torneo, cada partido puede tener cuatro o seis «chukkers» o tiempos, de entre siete y ocho minutos. Cada período se juega con un animal diferente —por el agotamiento físico—, por eso cada jugador necesita al menos cuatro caballos. Por partido participan ocho jugadores y dos referís.

Para quienes quieran jugar un partido en Punta del Este, con animales alquilados, deben pensar en un desembolso de unos US$ 1.500.

Antes se jugaba solo con animales locales, pero ahora, y tras obtener una habilitación temporaria para traer equinos del exterior, el llamado «pasaporte equino», la situación mejoró y hay buenas expectativas de la AUP. «Eso es parte del crecimiento», indicó el presidente, quien añadió que hay grandes oportunidades de desarrollo alrededor de este deporte que cada vez tiene más adeptos.