Radiografía: qué hay detrás del ingreso de los hogares en lo que va de 2024

Durante este año se está registrando un salto real, no homogéneo, en casi todos los deciles y también en el núcleo informal

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pesos uruguayos
Billetes de pesos uruguayos.
Foto: Estefania Leal/El País

El ultimo dato informado por INE da cuenta de un importante incremento del ingreso de los hogares, que en el tercer trimestre del año alcanzó un nivel en mediana y no en media (consideramos este indice con la finalidad de obtener una medida central que “limpie” las observaciones extrañas extremas que no representen a la gran mayoría de los uruguayos) de 77.100 pesos en el total del país, creciendo en término reales un 5,6% respecto a igual periodo de 2023.

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Cuando se considera el primer semestre del año, el nivel de la mediana alcanza a 75.500 pesos, lo que determina, también, un importante crecimiento de 5,1% en términos reales respecto a los primeros seis meses de 2023.

Pongamos la lupa en ese nivel de ingresos —por todo tipo de fuente de ingresos hacia el hogar— de 75.500 pesos en mediana que los hogares uruguayos recibieron en promedio en el primer semestre del 2024. Esta chance de hacer zoom-in nos lo posibilita el procesamiento de los microdatos liberados por el INE hace algunas semanas y que permite profundizar y caracterizar la información del primer semestre de 2024.

La lupa en los ingresos: ganan casi todos los deciles

En primer lugar, veamos la evolución del ingreso en los diferentes segmentos de deciles. Como se observa en el gráfico 2, el primer decil (el 10% de hogares uruguayos que tienen menores ingresos) se ubica en un ingreso promedio de 7.800 pesos, y determina una caída de 1,1% respecto a igual periodo de 2023. Este es el único decil que marca una caída respecto al primer semestre del pasado año. El resto de los deciles, como se ve en el gráfico, registraron un importante crecimiento real. Por ejemplo, el decil 7, que se ubica en un ingreso per cápita de 34.400 pesos por hogar, registró un incremento real de 4,7% respecto al primer semestre de 2023.

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La diferencia estructural entre formales e informales

Por ejemplo, este ingreso en mediana de 75.500 pesos, cuando se discrimina entre trabajadores formales e informales —utilizando el aporte o no a la seguridad social para distingar tal condición— se desagrega entre un ingreso de 97.200 pesos en hogares con jefe o jefa de hogar trabajar formal y un ingreso de 50.000 pesos en hogares con jefe de hogar con jefe o jefa de hogar trabajador informal.

Este nivel de remuneraciones relativamente bajo de los informales está asociado a un nivel educativo relativamente bajo: al ordenar por los ciclos educativos finalizados, cerca de la mitad de los informales no ha completado los 3 años de secundaria (ciclo básico), mientras que otro 34% no ha completado la secundaria. Por tanto un 81 % de los informales no ha finalizado secundaria.

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Al anterior sesgo educativo, se agrega otro sesgo en la calidad del trabajo, en este caso, el subempleo: mientras que la tasa de subempleo alcanza a un 5% de los trabajadores formales, afecta a un 26% de los trabajadores informales. Expresado en personas, esto representa a 60 mil trabajadores formales y a 99 mil trabajadores informales, respectivamente. No llamaría la atención que en este caso se juntan dos condiciones que hacen perder calidad en el trabajo como la de la informalidad y el subempleo.

Las horas semanales trabajadas en promedio en el caso de los formales se aproxima a las 40, mientras que en el caso de los informales se acerca a las 30 horas.

Sin embargo, y ante la pregunta de la Encuesta Continua de Hogares sobre si a pesar de tener trabajo, la persona está actualmente buscando otro trabajo, solo un 34% de los informales responden que sí. El restante 66% responde negativamente.

En cuanto a la distribución en el territorio, en el primer semestre de 2024 los informales se distribuyeron con un sesgo hacia el interior del país: mientras que Montevideo concentra un 26% de los informales de todo el país (como se puede apreciar en el cuadro 1 los 95 mil en un total de 374.700 aproximadamente), representa un 40% del total del empleo del país (687 mil en un total de 1,7 millones, aproximadamente). Y a la inversa, mientras que los departamentos del interior del país representan un 74% del total de informales del país, representan un 60% del total de ocupados de todo el país.

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Como también se observa en el cuadro, la informalidad también tiene un sesgo territorial más marcado en el norte del país y/o en la frontera con Brasil: el departamento de Artigas cuenta con una tasa de informalidad del 49% y el departamento de Cerro Largo con una tasa del 44%.

Volviendo al punto de partida: existe un diferencial de ingresos del 94% entre formales e informales (de 97 mil pesos a 50 mil pesos, aproximadamente). Sin embargo, cualquier esfuerzo loable para reducir esa brecha —en un camino paralelo de reducir la informalidad— no pasaría por un mero trámite administrativo de aumento de fiscalización, sino por la incorporación a una red de competencias y de competitividad a los trabajadores y a las empresas que se desenvuelven en ese ámbito de informalidad. Cabe mencionar, que el total de los informales se distribuye no solo en un vínculo laboral de asalariados, sino que principalmente su inserción en el mercado laboral es a partir del cuentapropismo.

Como se observa en el gráfico 4, de los 374 mil informales del primer semestre de este año, 246 mil fueron cuenta propistas y 115 mil asalariados privados.

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Mejorar la cantidad & calidad del trabajo

Un tema que está en la agenda de crecimiento es superar la baja en la tasa de fertilidad desde una ratio de 2,0 en 2016 a una de 1,3 en 2022, un fenómeno que es particularmente bajo en Uruguay pero que no deja de ser bajo en prácticamente todo el mundo. Con excepción de África en donde la tasa de fertilidad se ubica en torno al 4,0%, en el resto del mundo se ubica en torno a la tasa de remplazo de 2,1%, con proyecciones de reducción en el mediano y largo plazo.

Así es que se plantean muchos desafíos para ensanchar (aumentar la cantidad) y agilizar (aumentar la calidad) el mercado de trabajo. Dentro de lo primero, para agrandar el mercado de trabajo, además de políticas migratorias y el crecimiento de la población, también podría analizarse para el mediano plazo, el traspaso de cierta población inactiva hacia la población activa. Esto podría suceder específicamente en los segmentos de las personas inactivas que se dedican al cuidado del hogar (cerca de 180 mil personas) y los estudiantes (290 mil personas). Con la nueva flexibilización también se puede recurrir a parte del segmento de jubilados, que pueden volcarse al mercado de trabajo.

Dentro de lo segundo, agilizar o aumentar la calidad del trabajo de los ya existentes, la IA está comenzando a destacarse como un diferenciador en cuanto a la productividad del trabajo. De acuerdo a un estudio realizado por PwC en Europa, Norteamérica, Singapur, Australia y Nueva Zelanda, los trabajos más expuestos a la IA han tenido una ganancia de 4,8x de productividad, aunque ese aumento no lo explicaría todo la IA.

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