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Alberto Bajarlia, dueño de Arquetipo: "Las fábricas de muebles que nos abastecen tienen todo sobrevendido"

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Alberto Barjalia, propietario de Arquetipo. Foto: Francisco Flores.
Nota a Alberto Bajarlia, propietario y director de Arquetipo Interiores, en sus oficinas en Montevideo, ND 20210914, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El empresario se refirió a la historia y perspectivas de su negocio ante la fuerte demanda pospandemia, que hizo que sus proveedores en Brasil debieran cerrar las compras para todo el año

Tiene 35 años en el rubro de la fabricación y venta de muebles. Alberto Bajarlia aprendió el oficio con su suegro y en 2005 fundó Arquetipo, una tienda dedicada a diseños de espacios minimalistas, con muebles fabricados en el país o importados de Brasil. El negocio creció en pandemia, contrariamente a lo esperado. Esto se fundamenta en que los clientes invirtieron en acomodar sus casas, donde pasan más tiempo por el teletrabajo. Arquetipo abrirá un showroom en Punta del Este en los próximos días, para dirigirse a clientes exclusivos. Este montevideano, de 65 años, casado, con tres hijos, ama su trabajo y va a más apostando a que «hay que tirarse al agua» cuando las circunstancias lo requieren, según afirma.

¿Cuál es su trayectoria en el rubro de los muebles y cómo nació Arquetipo?
Cuando tenía 17 años me fui a vivir con mis padres y hermanos a Israel. Allí estudié historia en la universidad, en Tel Aviv. Con el tiempo volví a Uruguay y acá conocí a mi señora, nos casamos, volvimos juntos a Israel y en el 88, por distintos motivos, regresamos a Uruguay. Ahí comienza mi periplo por el sector de fabricación y venta de muebles, algo totalmente nuevo para mí en ese momento. Comencé a trabajar con mi suegro, que manejaba una fábrica y una tienda de muebles Windsor. De eso hace 35 años. Trabajé con él desde 1998 a 2004. En 2005, con mi señora abrimos esta tienda.

Su suegro era muy conocido en el sector.

Sí, mi suegro, Enrique Jablonka, era un referente en la fabricación de muebles nacionales y pionero en la fabricación de muebles Windsor y de estilo. De él aprendí este oficio sobre los distintos tipos de madera, de lustre, las formas de armado, todo lo que es la construcción del mueble, y también sobre el negocio, cómo administrarlo, la relación con el cliente. Recuerdo que siempre me decía que «hay que poner el acento en lo que comprás», es decir, conseguir los mejores productos y precios en la compra, no tanto en la venta.

¿En los comienzos de su tienda siguió trabajando también en la fábrica de su suegro?

Sí. Mi suegro falleció y la fábrica cerró después. Funcionó hasta 2014, cuando se hizo insostenible la fabricación nacional por los altos costos de la mercadería en Uruguay. Fue una de las fábricas que, después de 50 años, tuvo que cerrar. Ya en los últimos tiempos, hacíamos otro tipo de muebles, no solo de estilo. Cuando me fui, lo hice para dedicarme a mi tienda con muebles minimalistas, como se usan ahora, con otro sistema de construcción. Antes se hacían muebles enteros, encolados, era un problema el tiempo que llevaba hacerlos y transportarlos. Ahora los muebles vienen desarmados en cajas, con sistemas muy modernos de armado, más seriados. Para Arquetipo empezamos a importar muebles de tres fábricas de Brasil y hoy lo hacemos de unas 10.

¿Por qué «Arquetipo»?

Quisimos que el nombre tuviera que ver con la arquitectura y con un pensamiento de futuro, de lo que se puede lograr.

¿Cómo enfoca su trabajo?

Me encanta este rubro, apuntamos al buen ambiente de trabajo y a la relación personalizada con el público. Al cliente hay que darle tiempo, entenderlo, asesorarlo. Le planteamos un proyecto computarizado para que vea en su casa lo que le proponemos y decida.

¿Los muebles que venden son de Brasil y también de fábricas nacionales?

Sí, importamos de Brasil y hay cosas que fabricamos en el país, como algunos proyectos de muebles a medida. Hoy trabajamos con cuatro fábricas nacionales. En Uruguay es difícil llegar a volúmenes de producción relativamente altos en corto tiempo, por eso, para muebles de mayor volumen de fabricación importamos de Brasil. Traemos sillas de oficina, escritorios, muebles para el hogar, sofás y otros artículos para los ambientes.

Alberto Bajarlia, propietario de Arquetipo. Foto: Francisco Flores.
Alberto Bajarlia, propietario de Arquetipo. Foto: Francisco Flores.

¿Qué marcas traen?

Somos representantes de unas 10 marcas de Brasil, entre ellas Frisokar, Universum, Msul, JMarcon, Rudnick. Tenemos un abanico amplio de oferta; ha crecido de manera importante en los últimos años.

¿Qué tan bien están funcionando las fábricas en Brasil?

Estuvieron cerradas mucho tiempo por el COVID-19 y cuando abrieron tenían una cantidad de pedidos enorme. Las fábricas que nos abastecen ya cerraron las compras para todo el año. Tienen todo sobrevendido, es impresionante, es un fenómeno pospandemia. Acá nos están llegando pedidos para octubre, noviembre y diciembre, y no podemos encargar casi nada más hasta el año que viene. Tuvimos que hacer las compras pensando hasta enero de 2021.

«Las nuevas colecciones tienen más hierro y acero»

¿Cómo son los nuevos muebles que están llegando?, ¿cuáles son las tendencias?
Las nuevas colecciones tienen terminaciones diferentes, más hierro y acero, mucho metal, hay metales combinados con fibras, vienen texturas novedosas, por ejemplo, tapas de mesas marmolizadas, y distintos colores en cueros. El mercado local pide muchas telas antimanchas para los sofás, ya las trabajamos y seguiremos en eso. En cuanto a los colores, normalmente predominan los claros; estamos vendiendo muchos terracota, tierra, amarillos y azules. Los diseños y la paleta de colores cambian todos los años. Se usan algunos diseños en madera para decoraciones de piso, o mesas con maderas para completar el amoblamiento. El cliente es más exigente en cuanto a la calidad y a las terminaciones que tiempo atrás, porque a través de la web ve espacios amoblados de cualquier parte del mundo. Se fija cada vez más en la garantía, la durabilidad, la procedencia de los productos, los detalles. Nosotros, por ejemplo en las sillas, que es el producto más vendido, damos seis años de garantía.

Mucha gente prefiere muebles italianos por sobre los brasileños, ¿cómo abordan ese tema?

Hoy en día todo está muy globalizado: el diseño, las paletas de colores, las terminaciones de los muebles son similares. En Italia venden el mismo tipo de muebles que en Brasil. La marca Msul, por ejemplo, estuvo representada en la Feria Internacional del Mueble de Milán. Las fábricas en Brasil impactan por lo grande y también sus tecnologías para la fabricación; todo robotizado, en cajas, bien terminado, de alta calidad.

¿Cuál fue su logro o desafío más destacado?

El día que abrí la empresa en 2005, porque Uruguay recién estaba saliendo de una crisis. Yo le aconsejo a los jóvenes que hay que tirarse al agua, no huir de los desafíos. Dejo ese legado a mis hijos, quienes siguen la misma línea.

Su empresa es familiar, ¿cómo la maneja?

Al principio era complicado, porque era como llevar el trabajo a la cena, hasta que nos impusimos la regla de no hacerlo, o al menos tratar. Cada uno tiene su rol, por eso no chocamos en ese sentido.

¿Cuántas personas trabajan en total?

Unas 10 personas, y hay otras 15 vinculadas al negocio. Tenemos gente en atención al público, contabilidad, redes sociales, una arquitecta, diseñadores, un oficial de cuentas corporativas y un encargado de depósito. Contamos con empresas tercerizadas para el transporte de los muebles y para el depósito. Hay carpinteros y tapiceros que trabajan para nosotros. Alrededor de nosotros giran varias empresas.

¿Qué clientes tienen?

Comenzamos con clientes particulares de hogar, inversores en Montevideo y en el Este, gente que amuebla para vivir o alquilar. Hace dos años empezamos con el área corporativa y ahora nos estamos ampliando más hacia el segmento de oficinas.

Alberto Bajarlia, propietario de Arquetipo. Foto: Francisco Flores.
Alberto Bajarlia, propietario de Arquetipo. Foto: Francisco Flores.

¿Hacia dónde ha migrado la demanda en la pandemia?

Hacia el home office; hay mucha gente en teletrabajo y las empresas les aportan sillas o escritorios para trabajar. Cerramos un par de meses por la pandemia, pero luego la gente salió disparada a adquirir muebles para sus casas. La gente dejó de viajar y lo que gastaba en pasajes, lo destina a crear lugares cómodos en sus hogares. Eso nos sorprendió. Ahora las casas tienen buenas sillas de trabajo, cosa que antes no ocurría.

¿Cómo fueron las ventas?

Subieron alrededor de 15% de 2019 a 2020 y seguimos en alza. Somos optimistas para el año 2022, porque estamos haciendo contactos en el exterior para traer otras marcas; apostamos a mayores ventas.

¿Cómo se explica el alza en medio de una crisis?

Pienso que tiene que ver con que ampliamos la oferta de productos, aumentaron las ventas para coworks y para casas particulares que montaron sus oficinas, desarrollamos más el e-commerce, tenemos promociones cada dos meses y nos renovamos con las colecciones.

¿Qué pedidos de coworks tuvieron?

Amoblamos un cowork importante en Carrasco, ahora estamos con otro y vemos que es la tendencia. También se están haciendo edificios con oficinas cerca del WTC y hay otros anuncios.

¿Participan en licitaciones?

Hay que conocer qué empresas licitan, es trabajoso hacerlo y solo queda uno, pero sí, estamos interesados.

¿El sector hotelero se está moviendo algo?

No, todavía no. Vendimos una cantidad importante de sillas para NH Montevideo Columbia, pero fue antes de la pandemia. Es un sector que quedó muy mal.

¿Qué reflexión le merece el rubro de los muebles en el país?

Es muy competitivo. La posibilidad de que Uruguay firme acuerdos con otros países para comprar sin aranceles como se está manejando es una apuesta que puede servir muchísimo. Nosotros estamos comprando a Brasil justamente porque está la facilidad del arancel cero, pero sería interesante poder hacerlo con otros países bajo esas condiciones.

¿Qué próximos planes tiene?

Estamos instalando un show room en una casa en Punta del Este, para llegar a un público específico, a través de una alianza con un estudio de arquitectos. Desde allí atenderemos proyectos para oficinas y viviendas de clientes que vienen del exterior y que van a llegar a través contactos, será algo bastante exclusivo. Además, estamos buscando a un diseñador y un arquitecto para incorporar a nuestro equipo de trabajo.

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