Pobreza multidimensional, informalidad laboral y criminalidad: un salto de calidad de las estadísticas oficiales

La nueva medición de pobreza incluye cinco dimensiones: educación, condiciones habitacionales, bienestar en la vivienda, protección social y empleo. "Nuevos insumos que serán clave para la adopción de políticas públicas", asegura Diego Aboal, director de INE.

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Diego Aboal
Nota a Diego Aboal, director tecnico del Instituto Nacional de Eastadistica
Estefania Leal/Archivo El Pais

A partir de febrero, el sistema estadístico uruguayo dará un salto de calidad, al incorporar indicadores que nos permitirán tener un mejor foco en las carencias de la población vulnerable, conocer con más detalle el trabajo informal y cuánto denunciamos como víctimas de delitos. Diego Aboal, director del Instituto Nacional de Estadística, considera un gran logro comenzar a compartir información sobre la pobreza multidimensional, un aspiracional de muchos años en el país. Asimismo, dio detalles de un nuevo indicador sobreinformalidad laboral y también, la disponibilidad de información semestral sobre criminalidad. Aboal repasó el cambio de base en prácticamente todos los indicadores económicos y sociodemográficos, que permitan información más certera. “Que la foto sea lo menos vieja posible”, subrayó. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Trabajar en base a una fotografía demasiado antigua es el mayor problema que se tiene a la hora de elaborar datos estadísticos?

— Siempre pasa, pero hay que tratar es que ese rezago sea el menor posible. Todos los indicadores que se producen en la división de Estadísticas Económicas, fueron renovados, o sea, se hizo el cambio de base, salvo el Índice Medio de Salarios. En cuanto a la división de Estadísticas Sociodemográficas ha ocurrido básicamente lo mismo, y tendremos el lanzamiento de nuevos indicadores en los próximos días.

—¿Cuál es el estándar en cuanto a actualización para los indicadores?

—Lo ideal es entre 5 y 10 años, y en Uruguay usualmente se renuevan cada cada 10 años, si queremos que no comiencen a darnos una fotografía muy desactualizada. Hay criterios que seguramente se deben actualizar, dados los cambios de comportamiento de la población y demás, pero después, en la base de esos indicadores, lo que hay es información, datos.

—¿Podemos suponer que con la incorporación de tecnología debería ser un trabajo más sencillo?

—Creo que en algunas dimensiones, sí, sobre todo el trabajo operativo luego de obtener los datos. Y en otra dimensión que ha sido estratégica para nosotros, que es el proceso de comunicación de la información que produce en el INE. De lo contrario, es un esfuerzo gigante para la producción de los datos y luego nadie se entera o no los usa. No tiene sentido.

Diego Aboal
Nota a Diego Aboal, director tecnico del Instituto Nacional de Estadistica.
Estefania Leal/Archivo El Pais

—El primer indicador nuevo que se presentará será el de Informalidad y subutilización de la fuerza de trabajo…

—Así es, está previsto para el día 6 de febrero. Recordemos que en 2021, se generaron mejoras importantes en la encuesta continuada de hogares; entre esas mejoras, el cuestionario incorporó las recomendaciones que provienen de la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET) de OIT, acerca de cómo medir aspectos vinculados al trabajo. A partir de ello, realizamos una actualización, lo que nos permitió la generación de algunos indicadores adicionales sobre el mercado laboral. Entonces, lo que tendremos será un informe anual, con una serie de indicadores que complementan a los tradicionales de tasa de desocupación e informalidad.
Por ejemplo, un indicador de sub utilización de la fuerza de trabajo, que nosotros le llamaremos SU2, que es una tasa combinada de subocupación y desocupación, que recoge la suma de las personas que estén en una condición y otra.
También vamos a contar con una tasa combinada de desocupación y de fuerza de trabajo potencial, donde se incluye a personas que están buscando trabajo y disponibles para trabajar, pero también a quienes cumplen solo con una de estas dos condiciones.

—¿Qué tipo de apertura tendrá esa información?

—Vamos a mostrar, por ejemplo, informalidad por tipo de ocupación, ya no solo una tasa promedio como hasta ahora, sino que se va a poder observar en qué tipo de ocupaciones hay un mayor nivel de informalidad. También podremos tener el porcentaje de ocupados teniendo en cuenta la situación en la ocupación; por ejemplo, si son empleados, cuentapropistas, contratistas dependientes, empleadores, si es trabajador familiar auxiliar. También va a haber información desagregada sobre subutilización de la fuerza de trabajo por nivel educativo, entre otras aperturas. Todo eso nos va a permitir un análisis bastante más comprensivo y rico del fenómeno de subocupación e informalidad.

—La segunda novedad se dará el 13 de febrero y tiene que ver con criminalidad y victimización...

—Sí, y es la primera vez que INE va a generar cifras periódicas vinculadas a criminalidad y violencia en Uruguay. Esto surge de un acuerdo multipartidario en una mesa que se convocó ya hace algunos años, donde participaron todos los partidos políticos y esta fue una de las recomendaciones surgidas en ese ámbito. Que INE comenzara a medir estos fenómenos en base a encuestas de hogares.
Los nuevos indicadores fueron producidos por INE, a partir de su independencia técnica y en base a los mejores estándares internacionales. Es importante destacar también que no sustituyen a los indicadores provenientes de denuncias que produce el Ministerio del Interior.
Son indicadores complementarios, que se divulgarán cada seis meses. No están pensado como un instrumento de focalización de la política, son como “una medición de la temperatura”.

—¿El indicador se centra en algunos delitos en particular?

—Así es. Será en base a la Encuesta Continua de Hogares, y básicamente, vamos a estar midiendo elementos vinculados con número de robos y estafas. También reportaremos sensación de inseguridad. Y un tercer elemento que tiene que ver con si estos delitos fueron reportados a la policía y si se formalizó la denuncia, lo que nos permitirá sacar conclusiones sobre sub reporte y sub registro. Tengamos en cuenta además que, cada dos años, INE va a generar una encuesta de victimización más amplia, para medir este fenómeno.

—Por otra parte, el día 19 de febrero se hará la publicación, por primera vez, de un indicador de pobreza multidimensional en el país…

—Uruguay claramente tiene un debe en esa materia. La mayoría de los países han ido en el camino de adoptar mediciones multidimensionales de la pobreza, que no son sustitutas, sino complementarias de la medición por el método del ingreso. Hay países de la región, como Paraguay o Colombia, que ya producen ambos indicadores. Estuve en los últimos días en una conferencia en Cepal donde se anunció que desde esa institución se va a lanzar en breve un IPM (Índice de Pobreza Multidimensional) para 17 países de América Latina, que van a ser comparables. Ese es elemento importante, porque los índices de pobreza multidimensional nacionales generalmente no son comparables ya que pueden utilizar diferentes dimensiones.
Esto ocurre porque tienen el propósito de medir carencias en algunas dimensiones que son específicamente relevantes para cada país. Por eso es bueno contar con una herramienta comparable en la región.
En cuanto al IPM que publicaremos en Uruguay, estamos trabajando en él desde 2021 con el apoyo del PNUD y de OPHI (Oxford Poverty and Human Development Initiative), que son los referentes a nivel mundial en estos temas.

—¿Qué dimensiones se toman en cuenta?

—Nuestro Índice de Pobreza Multidimensional, en base a la Encuesta continua de Hogares, con periodicidad anual, va a medir varias dimensiones, con diferentes indicadores hacia su interior. Tendrá una dimensión vinculada a la educación, en distintos niveles, como los años de escolaridad, por ejemplo. Otra dimensión vinculada a las condiciones habitacionales en las que viven las personas en el país, donde medimos entre otros aspectos, el hacinamiento; también una dimensión vinculada a servicios y bienestar en la vivienda, donde se toman en cuenta indicadores como el acceso al saneamiento. La cuarta dimensión es la protección social, donde básicamente se definen las condiciones de acceso a la seguridad social por parte de las personas. Y habrá una quinta dimensión, correspondiente al empleo, con elementos vinculados a la informalidad, entre otros. Entonces, en base a estas cinco dimensiones y sus indicadores, se computa esta pobreza multidimensional que va a señalar algunas de las carencias fundamentales que enfrenta el país.

—¿Tendrá las mismas aperturas que el indicador medido por el método del ingreso?

—Básicamente sí; permitirá observar por hogares y personas las situaciones de pobreza. Pero es importante tener en cuenta que esta pobreza multidimensional no es comparable con la pobreza monetaria. Mide otra cosa, por tanto puede no dar lo mismo que el resultado que hasta ahora obtenemos de la pobreza medida por ingresos.

—El Censo 2023, estuvo acompañado por un ejercicio de recolección de información de registros, que será la base de actualización de información inter-censal. ¿Qué datos esencialmente podríamos estar adelantándonos en conocerlos con más exactitud?

— Gracias a los excelentes registros de los que dispone el país, estaríamos en condiciones, cada dos años, de actualizar cuánta población tenemos, por sexo, edad y lugar de residencia. No sería necesario esperar un nuevo censo para tener esa información en base a registros. Y estamos trabajando en algunas otras variables que también provienen de registros administrativos, como por ejemplo, asistencia a la educación, evolución del trabajo de las personas, pasivos, cobertura de seguridad, etc. Tenemos unas cinco o seis variables que se podríamos comenzar a reportar, para captar ciertos fenómenos con más regularidad, importante a la hora de la definición de las políticas públicas.

—El único indicador que durante este período quedó sin actualizar su base es el de Índice Medio de Salarios…

—Sí, todavía queda trabajo por hacer, la cantidad personal que teníamos para encargarse de esto es limitada y ha quedado para último lugar. Pero creo que es imprescindible que a lo largo del 2025 se concluya ese trabajo. La próxima gestión creo que debería de tenerlo como un elemento prioritario.

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