"Desde que me acuerdo, dibujo”. Así arranca Lorena Lecchini su presentación en Instagram. “Sobre hojas recicladas, blancas, amarillas, a rayas, a lápiz, con colores de todos los tamaños, crayolas, con lo que encontrase”, sigue y a Domingo le dice que todo esto comenzó cuando tenía apenas 3 años. Hoy, con 48, define a su celular como “mi segunda mano” y exhibe con orgullo dibujos que ahora son digitales y con los que ya tiene en mente un próximo objetivo.
Lorena es la persona detrás de Hasta.uy, una página de Instagram que viene de cumplir un año y en la que los protagonistas son dibujos. Dibujos sencillos, muy coloridos en su mayoría, varios de ellos acompañados de temas musicales que ella elige cuidadosamente. Dibujos que vienen ganando seguidores, que reciben “me gusta” de otros ilustradores y consultas por privado de curiosos, y que tienen decidida a su autora a que lo próximo sea crear una línea de productos.
“Seguramente vaya por la vestimenta, quizás algo muy básico como remeras estampadas, y después tazas, platos, algo de papelería también”, proyecta quien ya lleva vendidos montones de cuadros con sus ilustraciones impresas. Comenzó con una serie sobre gatitos para probar qué tal, compró unos 80 marcos y los vendió todos. “Cumplió mis expectativas”, apunta y agrega que trabaja por encargo. “Quizás más adelante le sume alguna instancia como dejarlos en algún local. En un momento dejé en La Pasionaria, en la Ciudad Vieja, y funcionaba bien”, recuerda.
“Hasta nace con la idea de encontrarnos a través de mis dibujos. Yo lo siento, lo pienso y lo creo; nace de mí para vos”, escribe en otro fragmento de su presentación en sociedad. El concepto es que todos esos dibujos están en su cabeza, en sus manos… “¡HASTA que nos encontremos!”, escribe.
Y esos encuentros van más allá de la venta, a Lorena le gusta entablar un vínculo con sus clientes. “Te lo voy a alcanzar si está dentro de mis posibilidades y también me gusta recibir esa foto con el mensaje ‘mirá dónde lo puse’, ‘estoy encantado con esto’. Todo eso me encanta. No quiero que se pierda eso que es parte vital del producto, que es la devolución de la gente”, destaca.
Fueron los propios compradores quienes le sugirieron “¿por qué no llevás esto a otra cosa?” y fue así que la inquietud de dar un paso más se instaló. De ellos cuenta que son en su mayoría mujeres, sobre todo mujeres de mediana edad.
“Lo bueno cuando son conocidos de conocidos es que no te comentan lo que hacés porque sos amiga, sino que lo que estás haciendo les gusta, los mueve, les interesa y lo quieren tener”, rescata en diálogo con Domingo.
Artista y docente
Lorena confiesa que pisar un taller de expresión plástica le “abrió todo un mundo”.
Como cuenta en su presentación, dibuja desde que tiene uso de razón, pero lo convirtió en su vida cuando comenzó a tomar clases en el taller Badaró Nadal, en Malvín.
“Había hecho una experiencia de muchos años como alumna y ellos impartían un curso de formación docente de tres años”, relata sobre cómo se transformó en profesora de Artes Visuales y Expresión Plástica. “Después lo complementé con la Facultad de Bellas Artes, y cursos particulares de fotografía, dibujo, serigrafía y pintura”, añade. Agrega que pasó “por el óleo a cepillo, los plumines, la tinta negra y las acuarelas, muchos, muchos años. Las fibras, tantas y tantas”.
Además, ganó una beca para estudiar seis meses en una escuela de pintura en México, una experiencia que recuerda con especial cariño al punto que se prometió que si algún día tenía una hija, le iba a poner Guadalupe. Y así fue. “Hoy mi hija tiene 11 años y también va a un taller de plástica, está pasando por el mismo proceso que yo. Compartimos el amor por el dibujo”, comenta orgullosa.
Como le interesaba la publicidad, Lorena estudió la licenciatura en Comunicación y se recibió, pero nunca ejerció. Lo suyo sin duda es la docencia, que ejerce desde los 20 años.
“He trabajado con todas las edades, desde primera infancia a liceales; en contextos más favorables, menos favorables; en el Cerro, Casabó, el Borro, y después en colegios privados, escuelas públicas, centros que tienen convenio con el INAU también”, enumera quien hoy es la referente del Taller de Plástica y Artes Visuales del Colegio Forward, en el barrio Cordón, donde vive.
Cuando se le pregunta si a pesar de todos los nuevos estímulos y las nuevas tecnologías sigue habiendo interés por el arte entre los más jóvenes, no duda: “Muchísimo”. Dice que a la mayoría les gusta el taller de plástica y la esperan con mucha expectativa cada semana. “Pasan los años, vuelven al colegio y me agradecen el haber conocido a determinado artista por mí o haber trabajado tal material o dicen que les sirvió como base para el dibujo técnico en secundaria o que deciden estudiar algo vinculado a lo artístico”, señala con entusiasmo.
Remarca además que eso se transmite y se contagia en las casas de sus alumnos. “Me cuentan que comentaron con sus padres lo que vimos en clase y que luego miraron un video o hicieron una actividad en familia con eso”, acota.
Y cuando no está dando clase, Lorena siempre está dibujando. Hoy lo hace en el celular y eso le da la libertad de dibujar donde sea y en cualquier momento. Todavía no se animó a la tablet, aunque reconoce que la pantalla del celular la está limitando un poco. Quizás pruebe más adelante.
“Hace 45 años que no paro de dibujar”, reitera con firmeza. “Mi vida gira en torno a los dibujos, la docencia y ser madre”, remata.
Plan Ceibal y libros infantiles
Lorena trabajó dos años para el Plan Ceibal junto a varios colegas haciendo ilustraciones de cuentos en formato digital.
Además, ilustró libros infantiles, para escritores como Niré Collazo y Leticia Feippe. Destaca especialmente lo hecho para Así me gusta mí, un libro de cocina apoyado por Fundación Buquebus y Fundación Logros que sacó cerca de 5.000 copias.
“Fue una experiencia lindísima, un libro súper cuidado en todo su proceso”, señala.
Llegó a este trabajo porque la editorial Santillana la vio exponer en la feria Ideas+ y la convocó.