Educación inicial y prevención del delito

Si se evita que alguien comience su carrera como delincuente, hay cien víctimas del delito menos al año.

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Niños en jardín de infantes
Niños en jardín de infantes.
Foto: Archivo El País

Por Alejandro Cid
Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad de Montevideo

¿Cómo evitar el surgimiento de delincuentes? Mejorando la educación ya desde la primera infancia. Esa es una de las políticas que funciona.

Así lo demuestran John Anders (Trinity University), Andrew Barr (Texas A & M University), y Alexander Smith (West Point). Acaban de publicar su estudio en el American Economic Journal: Economic Policy.

Encuentran que las mejoras en la educación durante la primera infancia llevan a una reducción importante del comportamiento delictivo en la adultez. Es una política costo-efectiva. Como se producen menos delitos hay muchos ahorros monetarios: esos beneficios económicos son mayores que el gasto de ofrecer más centros para preescolares. Y un descubrimiento adicional. ¿Dónde fue especialmente e Si se evita que alguien comience su carrera como delincuente, hay cien víctimas del delito menos al año.fectiva la política de mejora de la educación infantil para prevenir el delito? Precisamente en las áreas de mayor pobreza.

Antes de esta investigación de John Anders y su equipo, no se sabía con exactitud si los programas educativos en primera infancia reducían la delincuencia cuando esos niños se convierten en adultos. Existían algunos descubrimientos, pero era en poblaciones muy reducidas, que carecían de representatividad.

Programas en Carolina del Norte

Desde 1960, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, impulsó el programa Head Start. Hoy es el programa de educación dirigido a la primera infancia más grande de Estados Unidos. En sus comienzos, atendía 400.000 personas. Actualmente atiende a cerca de un millón de personas.

Paralelamente, en 1993, se implementó en Carolina del Norte el programa Smart Start. Su objetivo era preparar a los niños para su entrada en la escuela. El programa ayuda a los padres a pagar la guardería, mejora la calidad de los programas de atención y educación tempranas, proporciona herramientas que ayudan a los padres a ser un apoyo para sus hijos, y garantiza que los niños tengan acceso a servicios de salud preventivos.

Medición del impacto

¿Cómo medir el efecto de estas políticas? Los autores van a aprovechar que estos programas no se aplicaron con la misma intensidad y al mismo tiempo en todos los lados. Se fueron desarrollando de a poco, fueron desplegándose en el territorio paso a paso.

Esto significa que algunos niños tuvieron la suerte de justo tener la edad apropiada cuando Head Start o Smart Start llegó a su localidad. Pero otros niños se lo perdieron, porque en sus localidades los programas no llegaron cuando ellos eran niños. Entonces lo que los autores del estudio hacen es comparar la vida adulta de los niños que recibieron el Head Start o Smart Start, respecto a la vida adulta de aquellos niños que lamentablemente, por demoras, no tuvieron la oportunidad de ser parte de los programas. ¿Quiénes cometen más delitos? ¿Los que fueron parte de los programas para niños o los que no tuvieron acceso a los programas?

Anders y colegas encuentran que la tasa de ser declarados culpables de delitos es 20% inferior para los adultos que siendo niños fueron invitados a participar de Head Start o Smart Start. Y los efectos positivos se constatan sobre todo en las áreas más pobres de la ciudad. Esto es bien prometedor: vale la pena apuntar las baterías para mejorar la educación en primera infancia especialmente en los sectores más desfavorecidos. Esto es eficaz para bajar la delincuencia cuando esos niños se convierten en adultos.

Habilidades no cognitivas

¿Cómo se explica que tener una mejor educación inicial haga que baje la chance de convertirse en delincuente? ¿Será que el que tuvo mejor formación inicial tiene luego mejores puntajes en matemáticas e idioma español y eso hace que no se convierta en delincuente?

El profesor de Trinity University y sus colegas señalan que la literatura científica mundial sugiere que no es suficiente tener mejores calificaciones en las pruebas de la escuela para evitar caer en el delito. En cambio, los resultados de su investigación sugieren que el mecanismo detrás del éxito de Head Start y Smart Start es que, cuanto mejor sea la educación en primera infancia, mejores serán las habilidades no cognitivas de los niños (estabilidad socioemocional, capacidad de relacionamiento, resiliencia, etc.). Y estas habilidades no cognitivas serán luego fundamentales en la vida adulta para evitar caer en el delito.

Análisis costo-beneficio

Los programas dirigidos a la primera infancia no están generalmente diseñados para evitar que esos niños se conviertan en delincuentes veinte años después. Head Start y Smart Start estaban pensados para ayudar a los niños a insertarse mejor en la escuela, con los cuidados de salud apropiados, etc. Entonces, cuando se va a hacer un análisis costo-beneficio, se pone en la balanza por un lado el costo del programa para niños y, por el otro, los beneficios de obtener una mejor educación y salud. Pero los investigadores citados van más allá y encuentran que, aunque no consideremos los beneficios educativos y de salud de Head Start y Smart Start, aunque solo nos fijemos en la prevención futura del delito, estos programas dirigidos a la primera infancia siguen siendo autosuficientes económicamente: los beneficios económicos de tener una menor cantidad de delincuentes en la vida adulta son mayores que los costos de los programas Head Start o Smart Start. Esta afirmación es especialmente válida en las áreas más desfavorecidas de la ciudad, pero sus efectos positivos se derraman a toda la sociedad (el costo del delito en Estados Unidos se estima en 17% del PIB). Otro argumento para apostar a la primera infancia en nuestro país.

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