ENTREVISTA A CARLOS SACCONE
El interés de inversiones por empresas comprometidas con la sustentabilidad ya es un hecho y atraviesa transversalmente los mercados.
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Inflación, ómicron, geopolítica. Varios escenarios de riesgo combinados, determinan que las recomendaciones a la hora de inversiones financieras pongan “foco en la calidad”, según el informe anual de HSBC. Para Carlos Saccone, gerente de inversiones del banco HSBC en Uruguay, la volatilidad será una característica recurrente este año. Saccone expuso sobre los escenarios esperados por la institución a nivel global, y las recomendaciones de inversión que se desprenden de esa coyuntura. Destacó oportunidades en los mercados accionarios y puso énfasis en el sector tecnológico y en especial, las compañías comprometidas con la sustentabilidad. A continuación, un resumen de la entrevista.
—¿Sobre qué supuestos trabaja “Think Future 2022”, la síntesis de perspectivas para los mercados que elabora HSBC?
—El informe este año se denomina “Capturar el crecimiento con foco en calidad”.
Venimos de dos años de pandemia, las economías se han ido recuperando luego de una fuerte contracción, con un crecimiento global de casi 6% el año pasado y ahora tenemos a nuestro frente una etapa de mayor moderación, en medio del ciclo. La proyección de crecimiento para 2022 es de 4% para el mundo, 3,8 para EE.UU.
En ese contexto, tenemos una serie de escenarios previstos: el primero de ellos, la economía en crecimiento, menor que el año pasado, pero, con las principales economías del mundo al alza, impulsando el crecimiento global.
—Un escenario donde la inflación permanece alta…
—Ese es el segundo aspecto de importancia, con los bancos centrales inquietos, pensamos habrá tres o cuatro subas de tasas de interés para este año, aunque luego del dato de inflación del pasado jueves el mercado incorpora en precios 6 subas este año. El tercer tema importante es Asia, que presenta oportunidades sobre todo estructurales y de largo plazo; es la región del mundo que crece más, y a pesar de que China el año pasado tuvo un desempeño menos destacado, sobre todo en la segunda parte del año, donde se desató un tsunami regulatorio sobre el sector tecnológico que no se preveía, y eso impactó en la expansión económica.
Y el cuarto escenario sobre el que trabajamos es la sustentabilidad.
—¿Qué importancia le adjudica a los temas de sustentabilidad a la hora de proyectar oportunidades de inversión?
—A veces se habla con cierta liviandad de este tema, pero para nada lo debemos tomar solamente como una cuestión “de moda”. Cada vez más, los gobiernos, las compañías y las personas lo toman en cuenta con un enfoque multidimensional: la sigla ESG define claramente el enfoque, desde lo medioambiental, lo social y la gobernanza. Este último aspecto va calando hondo entre las empresas; gobierno justo desde la conformación de los directorios, el comportamiento de las gerencias generales, la relación con sus empleados. Eso está bajo la mira de accionistas, trabajadores y cada vez más, de los inversores.
Hay un quinto escenario en el que HSBC se plantea la evolución de la economía, es el de la innovación. Y su incidencia en los ciudadanos, el desempeño de las empresas y también de los gobiernos.
Por tanto: economía global en crecimiento, inflación que permanece, las oportunidades que ofrece Asia, una sustentabilidad cada vez más presente y el empuje de la innovación. En base a esos ejes, surgen las recomendaciones de inversión de HSBC, que reconocen además tres desafíos importantes…
—¿Cuáles son?
—El primero, en qué momento la inflación va a dejar de estar a los niveles que ha mostrado últimamente, difícilmente imaginarse una inflación del 7% en EE.UU. que se mantenga durante mucho tiempo. Pero no sabemos cuándo comenzará a enlentecerse.
Un escenario que aparentemente va cobrando fuerza es la disminución del impacto de ómicron, aunque hay que tomarlo con pinzas. La situación sanitaria sigue siendo un fuerte componente de incertidumbre.
El último desafío, que plantea un escenario muy incierto, es el de riesgos geopolíticos y elecciones. La situación en Ucrania, los problemas que surgen en torno a la energía hay elecciones en Brasil, Italia, Alemania. Son aspectos que impactan en los mercados y que inciden en el comportamiento de los inversores.
—Dadas las condiciones que detalló antes, ¿qué recomendaciones de inversión se plantea HSBC?
—Primero que nada, mantenerse dentro del mercado, que ya ha incorporado las eventuales subas de tasas, y aunque exista incertidumbre, hay oportunidades. Seguir invertido, pero con foco en la calidad.
Especialmente en el mercado accionario, sobre todo las acciones de calidad, acciones de EE.UU., acciones value, o sea aquellas cuya valuación luce más atractiva), acciones financieras, de empresas consolidadas en el mercado van a seguir dando una alternativa de retornos importantes sobre todo en comparación con el mundo de los bonos.
Ya hubo suba de tasas larga, pero siguen siendo muy bajas. Compañías que tengan balances sanos, que den ganancia por encima de lo que espera el consenso del mercado, lleva de la mano los precios de las acciones al alza. Pensamos que ese tipo de acciones serán un lugar para invertir en un mundo incierto.
Lo ya dicho sobre inversiones en propuestas sustentables, de hecho, las energías renovables siguen siendo una oportunidad para sumarlas al portafolio. Mercados asiáticos a largo plazo, también.
Y en esa combinación de corto y largo plazo, las oportunidades en el mundo tecnológico también darán buenos resultados, aunque no será un año tan fuerte para este sector como lo fue 2021.
—¿Realmente aparecen opciones a las inversiones tradicionales que están en el menú de opciones habitual?
—Sin dudas. Por ejemplo, estrategias específicas apuntando a compañías que se dedican a energías renovables, como mencionaba antes. No necesariamente compañías nuevas. Pensemos en la italiana Enel, o la estadounidense NextEra, son opciones que están en los portafolios de inversión que ofrecemos.
Lo otro que está pasando es que, fondos de inversión propiedad de bancos de Estados Unidos, por ejemplo, empiezan a exigir a esos bancos que le revelen sus políticas de sustentabilidad, cómo compensan sus emisiones de CO2, cómo tratan a sus empleados o como está conformado su board.
Otro caso, un fondo de tecnología; en tanto accionista de diferentes empresas, después irá a la asamblea de accionistas de cualquiera de ellas, así fuera Microsoft, a exigirle que le muestre sus políticas de sustentabilidad. Y si no le gustan, no le acompañan con su voto en las decisiones. Esto ya es transversal, no solamente ocurre en fondos estrictamente vinculados con temas de sostenibilidad.
—Respecto de las tecnológicas, ¿cuál es la razón que proyectan un desempeño menor al del año anterior?
—El impulso de la tecnología seguirá adelante, no se va a interrumpir. Pero otra cosa son los mercados. Ese empuje y crecimiento ya está incorporado en precios. Desde el punto de vista táctico, no nos parece que 2022 vaya a ser un año de performance extraordinaria para determinadas compañías, por ejemplo, Zoom, en los mercados.
Por otra parte, incorporamos una estrategia que se llama “la tecnología de la próxima generación”. Empresas que no son muy conocidas, compañías que están trabajando en silencio en nuevas innovaciones. Pero es una montaña rusa ese fondo, con cotizaciones que bajan 30% o suben 50%. Hay compañías tecnológicas como ASML, Intuit o Verisign que seguimos de cerca. Un inversor que mira de acá a diez años, debe tener innovación en su cartera.
—¿A clientes con qué nivel de patrimonio van dirigidas estas recomendaciones?
—Estas recomendaciones no son para mega inversores. No responde exclusivamente para aquellos que invierten sumas muy importantes. Estamos pensando en carteras para inversores que pueden disponer de 5 o 10 mil dólares.
Trabajamos con fondos de inversión, que tienen ya incorporadas acciones de un fondo, por ejemplo, de sustentabilidad. Buena diversificación, apostando a acciones de calidad para protegernos en tiempos de mucho riesgo, pero apuntando a las tendencias que mencionábamos antes.
—¿Es un buen momento para renta variable?
—Si alguien está dispuesto a dar el paso de ahorrista a inversor y exponerse a un mínimo de riesgo, definitivamente debe incluir renta variable en su portafolio.
Pero el inversor regional sigue siendo más de los bonos, el apetito por ingreso es tal que hay estrategias de high yield que están siendo muy demandadas. Productos que rinden 5, 6% a través de pago de intereses de las tenencias dentro de la cartera, que son muy atractivos. Es de esperar que en el mediano plazo sufran un poco en términos de valuación por la suba de tasas largas, algo que por ahora está estabilizado.
—El retiro de estímulos y aumento de tasas por parte de los bancos centrales, producto de la presión inflacionaria, ¿genera mayor volatilidad en los mercados?
—Sin dudas. El foco está en cada reunión de la Fed y el repaso minucioso, palaba por palabra, de la publicación de la minuta de esa reunión, buscando “señales” que permitan interpretar los siguientes movimientos.
La reunión de fines de enero estuvo dentro de lo esperado. Ahora hay expectativa por saber qué va a pasar en la próxima reunión de la Reserva Federal, convocada para el 16 de marzo. Los mercados esperan —de hecho, ya lo han incorporado— una suba de un cuarto de punto, aunque podría ser mayor. Pero el tono del comunicado, y mayor aún si se incluye algún término que no esté dentro de o esperado, seguramente genere mayor volatilidad.
Los mercados estuvieron inquietos y rindieron algo menos de lo esperado en el último trimestre de 2021, una vez que se supo que se adelantaba la reducción de tasas de interés que en un primer momento era esperada para 2023.
Pero este contexto no necesariamente es perjudicial para todos quienes se mueven en el mercado de acciones. Los bancos, los brokers o las financieras tienen una buena performance en un contexto de suba de tasas.
—El nivel de contracción monetaria también va a definir de qué manera resulta interesante hacer una puesta por emisiones soberanas, por ejemplo…
—Es así, y allí se integra un concepto importante que es la prima por plazos; cómo empieza a incorporarse esto a los bonos más largos. Cuanto más largo, más volátil. En el caso de Uruguay, por ejemplo, ya han ajustado bastante: los bonos 2045, 2050, 2055, que son los globales más líquidos, ya ha ajustado bastante. Esto hay que mirarlo de cerca porque pueden seguir ajustando algo más a la baja. Hay un riesgo de precio con estos valores, debido al contexto de tasas
—¿Cuáles pueden ser las mejores opciones para los inversores este año?
—Va a ser un muy buen año para el sector financiero, bancos globales y también administradoras de fondos. En ese mundo, la relación riesgo-retorno es muy buena, van aumentar los márgenes debido a la suba de tasas y tendrán muy buenos resultados. Es una buena opción para incluir en un portafolio.
También bonos high yield de corto y mediano plazo, pensando en lo que queda del año. Ninguna tenencia en particular, sino fondos con bonos corporativos con riesgo de crédito, pero con retorno atractivo. Y algo de tasa flotante, en función de las perspectivas. Es interesante incluirlos en la cartera.