La comida rápida vs la baguette: el "fast food" de EE.UU. sale a conquistar los exigentes paladares parisinos

París, La capital mundial de la gastronomía, se está convirtiendo en uno de los grandes mercados para las cadenas estadounidenses, a medida que hay un cambio en los hábitos de consumo impulsado por los jóvenes

McDonald's. Es una de las empresas que tiene presencia en la capital francesa.
McDonald's. Es una de las empresas que tiene presencia en la capital francesa.
Foto: AFP

Cuando amaneció en el centro de París el miércoles 6, una multitud de 500 personas, en su mayoría franceses, formaban con una paciencia inusual una fila serpenteante, con la intención de comprar un dulce decididamente no francés: una dona estadounidense. Una dona Krispy Kreme glaseada y caliente, para ser exactos.

Era la gran inauguración de la cadena estadounidense en Francia, y los clientes, docenas de los cuales habían acampado durante la noche, observaron a través de una ventana gigante cómo una cinta transportadora llevaba masa frita hacia una cascada de glaseado azucarado. Cuando se abrieron las puertas, entraron en tropel, pidiendo donas por docenas para llevar, o comiendo en las mesas de un bistró en un ambiente estilo cafetería.

«A los franceses les encantan los productos estadounidenses y hay mucha expectación en torno a las cadenas de ese país», explicó Amir Boudokhane, director de proyectos en una clínica médica, mientras esperaba para entrar a Krispy Kreme.

La visión de los franceses acudiendo en masa a comprar comida estadounidense podría haber parecido surrealista hace una generación en un país que ama sus restaurantes con estrellas Michelin, sus cenas de tres horas y su icónica baguette. Pero hoy en día, la capital gastronómica mundial resulta ser uno de los mercados más grandes de Europa para las principales cadenas de comida rápida de EE.UU., a medida que los hábitos de consumo en evolución, influenciados por una generación más joven y más informal y las redes sociales, remodelan el panorama gastronómico.

La empresa Krispy Kreme
CHICAGO, ILLINOIS - MAY 05: Doughnuts are sold at a Krispy Kreme store on May 05, 2021 in Chicago, Illinois. The doughnut chain reported yesterday that it plans to take the company public again. The company was taken public in 2000 but struggled before being acquired by JAB Holding Company in 2016. (Photo Illustration by Scott Olson/Getty Images) == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==
SCOTT OLSON/AFP

En la primavera, el pollo frito de Popeyes atrajo grandes multitudes en París cuando abrió el primero de los 350 restaurantes previstos en toda Francia. Wendy’s tiene planes para establecerse en el país. Burger King, KFC, Starbucks, Domino’s Pizza, Chipotle, Steak’n Shake, Carl’s Jr. y Five Guys han tenido puntos de apoyo durante mucho tiempo, pero están expandiendo rápidamente su presencia con planes para cientos de nuevas ubicaciones en todo el país.

A la cabeza está McDonald’s. Después de EE.UU., Francia es el país más rentable de la cadena, con más de € 6.000 millones (US$ 6.500 millones) en ventas y más de 1.500 restaurantes en 2022. Francia es también el segundo mercado más grande para Burger King, con € 1.200 millones (US$ 1.290 millones) en ingresos el año pasado.

«Los hábitos están cambiando: la gente come más rápido que antes y quiere una experiencia diferente», evaluó Xavier Expilly, un consultor que ayudó a supervisar las aperturas francesas de Burger King, Five Guys y otras. «Las cadenas de EE.UU. saben responder a esa necesidad», destacó.

«Generación Netflix»

Krispy Kreme es el último jugador estadounidense en llegar a París.

«Las donas son poco conocidas en Francia en comparación con los croissants y el pain au chocolat», apuntó Alexandre Maizoué, director general de Krispy Kreme Francia y miembro del comité ejecutivo de Wagram Finance, una firma francesa de capital privado que respalda la llegada de la cadena. Maizoué señaló el local, donde la gente se agolpaba alrededor de cinco mostradores, eligiendo donas glaseadas.

«Todo esto tiene que ver con la cultura pop estadounidense», argumentó. Krispy Kreme «atrae a la Generación Netflix», añadió. «Han visto todas las series americanas. Les gusta la cultura y el art de vivre estadounidenses».

Las donas salieron de una línea de ensamblaje que había sido importada de Carolina del Norte, donde tiene su sede la cadena. Se crearon nuevos sabores para atraer el paladar francés, incluido un sabor a fruta más fresca para la dona de manzana y menos dulzor para el glaseado de frutilla. Una versión afrancesada estaba cargada con pan de jengibre, una galleta que a menudo se sirve con un espresso en las cafeterías.

La tienda, en un lugar privilegiado que Krispy Kreme tomó del chef francés Alain Ducasse, galardonado con una estrella Michelin, fabricará 45.000 donas al día. Maizoué dijo que en los próximos tres meses se abrirán una docena de sitios más en París, y se venderán donas Krispy Kreme en docenas de supermercados locales.

Según todos los indicios, hay más dinero por ganar. Las cadenas estadounidenses se están expandiendo en el extranjero porque la saturación en su país ha alcanzado niveles récord, comentó Aaron Allen, fundador y estratega jefe de Aaron Allen & Associates, una consultora especializada en servicios alimentarios y hotelería.

«Se ve una prisa por llegar a aquellos países donde las normas están cambiando y hay más aceptación de la comida rápida», aseguró Allen.

Ese es el caso en Francia, donde la generación más joven es más informal que sus padres y los horarios de comida en casa se han fragmentado. Los almuerzos sentados de una hora se han vuelto descansos más cortos que hacen que la gente busque una alternativa más rápida.

Y el uso del delivery de comida se disparó durante la pandemia, alimentando una tendencia entre los jóvenes a hacer pedidos con solo tocar una aplicación, un fenómeno que no existía en Francia hace una década.

De vuelta en Krispy Kreme, Michele Fidel y Charlie Anglo, que trabajan en un hotel de lujo en París, acudieron corriendo a la inauguración después de ver a sus amigos publicar sobre ello en Facebook. «¡Habíamos estado rezando para que Krispy Kreme viniera aquí!», exclamó Anglo.

La famosa «baguette» resiste
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La comida francesa no está a punto de ser derribada: el mostrador de almuerzo número uno sigue siendo la panadería local. Cada año se venden en Francia unos 2.600 millones de sándwiches de baguette, frente a 1.400 millones de hamburguesas, según Gira Conseil, una consultora francesa.
Pero en términos de poder adquisitivo, las cadenas de EE.UU. dominan, representando casi el 30% de todas las ventas de fast food, una categoría amplia que incluye restaurantes de servicio rápido. Las cinco principales empresas estadounidenses de comida rápida en Francia facturaron € 8.600 millones (US$ 9.200 millones) el año pasado, según Xerfi, una firma de investigación con sede en París.

Cadenas adoptan un sabor local

Las cosas no siempre fueron fáciles para las marcas estadounidenses en Francia: la cadena de hamburguesas Burger King se vio obligada a retirarse de ese mercado antes de reingresar hace una década, después de insistir en seguir con un menú de hamburguesas que era demasiado estadounidense para el gusto de los clientes locales.
En cambio, McDonald’s escuchó al mercado francés introduciendo artículos complementarios que no estaban en sus restaurantes estadounidenses, como croissants y una copia del sándwich croque-monsieur.
También estableció un estándar al crear una atmósfera de restaurante sentado que hizo que los consumidores franceses inmersos en la cultura del café se sintieran más cómodos reuniéndose en una mesa alrededor de una Big Mac. Además utiliza carnes, quesos y panes e origen francés.
Otras cadenas estadounidenses de comida rápida han adoptado el mismo modelo para sobrevivir y prosperar, afirmó Expilly.
«Las ventas en Francia son dos o tres veces mayores que en otros países porque las empresas han modificado esa experiencia gastronómica estadounidense ultrarrápida», dijo.

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