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Pocos vendedores y cajas cerradas: variante ómicron deja a la industria minorista con "bajas defensas"

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Trabajadora de tienda minorista con mascarilla.

EMPRESAS

Nueva cepa de COVID-19 causa estragos en la atención al cliente y el abastecimiento de tiendas a medida que disminuyen las dotaciones de personal

Largas filas para pagar. Probadores cerrados. Estantes vacíos. Reducción del horario de la tienda. Además del temor de contraer coronavirusy otra temporada más de escaramuzas con clientes que se niegan a usar máscaras.

Una fuerza de trabajo minorista cansada está experimentando las consecuencias de la última ola de la pandemia, con una variante que se propaga rápidamente y reduce la dotación de personal.

Si bien los datos muestran que las personas infectadas con la variante ómicron tienen menos probabilidades de ser hospitalizadas que las que padecen la variante delta, especialmente si están vacunadas, muchos trabajadores de tiendas están lidiando con un nuevo aumento en la enfermedad y la exposición, con pautas cambiantes en torno al aislamiento, a la vez que deben hacer malabares con el cuidado de los niños. Al mismo tiempo, los retailers en general no están extendiendo el pago por riesgos como lo hicieron antes en la pandemia y se han mostrado reacios a adoptar mandatos de vacunas o pruebas.

«Llegamos a un punto en el que nos sentíamos cómodos, no estaba tan mal, y luego, de repente, llegó esta nueva variante y todos se enfermaron», dijo Artavia Milliam, que trabaja en un local de H&M en Hudson Yards en Manhattan.

Milliam, miembro del Sindicato de Tiendas Minoristas, Mayoristas y Departamentales, está vacunada pero contrajo el virus durante las vacaciones y experimentó síntomas leves. Dijo que menos empleados estaban trabajando en las registradoras y organizando ropa y que su tienda había estado cerrando los probadores por las mañanas porque nadie estaba disponible para monitorearlos.

Empresas como Macy's y Apple variaron los horarios de atención al público de sus tiendas a causa de las bajas de personal por el coronavirus

Macy's informó la semana pasada que reduciría el horario de atención a nivel nacional de lunes a jueves durante el resto del mes. Al menos 20 Apple Stores han cerrado en las últimas semanas porque muchos empleados contrajeron COVID-19 o estuvieron expuestos a alguien que lo había hecho, y otros redujeron el horario o limitaron el acceso a las tiendas.

En un Macy’s en Lynnwood, Washington, Liisa Luick, asociada de ventas, indicó que la tienda ya había reducido el personal para bajar costos en 2020. Ahora, a menudo no puede tomar descansos y ha recibido quejas de los clientes sobre la falta de ayuda de ventas y cajas registradoras sin personal.

«La moral no podría estar más baja», reconoció Luick, quien es delegada de la unidad local del sindicato United Food and Commercial Workers. A pesar de que Washington tiene un mandato de uso de máscaras para los espacios públicos interiores, «recibimos muchos rechazos, por lo que la moral es aún más baja porque hay muchas personas que simplemente no creen en el uso de máscaras», explicó.

Clienta con mascarilla en una tienda.
Clienta con mascarilla en una tienda.

Demoras e ineficiencias

Los trabajadores de las tiendas están navegando por la naturaleza cambiante del virus y haciendo todo lo posible para evaluar nuevos riesgos. Muchos dicen que con las vacunas y los refuerzos, temen menos por sus vidas que en 2020 (United Food and Commercial Workers ha rastreado más de 200 muertes de trabajadores minoristas desde el comienzo de la pandemia), pero siguen nerviosos por el contagio y propagación del virus.

En un Stop & Shop en Oyster Bay, Nueva York, Wally Waugh, gerente de atención al público, señaló que las filas para pagar se estaban haciendo más largas y que los estantes de los supermercados no se reabastecían de manera oportuna porque muchas personas llamaban reportándose enfermas con sus propias pruebas positivas o las de su familia.

Eso ha obligado a los empleados restantes a trabajar más horas. Pero incluso con el pago de horas extras, muchos de sus colegas no están dispuestos a quedarse en la tienda más tiempo del necesario, dijo.

En una tienda de comestibles QFC en Seattle, Sam Dancy, un supervisor de recepción, comentó que muchos colegas se estaban reportando enfermos. La tienda, parte de la cadena Kroger, ha cerrado temprano varias veces y los clientes están ayudando a empacar sus compras. Hay largas filas y algunos de los carriles de autopago están cerrados porque los empleados no están disponibles para supervisarlos.

«Algunas personas están tan cansadas de lo que está pasando, hay algunas que están expuestas y otras que lo usan como una excusa para no tener que trabajar en estas circunstancias», admitió Dancy.

Apoyos sostenibles

Tienda Macy's en Washington, Estados Unidos. Foto: EFE.
Tienda Macy's en Washington, Estados Unidos. Foto: EFE.

Las pautas cambiantes en torno al aislamiento también están causando confusión en muchas tiendas. Si bien H&M ha dado instrucciones a empleados para que se aíslen durante 14 días después de dar positivo por COVID-19, Macy's indicó en un memorando a los trabajadores la semana pasada que adoptaría una nueva guía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que recomendaba acortar el aislamiento para las personas infectadas de diez a cinco días si están asintomáticos o sus síntomas se están resolviendo.

Pero incluso si los minoristas acortan los períodos de aislamiento, las escuelas y las guarderías pueden tener períodos de cuarentena más prolongados para las familias expuestas, lo que pondría en un aprieto a los padres que trabajan.

A pesar de que ómicron se propaga más rápido que otras variantes, los empleadores no han mostrado voluntad de restablecer las precauciones anteriores o aumentar los salarios, apuntó Kevin Schneider, secretario-tesorero de una unidad de United Food and Commercial Workers en el área de Denver.

Cadenas minoristas han dejado de pagar compensaciones por riesgos a sus trabajadores en esta etapa de la pandemia

Al igual que muchos minoristas, la cadena Kroger no ha brindado pagos por riesgos a nivel nacional desde las primeras etapas de la pandemia, aunque el sindicato está negociando para que se restablezca. La cadena también ha discontinuado medidas como controlar cuántos clientes se permiten en las tiendas a la vez.

En un comunicado, Kroger informó que los empleados de primera línea recibieron cada uno US$ 1.760 en pago adicional para «recompensarlos y reconocerlos por sus esfuerzos durante la pandemia».

A medida que las oleadas estacionales de coronavirus se vuelven la norma, los sindicatos y las empresas del sector minorista buscan políticas consistentes.

Jim Araby, director de campañas estratégicas del sindicato de trabajadores comerciales y de alimentos en el norte de California, sostuvo que la industria del retail necesitaba implementar apoyos más sostenibles para los trabajadores que se enfermaron.

Por ejemplo, dijo, un fondo fiduciario administrado conjuntamente por el sindicato y varios empleadores ya no podría ofrecer días de enfermedad relacionados con COVID-19 para los miembros del gremio.

«Tenemos que empezar a tratar esto como algo endémico», planteó Araby. «Y descubrir cuáles son los problemas estructurales que tenemos que presentar para lidiar con esto».

Fricciones con el gobierno

El presidente Biden se quita la mascarilla antes de dar una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Foto: AFP
El presidente Biden se quita la mascarilla antes de dar una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Foto: AFP

La escasez de personal en las empresas minoristas ha puesto de relieve un posible mandato de vacunación o prueba de la administración Biden, al que los principales retailers se han resistido.

Si bien el sector inicialmente citó la fiebre de la temporada navideña por su resistencia a tales reglas, más recientemente ha señalado la carga de evaluar a los trabajadores no vacunados. Después de escuchar argumentos la semana pasada, la mayoría conservadora de la Corte Suprema se mostró escéptica sobre si la administración de Biden tenía autoridad legal para ordenar que los grandes empleadores exijan que los trabajadores se vacunen.

La Federación Nacional de Minoristas dijo en un comunicado que «sigue creyendo que la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de EE.UU. se excedió en su autoridad al promulgar su mandato de vacunación». El grupo estimó que la orden requeriría 20 millones de pruebas por semana a nivel nacional, según datos externos sobre trabajadores no vacunados, y que «tal capacidad de prueba hoy no existe».

Aún así, Macy’s fue uno de los principales empleadores que empezó a pedirles a los trabajadores su estado de vacunación antes de la audiencia de la Corte Suprema y comunicó que podría requerir pruebas de test negativos desde el 16 de febrero.

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