Por María de los Ángeles Orfila
Frida no apoya una de sus patitas traseras, Eduardito fue atropellado y sufre una parálisis, Paty es ciega y le falta un miembro delantero. Los tres tienen tenedores responsables que quisieron mejorar su calidad de vida por lo que se convirtieron en pacientes de Ismael Acosta y Valentina Baglini, quienes son los únicos en el país que diseñan y fabrican prótesis para mascotas y las acompañan en el proceso de rehabilitación.
Acosta, arquitecto y experto en impresión 3D, y Baglini, especialista en fisiatría y rehabilitación veterinaria, unieron conocimientos a finales de 2020 al saber que uno tenía lo que necesitaba el otro. Acosta tenía la técnica y las ganas -generadas por la pausa que significó la pandemia- de hacer algo diferente dado que ya estaba trabajando con prótesis humanas; Baglini tenía los pacientes y las ganas de brindarles una solución que incluso había ido a buscar a Argentina sin éxito. Así nació la unión entre ExoIJ y Meraki Rehabilitación Animal. Frida, Eduardito y Paty son solo tres de sus pacientes que hoy logran posiciones más naturales y padecen menos dolores.
Padecimientos.
El caso más frecuente que la doctora ve en su consultorio se relaciona con amputaciones totales. Los perros y gatos que reciben un diagnóstico de tumor óseo, por lo general, pierden toda la pata como medida de precaución. Al faltarles un apoyo y al adaptarse a caminar de esa forma, los animales transforman todo su equilibrio natural. Esto les ocasiona dolores en los otros miembros, en las cervicales y en las caderas. “Hay mucho para hacer por ellos y esto es sumamente nuevo”, dijo Baglini.
Aron, el Golden de la foto principal, ahora viste una prótesis con una rueda que le permite mantener la postura pero, lo fundamental, a juicio de la veterinaria, es que le disminuye los dolores compensatorios. Paty, quien luce un yeso en otra de las fotos, hoy lleva una prótesis igual que Aron que le permite conseguir una posición de descanso más natural.
Una aclaración que hacen los técnicos es que no hay que tener la expectativa de que el animal “saldrá corriendo” del consultorio; muchos llegan ya adaptados a la lesión o al miembro faltante -quizás pasaron muchos años entre la operación y la consulta- y no recuperan la marcha de antes. Además, la rehabilitación puede durar varios meses.
Así lo explicó Acosta: “Ese andar a los saltos no lo cambian con la prótesis; esta lo que hace es reducir el impacto, que tengan un tope, y que puedan hacer apoyo en cuatro lugares”.
Otras mascotas necesitan piezas temporales, por ejemplo, tras una cirugía o porque deben tener una pata inmovilizada mientras se cura una lesión de tejido blando.
“Muchos necesitan vendajes que se ensucian, se orinan, se mojan y mantenerlos en el tiempo es tedioso; una prótesis 3D no les lastima la piel porque permite la ventilación y evita las escaras, le permite apoyar la pata y mantener la inmovilización necesaria. Es mucho más viable que otro tipo de vendaje o yeso”, señaló Baglini.
Nuestras queridas mascotas también pueden padecer lesiones neurológicas o incluso tumores que, al estar combinados con otros padecimientos, no hacen recomendable la amputación.
Ese fue el caso de Ulises, un bulldog francés, que presenta un diagnóstico de osteosarcoma en una de sus patas delanteras pero que, además, sufre de una discopatía cervical, por lo cual no se le indicó la amputación. “En casos así, en vez de dejar que el miembro se retraiga durante todo el tiempo que le quede de vida al animal, se le pone una férula -rígida o articulada-. Así sabés que de las 24 horas del día, por ejemplo, en diez de ellas va a tener las articulaciones dispuestas de una forma más fisiológica”, apuntó la veterinaria.
Proceso.
El procedimiento para que una mascota reciba su prótesis es el siguiente: primero se hace una consulta para determinar la lesión a través de un examen neurológico y otro ortopédico; luego se analiza si es posible fabricar la pieza que necesita y si la familia será capaz de acompañar el proceso de adaptación y de realizar los ejercicios terapéuticos. “La adaptación puede llevar unos seis meses y va a depender de la constancia del tutor y del tiempo que le dedique”, apuntó Baglini.
Los profesionales toman en consideración múltiples aspectos como, por ejemplo, si el animal vive en una vivienda con escaleras o con fondo o si pasa muchas horas solo. Y añadió: “No todos los casos de amputación son viables para una prótesis”.
Si se resuelve que puede recibir una prótesis, el primer paso es realizar un escaneo tridimensional de su cuerpo y, si es necesario, se hace un molde en yeso (como el de Paty). Una vez digitalizada su anatomía, Acosta diseña, imprime, ensambla y forra. Una prótesis como la de Aron demora entre siete y 15 días. Una vez colocada en el paciente, se inicia la adaptación y se continúa con la rehabilitación física. “Viene a control cada 15 o 20 días. Si no está haciendo los ejercicios con constancia, se va a notar en la evolución”, aclaró. De eso depende el éxito de la prótesis.
Gatos y perros.
¿Hay diferencias entre perros y gatos a la hora de elegir una solución ortopédica? Muchas: diferencias en el movimiento, en el sistema ortopédico y en el temperamento. “El temperamento es una de las determinantes para decidir si se hace una prótesis”, dijo Baglini, quien ha atendido también a gatos.
A favor del felino, los técnicos sostienen que se adapta más rápido que el perro y que le ayuda ser más livianos y aerodinámicos; en su contra, es un poco más complejo el diseño de las piezas dada la anatomía de las extremidades posteriores.
El perro, por su parte, tiene la desventaja de que es más dependiente de su dueño, más grande y, según la raza, más pesado. Además, sufren más dolores compensatorios. “Un gato que camina sin uno de sus apoyos no genera tanto dolor ni tantos trastornos a nivel de columna como lo hace un perro de 10 kilos para arriba; los perros padecen más dolores, empiezan con artrosis a edades más tempranas, sufren contracturas cervicales y llegan a tener pinzamientos”, explicó la veterinaria.
Verlos felices.
Las prótesis de ExoIJ y Meraki Rehabilitación Animal son 100% originales y cuentan con habilitación del Ministerio de Salud Pública. “No copiamos nada porque lo que existe en otra parte del mundo, acá no te lo toman como válido”, indicó Acosta a Revista Domingo. De esta manera, este emprendimiento es el primero en su tipo en Uruguay y en el mundo.
No obstante, la innovación puede ser un escollo. Acosta y Baglini luchan contra dos molinos de viento: los dueños de los animales que entienden que una prótesis no es necesaria dado que su perro o gato ya se adaptó a caminar con tres patas y no consideran su calidad de vida como algo esencial, y los médicos veterinarios que son reacios a probar nuevas tecnologías.
Los pacientes llegan al consultorio por recomendaciones de profesionales “más abiertos” o porque se informan a través de internet y por las redes sociales (las cuentas en Instagram son @exo_ijy @merakirehabilitacionanimal); los técnicos ven, a su vez, que sus dueños son personas más preocupadas por el bienestar animal y que quieren brindarles una oportunidad para que se sientan mejor “por el tiempo que sea”.
ExoIJ y Meraki Rehabilitación Animal han hecho, hasta ahora, prótesis para gatos y perros. No obstante, han recibido consultas para “patas de gallinas” y para caballos. Si bien los técnicos explicaron a Revista Domingo que se puede analizar cualquier caso, puntualmente para los caballos, esto es materia compleja. La veterinaria Valentina Baglini expresó que, por lo general, no se dan las amputaciones en estos animales y que, por sus anatomía, una prótesis no mejoraría su calidad de vida a largo plazo. No obstante, están dispuestos a estudiar caso a caso.