Más de un siglo después de la caída de Aparicio Saravia en Masoller, el misterio sobre quién disparó sigue flotando en el aire. Ese enigma histórico inspiró a José Abefase Olivera a escribir El Francotiradorar. En el país del jazmín, ahora en su segunda edición, corregida y profesionalizada. La novela mezcla historia, ficción y un guiño transmedia que conecta el libro con música y elementos audiovisuales, acercando la historia a un público contemporáneo.
La obra, autofinanciada, no solo ha capturado la atención de lectores tradicionales, sino que ha atraído a nuevos lectores, muchos de los cuales llegaron al libro a través de redes sociales y descubren la posibilidad de potenciar ambos mundos: digital y papel. La historia ha trascendido el formato, con un canal de YouTube asociado (youtube.com/@enelpaisdeljazmin1904) y contenido musical accesible mediante códigos QR incluidos en sus páginas, sumando un elemento audiovisual que acompaña la lectura y enriquece la experiencia.
Abefase, quien trabaja en OSE como ingeniero civil y ha recorrido todo el país conociendo historias locales, confiesa que siempre tuvo un gusto profundo por la lectura. “Me crié en otra etapa, con poca televisión y mucho cine, siempre me gustó el relato”, comenta. Sin embargo, fue durante la pandemia cuando comenzó a darle forma a la novela, inspirado por la canción “Como un jazmín del país”, de Carlos Benavides (esa que dice: Yo me voy con Aparicio / Pero mírame a la cara / Que lo que voy a decirte / Se dice una vez y basta / Solo una cosa podría / Detenerme, una palabra / Di que me quede y me quedo /Jazmín del país, muchacha), quien incluso leyó y elogió el libro.
La colaboración con su hijo José resultó clave. El joven actuó como editor y creativo transmedia, sugiriendo, por ejemplo, la inclusión de un código QR que acompaña la lectura con música. “Queríamos un mix que atrajera a un público que nunca ha tocado un libro, que se sumergiera sin barreras entre medios, que lo pueda ver en el celular”, explica.
La novela está ambientada en el Uruguay de principios del siglo XX, con familias divididas entre blancos y colorados, y un romance que se desarrolla en medio de conflictos políticos. Abefase destaca que se tomaron libertades creativas: “No buscamos la veracidad histórica absoluta, sino crear una historia de fantasía dentro de la historia real”.
José Abefase Olivera remarca que la decisión de autogestionar la primera edición fue casi inevitable. “Si yo hubiera escrito un libro sin la ayuda de mi hijo, hubiera tenido que pagar un editor, alguien que me diera formato, arte… todo. Fue él quien me motivó y me ayudó a plasmar la historia”, explica. La obra llevó varios años de trabajo, entre escritura, corrección y revisión: “Este libro no es producto de un año, sino de tres o cuatro años de esfuerzo”.
Su hijo, apasionado por lo audiovisual, agrega que buscaban que la obra fuera transmedia desde el inicio: “No podíamos escapar del TikTok ni Instagram. Queríamos que los lectores pudieran complementarlo con música, videos y contenido digital, sin que esto reemplazara al libro, sino que lo enriqueciera”. Así surgió la idea de incluir códigos QR que enlazan a canciones y material audiovisual, disponible en su canal de YouTube y promocionado en Facebook.
El concepto del “new western uruguayo” también fue central en el proyecto. José explica: “Acá tenemos material para un new western: revoluciones, intrigas, asesinatos, historias humanas que no se han contado. Queríamos rescatar eso y darle vida a un género poco explorado en Uruguay”.
La segunda edición recoge todas estas ideas con una estructura dinámica, como capítulos de serie de Netflix, que le permiten al lector interactuar con la obra en múltiples niveles. Abefase concluye: “La historia trasciende el formato; desde Facebook y YouTube la gente comenta, se involucra y hasta cuestiona el estilo o la veracidad, pero eso es parte del viaje que queríamos provocar”.