Hace muchos años, en un viaje de negocios por Nueva York, el empresario tecnológico uruguayo Marcelo López, cofundador de la compañías locales UruIT y Nearsure, se cruzó con un estadounidense que le comentó sobre el futuro «boom» de una bebida alcohólica en la gastronomía y coctelería premium: el gin artesanal. Hace cinco años López se mudó a Colonia del Sacramento, iba y venía a Montevideo para gestionar sus negocios cuando llegó la pandemia. Ahí recordó esa charla y como excusa de hacer algo más «tangible» y relacionado a lo «sensorial» en su vida, comenzó con un proyecto de gin artesanal de alta calidad.

En paralelo, en Buenos Aires el argentino Ángel Ghiazza, ingeniero en alimentos y emprendedor, había incursionado en la producción de una bebida de ese estilo, con perfil premium, en su casa con un laboratorio «casero». En 2021, se mudó a Colonia y lo dejó atrás, pero no las ganas de hacer gin. Y comenzó a buscar dónde producirlo.

La pasión por esa bebida y un amigo de López, propietario de una inmobiliaria de la capital coloniense, bastaron para que el empresario uruguayo y el ingeniero en alimentos y emprendedor argentino se unieran y crearan Sur 34, un gin artesanal premium que busca conquistar un mercado exigente. Cuando Ghiazza conoció a López, el uruguayo ya estaba dando los primeros pasos de su proyecto de crear una marca artesanal. Ponerse de acuerdo y aliarse para forjar una única marca fue fácil. «Ambos habíamos comenzado a experimentar con las mismas especias y buscábamos un resultado similar. Así que cuando nos juntamos fue fácil congeniar y poner un rumbo común», recordó López.

Tras una inversión de US$ 250.000, armaron la destilería en una locación frente a la renovada Plaza de Toros de Colonia y comenzaron con las primeras pruebas. Para lograr un producto de alta calidad, López se capacitó con maestros destiladores en Argentina, Holanda y EE.UU. La maquinaria es de última tecnología importada desde Holanda (lugar de origen del gin) que, entre otras características, reduce el impacto ambiental. Ese perfil sustentable también se refleja en sus botellas, importadas de Europa con vidrio 100% reciclado, aclaró Ghiazza.

La destilería cuenta con una capacidad de producción de unos 100.000 litros anuales. Sin embargo, por este año, y mientras afianzan el mercado, apuntan a embotellar 1.000 litros de gin al mes, que se distribuyen en restaurantes gourmet, hoteles, licorerías especializadas, tiendas naturales, de Colonia, Montevideo y Punta del Este. También el plan incluye llegar a free shops, comentaron.

Uruguay es solo el primer paso. «Nuestro plan es crecer en EE.UU., Brasil, Paraguay, México y Argentina. En cada uno con importadores que tienen productos premium uruguayos. Ya enviamos las primeras partidas para probar mercados y estimamos que antes de culminar el año llegaremos a vender esos 1.000 litros mensuales. Para el año que viene estimamos llegar a los 100.000 anuales. Ahí Uruguay será solo el 10% de la facturación», proyectó López.

Uno de los diferenciales del producto es su forma de producción. Compran el alcohol en el exterior y lo redestilan para lograr uno de mayor calidad. «Desechamos un 15% del alcohol, pero preferimos relegar eso para lograr algo mejor. Luego lo volvemos a destilar para hacer el gin. En un futuro tenemos planeado destilar nuestro propio alcohol», adelantó López. En tanto, Ghiazza acotó que el sabor que logran proviene de un detalle diferencial, la cáscara de mandarina criolla. «Somos los únicos que lo usamos como botánico y eso le da un toque local y un sabor cítrico que no existe en otros gins del mercado».

En paralelo, la destilería también ofrecerá visitas para particulares o empresas para conocer la experiencia del gin premium, cerraron.