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Sbaraglia un actor a varias orillas

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El actor debutó en cine a los 16 años con el film "La noche de los lápices".

Con una carrera que lo lleva de la comedia al drama, cada vez disfruta más de salir de su “zona de confort”.

"Siempre tengo la sensación de que tengo todo por hacer. A mí cada vez me gusta más esta profesión. Le voy encontrando cada vez más capas subterráneas. La seguridad, por suerte, se va convirtiendo en inestabilidad y eso te sirve para salirte de las zonas de confort", dice Leonardo Sbaraglia sobre los personajes más recientes que le ha tocado interpretar. El ejemplo más claro es el trabajo que estuvo haciendo con Adrián Caetano para Bajo este sol tremendo, una película que admite no sabe si hubiera podido rodar cuatro años atrás. Pero antes, incluso mucho antes, Sbaraglia hizo de todo: se estrenó en cine con La noche de los lápices (1996), despertó suspiros adolescentes con la serie Clave de Sol (1987), vivió aventuras en Caballos Salvajes (1995) y fue El Nene en Plata Quemada (2000), film que lo impulsó a cruzar el Atlántico y hacer carrera en España.

En el marco del Festival de Cine de Montevideo, hace un par de semanas la cartelera local lo tuvo en Era el cielo, una producción brasileña, basada en un guión argentino, hablada en español y filmada en Uruguay. La película, que volverá al circuito comercial a fines de noviembre, tenía en sus roles secundarios a varios uruguayos, como Mirella Pascual, Álvaro Armand Ugón, María Mendive, Roberto Suárez, Susana Groismann y Hugo Piccinini. Además, la dirección de fotografía llevaba la firma de Pedro Luque, también responsable de la exitosa No respires, dirigida por Fede Álvarez.

En Era el cielo Sbaraglia es Mario, un guionista aterrorizado por fobias de todo tipo. El arranque del film es brutal: Mario llega a su casa y ve cómo dos hombres violan a su esposa Diana (la brasileña Carolina Dieckmann). Pero él prefiere callar lo que presenció. Y ella hace lo mismo con lo que vivió. La historia, una adaptación de la novela de Sergio Bizzio, entonces, narra cómo la pareja busca recomponer esa relación.

Pero ese estreno es solo una parte del intenso 2016 que el actor de 46 años está viviendo. Antes del sacudón que Era el cielo generó en la audiencia, Sbaraglia venía de estrenar Sangre en la boca, donde interpreta a un boxeador profesional que ya tiene casi cuarenta años y está al final de su carrera. Mientras su familia lo alienta a colgar los guantes, en el gimnasio él conoce a una principiante mexicana (Eva de Dominici), de quien se enamora. Más allá de los ríos de tinta que corrieron sobre un supuesto romance entre los protagonistas —y sobre cómo filmaron las escenas de sexo—, el film de Hernán Belón tuvo buena crítica. Para Sbaraglia este papel no fue uno más, ya que cree en la existencia de cierto paralelismo entre el boxeo y la actuación. "Tiene que ver con el equilibrio y el uso de la distancia. También en la relación con el otro. En la actuación tenés que ver de qué modo recibir los golpes, que son los textos y las intenciones de un compañero, y también cuándo devolverlos".

Claro que hay una diferencia importante: la vida de un actor no caduca con la edad. "El actor puede hacerlo hasta los 90 años, mirá lo que fueron China Zorrilla y Alfredo Alcón", dice Sbaraglia. Justamente, con esos dos grandes del oficio compartió más de un escenario o set. Junto a la uruguaya estuvo en Besos en la frente (1996) y con Alcón participó en La soledad de los campos de algodón.

Fue con su interpretación de El Nene en Plata Quemada, de Marcelo Piñeyro, que Sbaraglia cruzó el océano y empezó a una carrera exitosa en España, donde incluso se radicó varios años y fue protagonista de campañas publicitarias para empresas como Carrefur. En el cine español debutó en 2001 con el filme Intacto, por el cual recibió su primer Premio Goya en el rubro revelación. En los siguientes años trabajó allí junto a sus compatriotas Cecilia Roth y Norma Aleandro, además de ser nuevamente nominado al Goya (en el film Salvador, 2006) y recibió el premio Screamfest Festival a mejor actor (por El rey de la montaña, 2007).

Durante años, su carrera de actor lo llevó por Chile, Brasil y México. Y también lo vinculó directa e indirectamente a Uruguay. En 2009, por ejemplo, fue uno de los protagonistas de El corredor nocturno, una producción argentino-española dirigida por Gerardo Herrero y basada en la novela homónima del escritor uruguayo Hugo Burel.

Casado con la artista plástica Guadalupe Marín, el nacimiento de su hija Julia en 2006 definió su regreso a Argentina. "Quise volver para formar parte del proyecto de un país. En términos afectivos, necesitaba compartir la crianza de mi hija con mis seres queridos. En ese sentido, necesitaba sentirme nuevamente en casa", dijo a Clarín.

Allí volvió a su primer amor, la televisión. En 2010 fue protagonista de la serie Impostores (Canal 13) junto a Leticia Brédice y en 2013 integró En terapia, protagonizada por el gran Diego Peretti en la televisión pública. Por ese papel Sbaraglia recibió el premio Martín Fierro a Mejor Actor de Reparto. Esa época coincidió también con su debut en Hollywood, en 2012, de la mano del director Rodrigo Cortés para el film Red Lights, donde comparte cartel con Robert De Niro, Sigourney Weaver, Cillian Murphy, Elizabeth Olsen y Toby Jones. Tres años después, en 2015, protagonizó El Hipnotizador, la primera serie bilingüe de HBO.

Sin embargo, la fama internacional nunca lo alejó de su patria natal. Sbaraglia se lució en la elogiada Relatos Salvajes (2014), de Damián Szifrón, nominada en la categoría Mejor Película Extranjera en la 87ª edición de los Premios Oscar. Hace poco, en una entrevista para la revista Viva de Clarín le preguntaron: "¿Hay una frase Sbaraglia?". Y el actor respondió: "¿Sabés que sos un negro resentido?, la de Relatos Salvajes", que durante un tiempo fue su ringtone. "Con estas películas que trascienden masivamente pasan cosas como esas, y quedan. En mis primeras vacaciones a la costa después de Relatos... iba por la ruta y me daba vergüenza bajar la ventanilla ¡Me tenía que abstener de putear! Me daba pudor. Sbaraglia abriendo una ventanilla ya es un símbolo".

Vivir entre silencios incómodos.

Era el cielo se filmó íntegramente en Montevideo, que luce especialmente bello y prolijo, como si se tratara de un aviso de la tanda. La trama, en cambio, es bastante más entreverada, dejando algunos puntos oscuros y sin solución. Para empezar, la película arranca con la escena de una violación. A partir de allí, la pareja protagónica deberá convivir con los secretos que ambos prefirieron esconder y callar.

Una estirpe de artistas.

Leonardo Sbaraglia nació en 1970 en una familia de artistas. Hijo de la actriz y profesora de teatro Roxana Randon, descubrió su vocación siendo un niño. A los 16 años debutó con La noche de los lápices. Su hermano Pablo es músico y su esposa, la artista plástica Guadalupe Marín. Pese a algunos rumores de separación, la pareja lleva más de 15 años juntos y tienen una hija, Julia.

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El actor debutó en cine a los 16 años con el film "La noche de los lápices".

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