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¿Por qué los controles de precios en Brasil son tan populares?

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Foto: Getty Images

OPINIÓN

Los precios de la energía afectan a la parte más sensible del cuerpo humano: el bolsillo.

Una Investigación de PoderData, realizada entre el 24 y el 26 de abril, señala que aproximadamente dos tercios de los brasileños están a favor de la intervención del gobierno en Petrobras para reducir el precio de la gasolina.

Entre las personas que pertenecen a familias que ganan hasta dos salarios mínimos, el porcentaje de simpatizantes de la intervención en Petrobras alcanza el 77%, el más alto entre los rangos de ingresos evaluados. Los mismos dos tercios de la población que están a favor de la intervención apoyarían la privatización de Petrobras, si la enajenación de activos resulta en precios más bajos del combustible. Estos datos son de una encuesta del Instituto de Investigaciones Sociales, Políticas y Económicas (Ipespe), realizada entre el 16 y el 18 de mayo.

Las opiniones, aparentemente contradictorias, revelan que la posición de los brasileños en la gestión de Petrobras está más relacionada con cuestiones prácticas que ideológico. Quizás buenas pistas sobre estas posiciones puedan ser dadas por la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares (POF), realizada periódicamente por el IBGE. La última se llevó a cabo entre 2017 y 2018.

POF, como su nombre indica, investiga los presupuestos de los hogares brasileños para identificar los patrones de consumo de las familias. Es a partir de ahí que el IBGE define la canasta “típica” de bienes y servicios que consumen las familias brasileñas con renta familiar entre uno y 40 salarios mínimos. Esta canasta se utiliza para calcular el Índice Amplio de Precios al Consumidor (IPCA), que se considera el índice de precios oficial en Brasil, también se utiliza para establecer las metas de inflación que debe perseguir el Banco Central.

El Centro de Estudios en Regulación e Infraestructura de la Fundação Getulio Vargas (FGV CERI) se ha centrado en la “Pobreza Energética” (en términos generales, un área de investigación dedicada a comprender las condiciones de acceso a los servicios energéticos). En sus análisis, FGV CERI ha explorado los datos POF e IPCA de manera más amplia, buscando comprender en qué condiciones los brasileños obtienen acceso a los servicios de infraestructura (saneamiento básico, electricidad, combustible, movilidad urbana, por ejemplo). Algunas cifras son bastante reveladoras.

Los datos del POF indican que, en enero de 2018, los brasileños destinaron, en promedio, el 5,19% de su ingreso familiar bruto a la energía en sus hogares. Las fuentes de energía consideradas son: electricidad, gas por cañería, gas envasado, queroseno, alcohol, leña, carbón y gasóleo. Aún así, el 10% de los hogares brasileños consumieron el 8,43% o más de sus ingresos con la compra de energía.

Los números también revelan nuestras desigualdades regionales. En la Región Norte, ese número es del 13,03%, en el Nordeste del 9,37%. En Maranhão, Pará y Amazonas los porcentajes superan el 14%.

A su vez, entre los precios de la energía, la electricidad juega un papel importante en el consumo de los hogares. Considerando el grupo de hogares que se encuentran dentro del 10% con menor ingreso familiar disponible per cápita, el 14,21% del ingreso se destina al pago de la tarifa de energía eléctrica. Esta cifra es más de diez veces superior a la de los hogares con residentes en el 10% más rico: el 1,36% de los ingresos, en promedio, está comprometido con electricidad

Los datos del IPCA también son reveladores. Los precios del grupo transporte presentaron una variación de 19,7% en los últimos 12 meses terminados en abril. El índice general, que creció el 12,13% en los últimos 12 meses, tuvo 4,08 puntos porcentuales causados por este grupo. El peso del transporte en los presupuestos familiares, 21,93% en abril de 2022, hace que las variaciones de precios ligadas a la energía sean muy sentidas por las familias. El gas canalizado, principal fuente de energía utilizada para cocinar los alimentos, ha variado un 35,21% en los últimos 12 meses.

Los números presentados muestran incuestionablemente que los precios de la energía afectan a la parte más sensible del cuerpo humano: el bolsillo. La situación internacional (la invasión de Ucrania presiona fuertemente los precios de los combustibles) y el calendario electoral hacen que los impulsos populistas parezcan especialmente tentadores para los políticos en estos momentos. Mientras Petrobras sea un formador de precios en el mercado interno, es importante que exista una gobernanza sólida que la mantenga inmune a los intentos de controlar artificialmente los precios. También es necesario definir una adecuada política tributaria, con miras a mitigar los impactos sobre los contribuyentes, preservando la recaudación y correcto grado de autonomía de las entidades federativas, así como evitar que las unidades de la Federación se conviertan en socios de conflictos geopolíticos.

(*) Investigador de la FGV CERI. Doctorado en economía de la FGV

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