Una internet montevideana

| Crean red inalámbrica que por ahora cubre algunos barrios pero aspira a llegar a toda la capital; habrá música, videos, documentos que los usuarios compartirán.

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Leonardo Carreño

Algún día, uno abrirá el laptop en cualquier esquina montevideana y zas: aparece una señal inalámbrica de entrada a una red con música, páginas web, documentos, programas, blogs, juegos o chat, es decir lo mismo que ofrece Internet pero no a nivel global, sino local. El proyecto se llama Montevideo Libre y ya cuenta con una decena de antenas (nodos) instalados en varios barrios de la capital y también Canelones.

La iniciativa empezó hace dos años, ha reunido hasta ahora a unos 150 miembros y va creciendo con el boca a boca, sobre todo entre los entendidos en informática, pero también se suman de otros ámbitos. La cantidad de usuarios será clave porque la red depende de la densidad y del contenido que aporte cada uno para compartir con los demás. Bernabé García, presidente del proyecto, lo explica: "Esto es como construir una autopista. Cada uno hace 100 metros y se gana el derecho a usar toda la ruta".

Por ejemplo, Gustavo Boksar puso una antena en el techo del edificio donde vive en Bella Vista. Así, otros del barrio pueden conectarse con su computadora y tomar la información que Gustavo decida compartir. A la vez, su nodo se comunica con otro y otro y al final, con la música, juegos o programas que los miembros pongan a disposición. Las limitaciones técnicas no existen, pero sí las legales. "No todo se puede compartir. El caso de la música es claro: hay descargas libres y otras que exigen de una licencia, ese es el límite", dice Boksar.

Otro ejemplo: a grandes rasgos, el Plan Ceibal va a funcionar de la misma forma. El Estado entregará una laptop a cada niño y esos aparatos contarán con antenas para conectarse con sus pares y a la vez, con una computadora en la escuela. No será un acceso a Internet, en todo caso, a otra internet que irán armando los propios niños y docentes.

De eso se trata la revolución de la tecnología inalámbrica, que hizo a las redes mucho más accesibles. Entonces no habrá una sola (Internet) sino muchas: chicas, mediadas o grandes y sus formadores serán los mismos navegantes. Esto ya sucede en varias ciudades: sin ir más lejos, el proyecto "Buenos Aires Libre" está muy avanzado y cuenta con miles de usuarios.

Además, las redes de este tipo convienen sobre Internet en precio y velocidad. Según Boksar, Montevideo Libre será hasta 10 veces más rápido que la conexión vía ADSL, por ejemplo. E ingresar cuesta lo que salga la antena, que se puede hacer casera con un alambre de cobre por 50 pesos.

"En esta etapa estamos levantando los nodos y conectándolos entre ellos", dice Francisco Castro, integrante del proyecto. El alcance de cada uno es variable entre 300 metros y cinco kilómetros, depende de la calidad de la antena y de la geografía que lo rodea, explica Bernabé García.

Más allá de la puesta en común de contenidos, podrán existir enlaces más privados. Picando en los nodos, un trabajador podría trabajar desde su casa conectado a las computadoras de su empresa. También se pueden usar impresoras u otros periféricos de un amigo en la red, siempre que le dé permiso.

Uno de los nodos está cerca de Las Piedras. Desde allí, el usuario transmite a su chacra y a otros colegas, la información climática, vital para el trabajo en la tierra.

Además, el grupo está trabajando en un proyecto en la cooperativa de viviendas Vicman, donde hay una gran densidad de personas y habría un servidor en la escuela, comenta Bernabé García.

La filosofía detrás del proyecto Montevideo Libre está emparentada con los movimientos de software libre y de ahí el apellido del emprendimiento. "Apuntamos al acceso sin restricciones al conocimiento", dice García.

www.montevideolibre.org

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