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Varios países europeos comienza a abrir fronteras al turismo local

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Grecia comienza a planear su reapertura al superar la curva de la pandemia.
A Culture ministry employee wearing a face mask stands in front of the Parthenon temple as the Acropolis archaeological site opens to visitors, following the easing of measures against the spread of the coronavirus disease (COVID-19), in Athens, Greece, May 18, 2020. REUTERS/Alkis Konstantinidis
ALKIS KONSTANTINIDIS/REUTERS

Viajes

La llegada del verano y la mitigación de la pandemia ha llevado a varios países europeos a planes de reapertura para fines de este mes y principios del que viene, todavía con algunas restricciones

El verano se avecina en el hemisferio norte y varios países europeos comienzan lo que denominan la “desescalada”. El aflojamiento de las severas reglas de confinamiento debido a la pandemia ya comienza a ser evidente aún en países muy castigados por el virus como Italia o España. Y en esa medida los europeos ya manejan la posibilidad de hacer lo que han hecho siempre en época estival: salir de viaje de vacaciones.

Precisamente, una nota del diario español El Mundo repasaba los principales destinos que durante el verano europeo parecen volver a la vida. Cada uno de los países ha adoptado medidas propias y métodos diversos para estimular el turismo. Nadie parece dispuesto a darlo por perdido luego de la pandemia.

Cuarentenas, burbujas, corredores sanitarios, test rápidos de coronavirus... El mapa del turismo europeo se dibuja estos días con palabras que hasta ahora no formaban parte del diccionario viajero. Poco a poco, sin embargo, el continente va dando pasos hacia una cautelosa desescalada y esto incluye la reapertura de fronteras. Países como Islandia e Italia han renunciado a imponer un aislamiento obligatorio a los turistas. Otros países han optado por la cuarentena obligatoria.

La apertura alcanza también uno de los estados más pequeños del mundo, como el Vaticano, como constató AFP. Ya hay planes para la Basílica de San Pedro.

España apuesta a la reapertura para reactivar el turismo europeo.
España apuesta a la reapertura para reactivar el turismo europeo.

ITALIA. Tras el confinamiento más largo de Europa, el gobierno italiano va cobrando vida. A la apertura de comercios y monumentos como la Basílica de San Pedro se une el anuncio de que a partir del 3 de junio abrirá sus fronteras a los turistas de la UE. Anula así el aislamiento obligatorio de 14 días para los visitantes extranjeros que había impuesto previamente la península.

CROACIA. Croacia, uno de los países más rápidos en introducir medidas contra la pandemia, ha registrado uno de los números más bajos de víctimas en Europa. También ha sido uno de los más precoces en mover ficha para evitar el zarpazo del virus en el turismo, su principal fuente de ingresos. De ahí que ya se permita la entrada en el país sin restricciones si se hace por razones económicas o comerciales concretas, lo que incluye a los turistas. Su vecino, Eslovenia, ha suspendido también las cuarentenas para todos los ciudadanos europeos que entren en el país.

GRECIA. Las playas y el transporte interno ya están abiertos en Grecia, así como monumentos arqueológicos tan icónicos como el Acrópolis de Atenas. El tráfico aéreo nacional también ha empezado a restablecerse esta semana, mientras que el internacional se irá ampliando gradualmente, según informa Efe. De momento, el aeropuerto de Atenas será el único en operar y se ha prorrogado hasta el 1º de junio la suspensión del tráfico aéreo comercial con España, Italia, Reino Unido, y Holanda.

ISLANDIA. El turismo es también la primera actividad económica de Islandia, así que este país ha anunciado que aceptará turistas a partir del 15 de junio. Podrán entrar todos los viajeros, también los que procedan de fuera de la Unión Europea. Eso sí, todos los visitantes deberán hacerse un test de detección de coronavirus al llegar al aeropuerto. Si sale negativo no tendrán que permanecer dos semanas de cuarentena que, de momento, son obligatorias.

FRANCIA. Francia aspira a reabrir "el máximo posible" de sus zonas turísticas a partir del 21 de junio para dar comienzo a la temporada veraniega. El país vecino no impone cuarentena, pero sí lo hará durante 14 días a quienes entren de España, en reciprocidad a la medida adoptada por Madrid con todos los viajeros que llegan del extranjero.

ALEMANIA. Si la evolución de la pandemia lo permite, el objetivo de Alemania es eliminar las restricciones de viajes en el espacio Schengen a partir del 15 de junio. En este país, la implementación de la mayoría de las medidas adoptadas frente a la crisis corresponde a cada Land. Varios de estos Länder ya han suprimido los 14 días de aislamiento para ciudadanos procedentes de otros países de la UE y Reino Unido, así como a Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza.

La Basílica de San Pedro ya abrió sus puertas con severas medidas de higiene.
La Basílica de San Pedro ya abrió sus puertas con severas medidas de higiene.

PORTUGAL. Ya en la segunda fase de su desescalada, Portugal ha abierto colegios, museos y restaurantes (con control de aforo). Las autoridades aseguran que "el retorno del turismo no está lejos" y algunos hoteles ya han reabierto sus puertas. Las playas tienen previsto acoger a bañistas a partir de junio. De momento, solo los territorios insulares de las Azores y Madeira han impuesto una cuarentena obligatoria de 14 días.

REINO UNIDO. El Gobierno británico aún no ha ultimado los detalles de su plan, pero ya ha adelantado que todos los visitantes que lleguen por tren, mar y aire al país deberán pasar por un confinamiento obligatorio de dos semanas. De momento, no hay fecha de comienzo de esta medida.

SUIZA. El país helvético mantiene sus puertas cerradas a la mayoría de los extranjeros. Las fronteras con Francia, Alemania y Austria (por las que siguen pudiendo pasar aquellas personas con permiso de trabajo en territorio suizo) serán reabiertas el 15 de junio.

EL VATICANO. Completamente desinfectada, la basílica de San Pedro de Roma reabrió el lunes sus puertas a los turistas, pero con estrictas normas de seguridad. La célebre plaza de San Pedro, que da acceso al santuario católico más grande del mundo, también volvió esta semana a abrirse al público.

Por el momento, no está prevista ninguna ceremonia religiosa pública con el papa Francisco, ni en el interior de la basílica, que puede acoger a 60.000 personas en tiempo normal, ni al aire libre en la plaza de San Pedro.

Bajo la cúpula diseñada por Miguel Ángel y alrededor del monumental baldaquino de bronce de Bernini, los trabajadores de mantenimiento, con máscaras y trajes de protección blancos, rociaron todas las superficies susceptibles de ser tocadas por los visitantes. Un agente montado en un vehículo eléctrico se encargó de la limpieza de los suntuosos suelos de mármol policromado, observó un periodista del servicio AFP-TV.

Según un responsable de la dirección sanitaria del Vaticano, Andrea Arcangeli, los agentes pulverizaron “una solución a base de cloro diluido, dosificado para no dañar las preciosas superficies y los objetos de arte”. Este lugar santo, también templo del turismo de masa, había sido cerrado a los turistas el 10 de marzo, día del comienzo del confinamiento de toda Italia, foco principal de propagación del coronavirus que causó, hasta la fecha, más de 31.000 muertos en la península.

Desde el inicio de la pandemia, el Vaticano, enclave en medio de Roma, decidió aplicar las mismas normas sanitarias que Italia. La basílica de San Pedro, así como otras tres basílicas pontificias, deberán seguir la recomendación del ministerio italiano del Interior que limita a 200 personas la asistencia a una celebración religiosa en un lugar de culto cerrado.

En las misas, para la distribución individual de las hostias, el celebrante deberá desinfectarse las manos, ponerse guantes de un solo uso y una máscara de protección, luego soltar la hostia "sin entrar en contacto con las manos de los fieles", según el protocolo gubernamental.

Por su parte, los creyentes debieron prescindir del agua bendita y sentarse a un metro los unos de los otros.

La gendarmería del Vaticano, con la ayuda de voluntarios de la Orden de Malta, se encargaron de controlar las entradas a la basílica de San Pedro. El uso de cámaras térmicas para medir la temperatura de los visitantes está en estudio, pero solo para las grandes fiestas religiosas, precisa el enclave.

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