Si bien la inteligencia artificial (IA) ha acaparado el centro de atención durante el último año, la tecnología que puede parecer funcionar como cerebros humanos ha sido una prioridad para los investigadores, inversores y ejecutivos tecnológicos en Silicon Valley y más allá durante más de una década.
Estas son algunas de las personas involucradas en los orígenes del movimiento moderno de IA que han influido en el desarrollo de la tecnología.
Es CEO de OpenAI, el laboratorio de IA que creó ChatGPT, el chatbot que se viralizó el año pasado y marcó el comienzo del reconocimiento de la IA generativa. Altman ayudó a iniciar OpenAI tras reunirse con Elon Musk en 2015. En ese momento, dirigía la incubadora Y Combinator.
Ex investigador de Google, ayudó a establecer la dirección de investigación de OpenAI, pero se fue en 2021 después de desacuerdos sobre el camino que estaba tomando la empresa. Ese año fundó Anthropic, que se dedica a crear sistemas de IA seguros.
El cofundador de Microsoft era escéptico sobre cuán poderosa podría llegar a ser la IA. Pero, en agosto de 2022, tras ver una demostración de GPT-4 de OpenAI, cambió de parecer. Su apoyo ayudó a Microsoft a tomar medidas agresivas para capitalizar la IAG.
El neurocientífico es fundador de DeepMind, uno de los laboratorios más importantes de IA. Obtuvo respaldo financiero del inversor Peter Thiel para crear DeepMind. Google compró la empresa en 2014, y Hassabis es uno de los principales ejecutivos de IA de la compañía.
El profesor de la Universidad de Toronto y dos de sus estudiantes impulsaron las redes neuronales. Esta tecnología subyacente clave de la IA cautivó a la industria tecnológica, y Google le pagó a Hinton y su equipo US$ 44: en 2012 para incorporarla, superando a Microsoft y Baidu.
Hoffman, un exejecutivo de la empresa de pagos electrónicos PayPal que fundó la red laboral LinkedIn y se convirtió en capitalista de riesgo, era, junto con Elon Musk y Peter Thiel, parte de un grupo que invirtió US$ 1.000 millones en la empresa OpenAI.
El CEO de Tesla ayudó a crear OpenAI en 2015. Preocupado por los peligros latentes de la IA, en ese momento buscó posicionar a OpenAI, una ONG, como un contrapeso más ético a otras tecnológicas. Musk dejó OpenAI en 2018 tras desacuerdos con Altman.
El CEO de Microsoft encabezó las inversiones de la compañía en OpenAI en 2019 y este año, comprometiendo US$ 13.000 millones en ese período. Microsoft se ha volcado a la IA, incorporando la tecnología de OpenAI en su buscador Bing y otros productos.
El cofundador de Google ha sido un defensor de la IA y sus beneficios. Impulsó la compra de DeepMind por parte de Google en el año 2014. Page tiene una visión optimista de la IA y cree que los robots y los humanos vivirán en armonía algún día.
Thiel, un ejecutivo de PayPal convertido en capitalista de riesgo que hizo gran parte de su fortuna con una inversión inicial en Facebook, fue un inversor clave en los primeros laboratorios de IA. El empresario invirtió dinero en empresas como DeepMind y, más tarde, en OpenAI.
Bloggero e investigador de IA, sembró gran parte del pensamiento filosófico en torno a esa tecnología. Era un líder en una comunidad de altruistas eficaces, quienes creen en el poder de la IA, pero también temen que pueda destruir a las personas.
El CEO de Meta, ha impulsado la IA durante al menos una década. Reconociendo el poder de la tecnología, intentó comprar DeepMind, antes de que Google lo lograra. Luego se embarcó en una ola de contrataciones para incorporar talentos de IA a Facebook.