Una experiencia distinta cada vez: el arte vivo e inmersivo del colectivo teamLab

El arte del futuro ya llegó. Con museos en Tokio, Abu Dhabi, Nueva York y otros rincones del mundo, este colectivo convierte la tecnología en arte inmersivo.

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Arte de TeamLab.

Por: Lisa Lucas /
The New York Times

Hay una razón por la que millones de visitantes están obsesionados con las exposiciones de arte de teamLab: ¿en qué otro lugar se puede pasar una tarde cualquiera contemplando un infinito de estrellas de cristal, persiguiendo cuervos digitales de sala en sala o haciendo crecer flores con el toque de un solo dedo casi divino?

TeamLab, un colectivo internacional de matemáticos, ingenieros y artistas, surgió en 2001 y ganó notoriedad gracias a una de sus primeras presentaciones con el artista Takashi Murakami. Desde entonces, el grupo -cuyas obras buscan “navegar en la confluencia entre el arte, la ciencia, la tecnología y el mundo natural”- se ha expandido globalmente, con exhibiciones permanentes y temporales en Asia, Europa y Estados Unidos. El año pasado, teamLab Planets, en Tokio, recibió a 2,5 millones de personas, estableciendo un récord Guinness como el museo más visitado por un único grupo artístico.

Actualmente, teamLab tiene 12 exhibiciones en Japón, así como sedes en lugares como Singapur; Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos; Macao; Miami; Nueva York; y Yeda, Arabia Saudita. Hay instalaciones o museos en proyecto para Hamburgo (Alemania), Utrecht (Países Bajos), Kioto (Japón) y otros destinos.

Estos parques sensoriales no podrían estar más alejados de una galería de arte blanca y estéril. Podés encontrarte caminando dentro de una piscina (sí, con agua real) con peces koi digitales o jugando con remolinos de píxeles. A veces, las instalaciones están al aire libre, en campos de arroz oscuros como en Izura, Japón, o utilizan hileras de orquídeas vivas que suben y bajan según tu trayectoria, como en el museo Planets. En las instalaciones “Sketch” de varios sitios, podés colorear con crayones una criatura, que luego cobra vida proyectada en las paredes y el suelo.

Los colores, texturas e iluminación son ideales para Instagram, lo que ha llevado a algunos críticos a tachar estas instalaciones de “arte caramelo” o trampas turísticas. Pero también exploran grandes temas como el yo, los límites, la interconexión y la vida y la muerte en el mundo natural. Te guían en un viaje psicodélico sin necesidad de tomar psicodélicos reales.

Aquí te mostramos ocho lugares del mundo donde podés probar la experiencia psicodélica y emocionante de teamLab.

Tokio

Prepárate para quitarte los zapatos y mojarte en teamLab Planets (entrada entre US$ 26 y US$ 37), que en enero abrió nuevas salas. Este espacio interactivo lineal, ubicado en el distrito Toyosu de la ciudad, incluye trampolines, espejos, agua y salas jardín. En el interior, podés mirar un paisaje estrellado de cristales, pasear por un jardín floral inmersivo y vadear entre peces koi fluorescentes. La nueva instalación “Cazando y recolectando en el bosque extinto” te permite atrapar y liberar animales digitales en peligro mientras aprendés sobre ellos mediante una app integrada. En el espacio “Sketch”, podés colorear tus propias criaturas para que se proyecten en la exposición y luego, en la Fábrica, comprar una remera con tu diseño. Incluso el restaurante vegano del museo, Emptiness Table, ofrece una experiencia de arte digital en constante cambio.

Borderless, el otro gran museo de teamLab en Tokio, en el distrito de Azabudai Hills, es una serie no lineal de salas sin mapa ni instrucciones. Agrupadas en torno a una cascada central, las salas se ramifican con motivos como burbujas y cuervos digitales que vuelan de una instalación a otra. Tomate el tiempo que quieras para explorarlas. En la casa de té adjunta, podés disfrutar de flores infinitamente florecientes proyectadas dentro de tu taza.

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Arte de teamLab.

Nueva York

Generado por un programa informático con puntos de datos influenciados por la estación, el amanecer y el atardecer, Continuous Life and Death at the Now of Eternity II (gratuito) es un jardín digital de flores de temporada como crisantemos, azaleas e hidrangeas. El jardín evoluciona sin repetirse, pero imita las condiciones meteorológicas reales del exterior. Se muestra en una pantalla pública de aproximadamente 8 por 5 metros, en el vestíbulo del edificio 1 Vanderbilt, un rascacielos junto a Grand Central Terminal. La obra, que domina una ruta muy transitada por viajeros, parece diseñada para ser vista con regularidad por las mismas personas a lo largo de las estaciones y los años.

Miami. Between Life and Non-Life (US$ 32), parte del museo inmersivo Superblue Miami, explora el crecimiento y la regeneración al invitar a los visitantes a interactuar con flores digitales, enredaderas y agua proyectadas en las paredes y el suelo, todo acompañado de música ambiental pulsante. Tocá la pared, retrocedé y observá cómo las plantas crecen, mueren y son arrastradas, solo para comenzar el ciclo nuevamente. Por un costo adicional, los visitantes pueden ingresar a la instalación Massless Clouds Between Sculpture and Life, un espacio lleno de masas flotantes de espuma parecidas a nubes. Superblue también cuenta con espacios creados por artistas como Es Devlin y James Turrell.

Izura, Japón

Hidden Traces of Rice Terraces, un proyecto nocturno al aire libre, “explora cómo la naturaleza puede convertirse en arte” usando tecnología digital para no dañar el entorno natural de campos de arroz abandonados en un bosque junto al mar. Faroles guían a los visitantes por los bordes de las terrazas de arroz a lo largo de un camino de agua similar a un espejo, mientras la luz proyectada y la música generan un efecto etéreo con árboles, olas y relieve. En un espacio del bosque, haces de luz atraviesan la oscuridad como una foto de larga exposición de luciérnagas. En una instalación sobre la playa, cuando suben las olas, florecen proyecciones de flores, simbolizando el aliento de la vida. El sitio, a unas 2 horas y media en tren al noreste de Tokio, está cerca de un hotel con aguas termales, donde podés extender la experiencia sobrenatural de teamLab con un baño caliente entre instalaciones.

Singapur

Rodeando la cascada Jewel Rain Vortex de 40 metros dentro del Aeropuerto de Changi, la instalación viva Resonating Forest - Shiseido Forest Valley (gratuita) brilla e intensifica su luz, con focos individuales de colores que iluminan cada árbol como si respiraran. Las luces cambian de tono según la elevación del árbol y se extienden a los árboles cercanos, adaptándose al paso de los viajeros.

Digital Light Canvas (US$ 6,60) en el hotel Marina Bay Sands, remite al Rain Vortex, pero con luces de cristal en lugar de agua. Como en otros lugares de teamLab, los visitantes pueden colorear criaturas a mano que luego se proyectan en el suelo bajo la cascada simulada.

Abu Dhabi

teamLab Phenomena, un museo blanco de formas ondulantes junto al mar (US$ 41), se ubica al lado del Louvre Abu Dhabi y del futuro Guggenheim Abu Dhabi, en el Distrito Cultural de Saadiyat. Las instalaciones rotativas del interior, todas ligadas al tema de los “fenómenos ambientales”, incluyen remolinos interactivos que simulan los que se encuentran en Japón, una sala llena de haces de luz que se cruzan formando esculturas gigantes y huevos metálicos flotantes que responden al tacto de los visitantes. En un espacio llamado Levitation Void, una esfera negra que flota en el centro de una sala iluminada de rojo se mueve en respuesta al público.

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